La UNICEF lanzó un plan de seis puntos para proteger a los niños del mundo, donde invita a los gobiernos de todos los países a tomar medidas urgentes a favor de la niñez para evitar lo que llaman una “tragedia inminente: una generación perdida de niños”.
Una de las recomendaciones de UNICEF a los gobiernos del mundo y sus aliados, en el marco del Día Mundial de los Niños, es “dar prioridad a la reapertura de las escuelas y tomar todas las medidas posibles para hacerlo en condiciones de seguridad y para mantenerlas en funcionamiento”.
La UNICEF si bien reconoce que los gobiernos del mundo han invertido y movilizado miles de millones de dólares para salvar sus economías, la realidad es que hay “retrocesos” en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible y “los niños siguen sufriendo las peores consecuencias”.
De allí que adviertan que sin una acción mundial coordinada “para evitar, mitigar y responder a los efectos de la pandemia, las repercusiones para los niños de hoy, y para las generaciones futuras, serán sumamente graves”.
También le piden a los gobiernos a escuchar “a los niños y a los jóvenes, vinculándolos a la toma de decisiones. Estos niños y jóvenes –en especial las niñas; los niños y niñas que viven en medio de la pobreza, la exclusión o la violencia; los que tienen discapacidades; los que han resultado afectados o desplazados a causa de las crisis humanitarias; y los niños privados del cuidado de sus padres– sufrirán el impacto de esta pandemia durante décadas”.
A continuación un resumen de los seis puntos planteados por la UNICEF:
En los momentos más críticos de la pandemia, el cierre de las escuelas interrumpió el aprendizaje del 91% de los estudiantes de todo el mundo. Los niños marginados llevan la peor parte; de hecho, alrededor de 463 millones de niños y jóvenes no tuvieron acceso al aprendizaje a distancia durante los cierres escolares. Además, como se ha observado a raíz de cierres anteriores, los niños –especialmente las niñas– que dejan de asistir a la escuela durante períodos prolongados tienen menos probabilidades de volver a estudiar.
UNICEF insta a los gobiernos y los aliados a:
Dar prioridad a la reapertura de las escuelas y tomar todas las medidas posibles para hacerlo en condiciones de seguridad y para mantenerlas en funcionamiento.
Aumentar la financiación para la educación y velar por la igualdad de acceso a una educación de calidad y libre de violencia, con el propósito de que todos los niños puedan aprender. Esto exigirá centrarse en los niños más marginados, entre ellos las niñas, los niños que están en tránsito y aquellos cuyas vidas corren peligro, los niños que tienen discapacidades y los que viven en comunidades rurales o sin acceso a Internet.
Cerrar la brecha digital para que todos los niños y los jóvenes tengan conexión a Internet en 2030, y beneficiar a 3.500 millones de niños y jóvenes con un acceso seguro, de calidad, accesible y equitativo al aprendizaje en línea.
UNICEF insta a los gobiernos y los aliados a:
Garantizar, con carácter urgente, la continuidad de los servicios esenciales de salud y nutrición para los niños y los jóvenes –especialmente, la vacunación sistemática–, dando prioridad a los que se encuentran en lugares de difícil acceso.
Unirse para combatir la difusión de información errónea y recuperar la confianza en la inmunización sistemática.
Recopilar datos desglosados por género, edad y discapacidad sobre los niños y los jóvenes –incluidos los que han contraído la COVID-19–, e invertir en investigación para comprender mejor sus repercusiones sobre su salud y bienestar.
UNICEF insta a los gobiernos y los aliados a:
Integrar la financiación sostenible de la salud mental y la atención psicosocial de los niños en todas las respuestas humanitarias a nivel mundial, y comprometerse a incrementar la financiación plurianual para responder más eficientemente a las necesidades de protección de los niños en situación de crisis.
Priorizar en las actividades humanitarias mundiales la prevención de la violencia por razón de género y la respuesta a este flagelo, y aumentar la financiación para las intervenciones específicas en materia de género.
Invertir en servicios de apoyo psicosocial y salud mental con perspectiva de género para los niños, los jóvenes y sus cuidadores:
UNICEF insta a los gobiernos y los aliados a:
Garantizar el acceso universal al agua no contaminada y al lavado de las manos para los niños y las familias por medio de políticas nacionales, la cooperación del sector privado, el compromiso de la comunidad y los cambios de comportamiento.
Invertir en servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH) resistentes al clima en los hogares, las escuelas, los hospitales y los espacios públicos, con el objeto de que las comunidades estén mejor preparadas para las pandemias y otras calamidades que puedan presentarse en el futuro.
Integrar los derechos del niño en las estrategias, las políticas y los documentos de planificación nacionales claves en materia de cambio climático y adaptación –como las contribuciones determinadas a nivel nacional y los planes nacionales de adaptación–, al igual que la respuesta a la COVID-19, los planes de recuperación y los presupuestos.
La crisis económica provocada por la COVID-19 amenaza con afectar más gravemente a los niños; en efecto, se prevé que el número de niños que viven por debajo de las líneas de pobreza de sus países aumente en 140 millones a finales del año. Las crisis económicas suelen derivar en recortes en el gasto público que repercuten adversamente en los programas para la infancia. De repetirse este patrón a nivel mundial como resultado de la COVID-19, la pobreza y las privaciones que padecen los niños se seguirán intensificando, incluso después de que la crisis inmediata haya cedido. Para evitar que muchos más niños lleguen a niveles de pobreza que no se han visto desde hace muchos años, es imprescindible contar con un plan de recuperación inclusivo.
UNICEF insta a los gobiernos a:
Obtener recursos mundiales para asegurar una recuperación inclusiva y con perspectiva de género, y apoyar las respuestas fiscales de los países que dan prioridad a los niños y a sus familias:
Mantener o incrementar los compromisos de ayuda exterior, identificando nuevas opciones de financiación para contextos específicos y dirigiendo la financiación a los países más afectados y con menos posibilidades de asumir nuevos préstamos.
Tomar medidas respecto del alivio de la deuda; por ejemplo, ampliando la suspensión del servicio de la deuda a los países de medianos ingresos. Lograr una acción coordinada con todos los acreedores para reestructurar y, de ser necesario, reducir la deuda.
UNICEF insta a los gobiernos a:
Incrementar y mantener la financiación para emergencias, a fin de evitar que se presenten crisis múltiples, catastróficas y prolongadas, y para salvar vidas infantiles, aliviar el sufrimiento de los niños y preservar su dignidad. En todas las respuestas humanitarias, priorizar los derechos de los niños y su protección, de conformidad con los Compromisos Básicos para la Infancia.
Garantizar el acceso inmediato y sin restricciones de la ayuda humanitaria.
Incluir a los niños desplazados internos, refugiados y migrantes en los sistemas, las políticas y los planes nacionales, comenzando con las iniciativas en materia de recuperación y respuesta a la COVID-19.
Luchar contra el virus y no unos contra otros. Poner en práctica y defender el llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas a un alto al fuego mundial.