Hace tres semanas la telesecundaria Gregorio Torres Quintero se enteró que ganó 20 millones de pesos en la llamada “rifa de avión presidencial”. Pero todavía no reciben el premio y tienen serias dudas de cómo llegará el dinero hasta sus manos y si lo podrán usar en las necesidades que el comité de la escuela considera prioridad.
Primero, funcionarios federales les quitaron el cachito ganador alegando que lo iban a “resguardar por seguridad”. Intentaron interponer una denuncia en la fiscalía pero no se concretó. Cuándo el hecho se hizo público, funcionarios de la Secretaría de Bienestar les devolvieron el boleto premiado y les dijeron que no se preocuparan, que el dinero les iba a llegar.
Pero el comité de la escuela ganadora, que está en la comunidad rural indígena de Cihuateo en el municipio de los Reyes, en Veracruz, está preocupado pues no saben qué pasó con el cachito mientras ellos no lo tenían y cómo es que el dinero les va llegar si ni siquiera han hablado con la Lotería Nacional.
Desde el 30 de septiembre, los padres de familia denunciaron al diario local La Razón de Zongolica, que funcionarios del gobierno federal no les habían explicado cómo y cuándo podrán hacer uso de los recursos que ganaron gracias a que la fundación “Delia Morán Vidanta” les donó 8 boletos, y uno resultara ganador.
“Le dijeron a los comités de las escuelas que la fundación envió los boletos y que si llegaban a ganar el premio, podíamos usarlo en las tres escuelas (que hay en Cihuateo) y también en la comunidad”, dijo un miembro del comité de la telesecundaria a Animal Político.
El integrante del comité a quien llamaremos Gerardo, pues pidió omitir su verdadero nombre por seguridad, narró que el 16 de septiembre les notificaron que habían ganado. Pero al día siguiente, el delegado regional de Programas del Bienestar, Dagoberto Valverde García, se presentó en el domicilio particular de la tesorera de la escuela y se llevó el cachito ganador sin darle mayor explicación a la mujer indígena.
El comité de la escuela no supo que ya no tenían el billete premiado hasta muchos días después; y ahí comenzaron las dudas sobre qué pasará con el dinero que querían usar para solventar las muchas necesidades que tienen las tres escuelas de la comunidad indígena rural.
Según Gerardo, primero les dijeron que “de acuerdo a la rifa, el boleto ganador lo iban a manejar los de Bienestar”. Pero al verse sin cachito, el comité de la escuela acudió a la fiscalía de Zongolica este martes 6 de octubre, para levantar una denuncia formal en contra del delegado Dagoberto Valverde que se llevó el boleto sin avisar a todo el comité.
Sin embargo, por motivos que ellos consideran como “trabas”, no lograron interponer de forma efectiva la denuncia ante las autoridades. Finalmente, este miércoles personal de la Secretaría de Bienestar y el mismo Dagoberto Valverde acudieron a la escuela y regresaron el boleto. Reiteraron que se lo llevaron “por cómo está la inseguridad en el Estado”. Pero las dudas siguen.
“No sabemos si ya una vez teniendo el boleto ya podemos llamar a la Lotería Nacional para hacer el canje. Tampoco sabemos quién va manejar los recursos, ni si nos van a dar todo el dinero junto o va a ser a cuenta gotas, en partes o en etapas. Es una rifa, nos tendrían que dar el recursos completo”, dice Gerardo.
Según un comunicado de la Lotería Nacional quien tenga el cachito y acredite su propiedad puede cobrar el premio. Y para lograrlo tiene que presentarlo directamente en la Oficina de Tesorería de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública en la Ciudad de México.
Junto con el cachito premiado, los ganadores deben dar a Lotenal el número CLABE de la cuenta bancaria donde se hará el depósito. En este caso, quien cobre el premio debe identificarse como representante legal de la escuela y un poder notarial de cobranza.
La Lotenal explicó a Animal Político que “el cachito ganador es un cheque al portador” por lo que no podrá cobrarse el premio sin él.
Sin embargo, Manuel Huerta Ladrón de Guevara el delegado Estatal de programas Federales en Veracruz dijo al diario El Mundo de Orizaba que el resguardo del cachito ganador se hizo por seguridad y que el boleto es algo simbólico porque finalmente la Lotería Nacional va a transferir el dinero directamente a las cuentas de las tesoreras.
Gerardo cuenta que el comité de la escuela no tienen ningún problema en que cualquiera supervise en qué se van a gastar el dinero. Lo que no les parece es que alguna instancia federal decida cómo se usarán los fondos y la comunidad no vea el dinero físico, sino en especie. Tampoco quieren que los funcionarios les nieguen el uso del recurso para lo que ellos consideran una prioridad. Lo cierto, es que ni siquiera saben cómo cobrar el premio. No se los han explicado.
Las dudas sobre cuándo, cuánto y cómo podrán usar su premio surgieron en el comité de la escuela luego de reunirse con funcionarios de la Secretaría de Bienestar y del Instituto para los Pueblos Indígenas (INPI). Gerardo cuenta que a petición de los funcionarios presentaron una lista para plantear en qué querían usar los recursos.
“Es una lista muy grande porque es una comunidad muy humilde con muchas necesidades. Nos dijeron que de momento no podíamos escoger más de una obra por escuela”, pero las escuelas no tienen ni barda perimetral terminada.
Para el comité de la escuela, el tener en sus manos el premio de la rifa significa poder terminar de construir las escuelas para que finalmente sus hijos tengan educación digna que les permita superarse.
Por eso, una de las negativas que más les dolió fue que Manuel Escobar, director regional del INPI, junto con Dagoberto Valverde les dijeron que no podían usar el dinero que ganaron en la rifa para fundar un telebachillerato, a pesar de que en Cihuateo la educación básica se termina en la secundaria.
“Pusimos que queríamos fundar un telebachillerato porque aquí no hay y cuando salen de la secundaria tienen que ir al bachillerato que está a 8 kilómetros y los niños se tienen que ir caminando y ya no van. Dijo que para qué vamos a fundar otra escuela si le vamos a quitar alumnos a los de la otra comunidad. A eso vino el señor del INPI a decirnos que no”.
Gerardo y el resto de los padres de familia que integran el Comité de la telesecundaria no sólo se sienten capaces de poner manejar el dinero del premio. También creen que nadie conoce mejor sus necesidades que ellos mismos.
“No es la primera vez que la escuela cuenta con un apoyo, ya nos apoyaron con el programa La escuela es nuestra. Hemos manejado dinero y la comunidad y los padres de familia se encargan de eso. A lo mejor es mucho dinero pero somos capaces de manejarlo y que se aplique en cada una de las escuelas, que es nuestra prioridad”.
Ladrón de Guevara declaró a El Mundo de Orizaba que “la comunidad va a determinar al 100% las obras que se van a hacer en las comunidades y lo van a hacer a partir de la cuenta que tienen las tesoreras del programa La escuela es nuestra”.
Sin embargo, el delegado estatal aclaró que “falta que la coordinación de programas integrales emita algunos lineamientos básicos de cómo se opera esto, porque no es nada más a lo que se le ocurra a la comunidad, sino también hay algún lineamiento que ellos en la firma se comprometieron. No todo el recurso cae en la escuela que salió beneficiada, son recursos que llegan al conjunto de la comunidad”.
Por ahora el comité de la telesecundaria Gregorio Torres Quintero ya recuperó su cachito ganador. Pero todavía les falta llamar a la Lotería Nacional, averiguar si ellos podrán cobrar el premio y esperar los lineamientos que el delegado estatal dice faltan por emitir. Todo esto, con la esperanza de que el dinero lo puedan usar en lo que más les hace falta.
Animal político buscó a los funcionarios referidos a través del área de comunicación social de la secretaría de Bienestar y del INPI, pero hasta el momento no se ha obtenido una postura oficial de los funcionarios ni de las Secretarías respecto al tema.