El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, indicó este 23 de noviembre que ya no se opone a que su gobierno asista al equipo de transición de su rival Joe Biden, aunque sin reconocer su derrota, tras semanas aferrado a una batalla legal para impugnar los resultados.
Justo cuando Biden movió ficha con los anuncios de puestos claves para su gobierno, que comienza el 20 de enero, el mandatario saliente aceptó dar inicio al proceso de transición, que implica acceso a documentos para la nueva administración.
Trump tuiteó que la Administración General de Servicios debería “hacer lo que sea necesario” luego que la directora de la agencia, Emily Murphy, dijera que iba a iniciar el proceso, bloqueado hasta el momento.
Pero en el mismo mensaje, el mandatario republicano se negó a concederle la victoria a su rival y afirmó: “¡Nuestro caso sigue con FUERZA, vamos a seguir sosteniendo una buena lucha y creo que vamos a ganar!”
I want to thank Emily Murphy at GSA for her steadfast dedication and loyalty to our Country. She has been harassed, threatened, and abused – and I do not want to see this happen to her, her family, or employees of GSA. Our case STRONGLY continues, we will keep up the good…
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 23, 2020
Biden celebró el paso dado y lo describió como crucial para una “transferencia de poder pacífica”, luego de semanas de una tensión inédita en Estados Unidos.
El veterano político demócrata anunció este lunes sus nombramientos para la diplomacia y la seguridad nacional, un equipo compuesto en su mayoría por veteranos del gobierno de Barack Obama que señalan un retorno a la política exterior tradicional de Estados Unidos.
El experimentado diplomático Antony Blinken fue nombrado como secretario de Estado y el exjefe de la diplomacia John Kerry fue designado delegado especial para el clima. Linda Thomas-Greenfield fue elegida como embajadora ante la ONU, Avril Haines, como directora de Inteligencia Nacional y Jake Sullivan ocupará el cargo de Asesor de Seguridad Nacional.
En un signo de renovación, Biden eligió a Alejandro Mayorkas como jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS).
Los primeros nombramientos apuntan a dejar atrás la política de “Estados Unidos primero” auspiciada por Trump, para adoptar un enfoque más centrado en el multilateralismo.
“No tenemos tiempo que perder cuando se trata de nuestra seguridad nacional y nuestra política exterior”, dijo Biden en un comunicado que fue emitido en inglés y en español.
Biden destacó que los miembros de su gabinete son “experimentados”, ya que han probado sus cualidades “en situaciones de crisis”. El presidente electo enfatizó que su equipo estará abocado en la tarea de “reconstruir” las instituciones y renovar y reformular el “liderazgo estadounidense”.
El nombramiento de Kerry apunta en especial a la promesa de Biden de volver al Acuerdo del Clima de París para luchar contra el calentamiento global.
Además este lunes se conoció que Janet Yellen será la secretaria del Tesoro, con lo que hará historia como la primera mujer en dirigir esta cartera, si es confirmada en el cargo por el Senado.
Esta economista de 74 años fue la presidenta de la Reserva Federal durante parte del gobierno de Obama y fue reemplazada por Trump cuatro años más tarde.
Muchos de los nombramientos que el gobierno demócrata planea deberán pasar por el Senado donde hasta ahora los republicanos tienen una ajustada mayoría, que podrían perder dependiendo del resultado de la elección extraordinaria de los dos cupos para la cámara alta que se celebra en Georgia el 5 de enero.
Con la certificación de los resultados en Michigan, las esperanzas del mandatario republicano se desvanecieron casi por completo, sobre todo desde que su equipo perdió una batalla legal en curso en Pensilvania, que también se apresta a oficializar sus resultados.
El mandatario ha evitado a la prensa, marcando un fuerte contraste con su estrategia durante su gobierno, y ha reducido a la mínima expresión su agenda pública.
Si bien los resultados muestran que Biden obtuvo una cómoda mayoría, las tácticas de Trump apuntan a perturbar los procesos de certificación de los diferentes estados de cara al voto formal del Colegio Electoral el 14 de diciembre.
Trump ha ido perdiendo apoyos en los últimos días y poco a poco aparecen grietas entre los republicanos: el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie -que fue un cercano confidente del presidente- marcó distancia y se refirió al equipo legal de Trump como una “vergüenza nacional”.
El senador por Pensilvania Patrick Toomey dijo después de la decisión judicial que Trump había agotado “todas las opciones legales plausibles”.
El último peso pesado en descolgarse y en presionar a Trump para que acepte los resultados fue Stephen Schwarzman, un banquero que dirige el fondo privado Blackstone y que fue muy cercano al mandatario.
“El país debería pasar página”, dijo a Axios el lunes.