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Ser periodista en Twitter: Mujeres enfrentan más ataques por su físico y capacidad que los hombres
Ser periodista en Twitter: Mujeres enfrentan más ataques por su físico y capacidad que los hombres
Cuartoscuro
5 minutos de lectura

Ser periodista en Twitter: Mujeres enfrentan más ataques por su físico y capacidad que los hombres

15 de noviembre, 2020
Por: Itxaro Arteta
@iartetam 

A los periodistas hombres se les ataca en redes sociales por el trabajo que hacen. A las mujeres periodistas, además de eso, la mayor cantidad de agresiones que reciben son sexistas. Ellas reciben un 30% más insultos sobre su físico, 20% más expresiones sexistas y 10% más comentarios que las tachan de no tener capacidad intelectual.

Esto reveló el estudio Ser Periodista en Twitter, de las organizaciones Sentiido y Comunicación para la Igualdad, que analizó las interacciones de 66 comunicadoras y comunicadores en 7 países de América Latina y los entrevistó.

“A las mujeres, sistemáticamente, cuando nos insultan, además de que nos dicen ‘facha’ o ‘hija de puta’, ya de paso nos dicen ‘sos una gorda malcogida’. Siempre el insulto vinculado con lo sexual o lo físico está intrínsecamente asociado a la mujer, no al hombre. En el caso de los hombres periodistas que sigo y que he visto a lo largo de estos años que reciben insultos (no digo que no reciban insultos, reciben en iguales cantidades), jamás les dicen ‘sos un malcogido’. A ellos les dicen ‘¿cuánto te pagaron?’”, señaló una periodista uruguaya que participó en el estudio.

De entre los entrevistados, 14% de los hombres sintió que en el último año recibió un volumen alto de ataques, mientras que entre mujeres el porcentaje se duplica a 28.5%. Y de distintos tipos de violencia, como desprestigio, discriminación, acoso y monitoreo, ellas siempre fueron las más afectadas.

Donde resultó más notorio fue en ataques que incluyeron la difusión de información personal o íntima, ya que 47% de mujeres lo experimentaron, pero solo 14% de varones. Además, ninguno de ellos sufrió que hackearan su cuenta, como sí le ocurrió a 9.5% de mujeres, y ninguno fue víctima de abuso sexual tecnológico, ante el 5% de ellas que sí lo reportaron.

Solo cuando se trata de amenazas directas, los hombres reciben más. Pero las mujeres manifiestan más temor de que puedan concretarse porque muchos ataques vienen de personas reales e identificables.

La situación se vuelve peor si son periodistas que cubren temas de feminismo o derechos de las mujeres, o incluso simplemente al ser identificadas como feministas, y ya aunque estén tuiteando de otra cosa, reciben insultos como “feminazi”. El estudio detectó que esto es especialmente grave en cuatro países, entre ellos México, además de Paraguay, Argentina y Uruguay.

Por eso, la mayoría de comunicadoras contestaron que su libertad de expresión se vio disminuida. El 67% optó por dejar de hacer publicaciones en redes sobre temas que sabían que podían generarles una agresión, o de plano se retiraron de Twitter o redujeron la frecuencia de sus opiniones. Mientras que entre hombres, el 57% dijo que sigue usando la red social como si nada.

“Dejé de usar palabras como ‘patriarcado’, ‘machirulo’, ‘machista’; ahora trato de usar ‘agresión’ en vez de ‘violencia’ o busco sinónimos para no decir ‘violencia machista’”, dijo una comunicadora paraguaya.

“No miro qué me responden a lo que tuiteo, es como un tuit a ciegas para evitar justamente hurgar mucho ahí y volverme nada. Recibo agresiones por todo: porque comento sobre la pelea de dos periodistas, porque retuiteo una noticia, porque digo algo en contra del presidente, porque les cuento qué me soñé ayer…”, contó otra, colombiana.

Las reacciones para tratar de defenderse también cambian entre géneros: 71.5% de mujeres que recibió comentarios agresivos denunció dentro de la propia red social, pero solo 43% de varones. Aunque una comentó que Twitter solo llega a bajar cuentas con pocos seguidores, pero no las que tienen mucho y, por lo tanto, tienen más repercusión.

Aristegui y Dresser, víctimas mexicanas de redes progobierno

El estudio analizó en México el caso de dos mujeres comunicadoras que además tienen una presencia destacada en Twitter: Carmen Aristegui y Denise Dresser.

La primera fue víctima de una ola de ataques con la etiqueta #ApagaAristegui entre marzo y junio de 2020, que llegó a acumular casi 94 mil interacciones. Las agresiones empezaron tras la divulgación de información que hizo en su noticiario sobre las irregularidades laborales cometidas por la titular de la Agencia de Noticias del Estado, Notimex.

En el caso de Dresser, también sufrió un ataque sistemático con la tendencia #LadyZopilota, que acumuló 28 mil menciones entre marzo y abril, pero tuvo su pico después de un par de tuits que emitió cuestionando la respuesta del gobierno federal frente a la pandemia de COVID-19.

Contra ella, además de las etiquetas ofensivas, se reprodujeron imágenes de un montaje en el que aparecía como una víbora, un buitre o en una clínica psiquiátrica, con múltiples comentarios sobre su salud mental y su capacidad intelectual. Conductas típicas detectadas en las agresiones contra mujeres.

El informe de Comunicación para la Igualdad y Sentiido subraya con preocupación que en ambos casos quedó claro que los ataques no eran orgánicos, sino organizados, y muchos de los usuarios que participaron se identificaban a sí mismos con el distintivo RedAMLO, remarcando que son partidarios del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Solo en México y en Colombia se detectó este patrón de agresiones por parte de redes a favor del gobierno en turno. Además de que las mexicanas sufrieron todos los demás componentes de violencia de género digital.

Apenas esta semana, ambas comunicadoras fueron nuevamente objeto de ataques por establecer una mesa de análisis con una mujer más, Sabina Berman. La mesa inició a la par que esta última denunció discriminación de su compañero de conducción en un programa de Canal Once, John Ackerman, y este respondió descalificando su profesionalismo, su ideología, criticó su participación en una mesa con Dresser, y posteriormente la ignoró en una transmisión en vivo, lo que desató miles de comentarios acusando machismo, pero también agresiones a Berman, y finalmente el programa se canceló.

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Imagen BBC