En redes sociales circula un video en donde el alcalde del municipio de Campeche, Eliseo Fernández Montufar, dice que está investigando al dióxido de cloro (CDS) como una posible medida para responder a la pandemia de COVID-19, e incluso habló de la instalación de una planta para que la gente tenga acceso a esa sustancia, en su localidad.
Sus dichos han sido escuchados y replicados por grupos que defienden el uso del dióxido de cloro como un “medicamento” capaz de prevenir y hasta de curar la COVID-19.
Pero lo cierto es que no existen pruebas científicas que demuestren la efectividad de esta sustancia como un tratamiento médico.
Por el contrario, en México y en todo el mundo las autoridades sanitarias han alertado desde hace varios años que los CDS son un químico peligroso, que no está hecho para consumo humano.
En entrevista para un medio local, Eliseo Fernández Montufar dijo: “Estamos pensando seriamente en montar una planta (de dióxido de cloro) en el municipio de Campeche, si es lo que ayuda salvar vidas para apoyar a todo el municipio a quienes lo quisieran tomar como medida curativa e incuso preventiva”. El video ya se compartió miles de veces en Facebook.
Esto luego de narrar que muchas “personas que usan el dióxido de cloro” se lo recomendaron como una opción para hacer frente a la pandemia. También dijo que fue a una reunión con “médicos militares” que le explicaron el supuesto funcionamiento de esta sustancia como tratamiento para COVID-19.
“Es una sustancia que oxigena rápidamente la sangre, todos sabemos que cuando una persona tiene COVID-19 baja la oxigenación de la sangre, y han salido adelante con esta sustancia”, señaló. Pero lo cierto es que la evidencia científica señala justo lo contrario.
Luego de reunirse con los “médicos militares”, Montúfar dijo que está “pensando seriamente en montar una planta de dióxido de cloro en el municipio de Campeche”. “Creo que ante una circunstancia en donde corre peligro la vida de muchas personas hay que ver todas las opciones. Este es un virus atípico, señaló”.
Montúfar no es el único alcalde que, sin importar las recomendaciones de las autoridades sanitarias, señalan al dióxido de cloro como una sustancia que se puede consumir para prevenir o curar la COVID.
Jonathan Avalos Rodríguez, alcalde de Francisco I. Madero, en Coahuila, anunció que dará mil tratamientos de dióxido de cloro a pacientes que padezcan dicha enfermedad, pues según él, esta sustancia ha ayudado a pacientes con coronavirus.
Los dichos de Montúfar tuvieron tanta repercusión que incluso otros portales de internet en México y Perú lo retomaron bajo el titular: “Alcalde de Campeche atribuye el semáforo verde al dióxido de cloro”.
Es verdad que Campeche fue el primer estado mexicano que logró calificar dentro del semáforo epidemiológico con el color verde, lo que significa que el riesgo de contagio es tan bajo que se permite realizar todas las actividades sin ningún tipo de restricción particular.
Sin embargo, la Secretaría de Salud de Campeche desmiente que este hecho tenga algo que ver con el Dióxido de Cloro (CDS). De hecho, a través de Comunicación Social, la Secretaría de Salud en Campeche nos aclaró que no avalan el uso de CDS.
También nos explicó que en Campeche se sigue la normativa sanitaria para atender la emergencia de COVID-19 establecida a Nivel Nacional por la Secretaría de Salud, y las recomendaciones emitidas a nivel internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con la Secretaría, el lograr el semáforo verde se debe a la colaboración de la ciudadanía que ha adoptado responsablemente las medidas de seguridad sanitaria y no tiene nada que ver con el uso del dióxido de cloro.
Buscamos a Fernández Montufar y al gobierno del municipio para aclarar los señalamientos del alcalde, pero hasta la redacción de esta nota no hemos obtenido respuesta.
Hasta el momento, la OMS señala que “aunque algunas soluciones de la medicina occidental o tradicional o remedios caseros pueden resultar reconfortantes y aliviar los síntomas leves de la COVID-19, hasta ahora ningún medicamento ha demostrado prevenir o curar esta enfermedad”. Por lo que no recomienda automedicarse con ningún fármaco.
Ante los cuestionamientos de la supuesta efectividad del dióxido de cloro para tratar la COVID-19, el 16 de julio la Organización Panamericana de la Salud (OPS) desaconsejó su uso. Señaló que “no recomienda utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos”.
De cualquier forma, el dióxido de cloro y sus derivados mejor conocidos como MMS (sustancia mineral milagrosa) son catalogados por autoridades sanitarias a nivel mundial como una sustancia tóxica que no está hecha para consumo humano, pues si bien no hay pruebas de su efectividad como tratamiento médico para COVID-19 o para cualquier otra cosa, sí hay pruebas de las consecuencias negativas que tomar esta sustancia puede traer al organismo.
“No existe evidencia científica, repito, no existe evidencia científica ni en México ni en el mundo que muestre que el dióxido de cloro es un producto eficaz, y tampoco necesariamente seguro para el control, prevención o tratamiento de COVID-19”, advirtió el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell
Las autoridades sanitarias en Estados Unidos, Chile, Argentina, España, Ecuador, Colombia, Perú y Paraguay son algunas de las que han desaconsejado su ingesta por no considerarlo medicamento ni una sustancia segura de consumir.
En México, el 23 de julio la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) señaló que “no cuenta con evidencia científica que determine el uso de dicho producto para el tratamiento de ninguna enfermedad”.
Carlos Antonio Rius, académico de la Facultad de Química de la UNAM, nos contó que el dióxido de cloro se ha usado como un desinfectante, también se ha usado como blanqueador para telas y para papel. Dice que es muy bueno para desinfectar corrientes de agua pero eso no significa que sea bueno para que las personas lo puedan consumir.
El académico señala que se puede usar como desinfectante en poca cantidad durante un periodo corto de tiempo, pero también dice que el dióxido de cloro y el clorito de sodio son un desinfectante porque oxidan las membranas de las bacterias o de los virus y los desactiva; pero al ser una sustancia muy oxidante también va a reaccionar con las células del cuerpo.
Por eso es falso que el dióxido de cloro activa la oxigenación de la sangre, pues de hecho disminuye la hemoglobina, que es el mecanismo por donde se transporta el oxígeno en la sangre. Es decir, el dióxido de cloro disminuye la capacidad de oxigenación.
El químico explica que el ácido clorhídrico y el clorito de sodio con el que se hacen los MMS o CDS son sustancias muy baratas y con una inversión bajísima pueden tener ganancias muy altas. Esa podría ser una razón por la que el dióxido de cloro ha tenido tanta promoción por quienes lo comercializan, pese a las advertencias de las autoridades sanitarias.
El doctor Omar Francisco Carrasco Ortega, jefe del Departamento de Farmacología, de la Facultad de Medicina de la UNAM, dice que el dióxido de cloro es considerado como un tóxico. Según el especialista la evidencia señala que inclusive a concentraciones tan bajas, como 15 g por litro, puede ser letal.
“Si nosotros inhalamos sustancias que tengan dióxido de cloro o cítrico, podemos causar inflamación de células respiratorias, como los leucocitos, y se puede causar una cosa que se llama neumonitis química. Podemos observar edema de pulmón” advierte.