Ante el avance de una nueva caravana de casi 1,300 migrantes con destino a Estados Unidos, el gobierno mexicano advirtió que detendrá a quienes no cumplan con los protocolos de salud, debido a la epidemia de COVID-19.
La Secretaría de Gobernación, a través del Instituto Nacional de Migración (INM), dio a conocer que existe la “instrucción” para que “todos los que hagan uso de las instalaciones del INM, como las áreas de internación en el país, dígase autoridades civiles, militares y particulares, deberán cumplir con los protocolos de salud para acompañar la lucha contra esta enfermedad”.
Autoridades migratorias advirtieron que podrán aplicar sanciones contempladas en el Código Penal Federal, así como en los códigos penales de Chiapas y de Tabasco que prevén penas de 5 a 10 años de prisión “a quien ponga en peligro de contagio la salud de otro”.
Recordó que, según el código federal, “será sancionado de tres días a tres años de prisión y hasta 40 días de multa, quien a sabiendas que está enfermo de un mal grave en período infectante, ponga en peligro de contagio la salud de otro”.
También aseguró que ya se realizan acciones de control, verificación y revisión de entrada, salida, tránsito y estancia de personas extranjeras en territorio nacional.
Esta nueva caravana migrante con destino a Estados Unidos partió en la madrugada del miércoles desde la estación metropolitana de San Pedro Sula, Honduras. Un grupo de unas 900 personas (según datos del Instituto Guatemalteco de Migración) y se dirigieron a la frontera El Corinto, la más cercana a la costa del Caribe, que une Honduras con Guatemala. Al mismo tiempo, otro grupo de unos 200 integrantes permaneció en la estación con el propósito de ponerse en ruta al amanecer. La marcha se convocó a través de mensajes en redes sociales como Facebook y grupos de Whatsapp.
Se trata de la segunda caravana de migrantes que se organiza durante este año, pese a la pandemia por COVID-19.