Ildefonso Zamora murió el domingo, 5 de julio, en su domicilio de San Juan Atzingo, municipio de Ocuilan, Estado de México. Tenía 59 años era indígena tlahuica y su estado de salud se había deteriorado desde que en 2015 fue encarcelado durante diez meses acusado de un robo del que la Justicia le absolvió. Zamora era un conocido activista medioambiental dedicado a la lucha contra la tala irregular de árboles y uno de los pioneros en la reforestación del Gran Bosque de Agua. Su hijo Aldo fue asesinado en 2007 tras sufrir una emboscada perpetrada por “talamontes”. En ese mismo ataque resultó herido su otro hijo, Misael, quien enfrenta un proceso judicial acusado de tala ilegal, el delito que él siempre combatió y del que se declara inocente.
“Todavía espero obtener justicia”, aseguraba Ildefonso Zamora en una entrevista con Animal Político en julio de 2019. Falleció sin que dos de los cuatro señalados por el asesinato de su hijo Aldo hayan sido detenidos y con Misael inmerso en un proceso judicial que siempre ha denunciado como un montaje en su contra.
En los últimos meses sus riñones habían fallado y estaba recibiendo diálisis a domicilio. Finalmente, su cuerpo no aguantó más en la noche del domingo. Hoy tendrá lugar un funeral de cuerpo presente en San Juan Atzingo y mañana sus restos serán inhumados en el panteón municipal.
La vida de Ildefonso Zamora siempre estuvo vinculada al Gran Bosque de Agua, un monte que tiene la capacidad de surtir a la Ciudad de México con tres cuartas partes del agua que consume. Hace 30 años comenzó a repoblar las laderas que habían sido taladas y en 1998 interpuso su primera denuncia por tala ilegal. Desde entonces fue constante su actividad tanto defendiendo las especies naturales como señalando la corrupción de las autoridades y la tala ilegal de árboles.
El trabajo ambientalista del padre fue seguido por sus hijos, Aldo y Misael. Estos se integraron en Greenpeace y en 2004 desplegaron un gran SOS en la ladera del monte. Durante años, documentaron la tala ilegal y señalaron a sus responsables, así como a las autoridades que les protegían.
El 15 de mayo de 2007 ambos hermanos fueron víctimas de un atentado en la ladera del monte. Aldo murió de un balazo en el pulmón mientras que Misael resultó herido. Dos de los atacantes fueron detenidos mientras que existe orden de aprensión contra otros dos, que nunca fueron capturados.
En junio de aquel año, el presidente Felipe Calderón otorgó al activista la mención honorífica del Premio al Mérito Ecológico. A pesar de las buenas palabras y el compromiso de perseguir a los asesinos de su hijo, la justicia nunca llegó.
La falta de eficacia que las autoridades mostraron al perseguir a los persecución contra la familia no terminó ahí. El propio Ildefonso Zamora fue detenido en 2016 y acusado de robar en una vivienda. Denunció haber sido golpeado durante su arresto y la entonces Procuraduría General de la República (PGR) nunca pudo probar los cargos en su contra. Fue absuelto tras un juicio de amparo, pero permaneció durante diez meses en la cárcel de Tenancingo. Su familia y los activistas que los acompañan coinciden en que aquel tiempo encerrado hizo mella en su estado de salud.
Un año antes, en abril de 2015, fue detenido Misael en un operativo supuestamente dirigido contra la tala ilegal de árboles. El joven fue liberado pero sigue con cargos y es posible que en los próximos días sea citado al juzgado para continuar con el proceso en su contra. Él siempre ha defendido su inocencia y ha recibido el apoyo de organizaciones como el Centro Pro de Derechos Humanos o Greenpeace.
“Para nosotros es un ejemplo de luchador social, de defensor de los bosques. El impacto que generó su lucha es difícil de medir, solo se podría medir en millones de árboles”, dijo Luis Tapia Olivares, coordinador legal del Centro Pro. Por su labor, fue perseguido. Dos veces fue encarcelado injustamente; su hijo Aldo fue asesinado y su hijo Misael enfrenta hasta el día de hoy una acusación viciada, promovida por del Gobierno del Edomex
Tras el anuncio del fallecimiento, diversas organizaciones expresaron sus condolencias.
Entre ellas, la oficina en México del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, que lamentó “el sensible fallecimiento del Sr. Ildefonso Zamora, defensor incansable del medio ambiente” y Amnistía Internacional, cuya directora para las Américas, Herika Guevara, dijo a través de un tuit: “e entristece enormemente el fallecimiento del incansable defensor de #DDHH y los bosques Ildefonso Zamora Baldomero. Su fuerza y legado siempre serán un motor para nuestras luchas por la justicia social y medioambiente”.
“Mi hijo, en paz descanse, debe estar orgulloso donde se encuentre, porque toda la causa que emprendí, ha tenido buenos resultados”, decía Ildefonso Zamora en junio de 2019. Su gran pesar entonces era no tener salud para pasear por el monte que tanto defendió. Tras su fallecimiento, queda su legado en los miles de árboles que él plantó para hacer frente a la deforestación que estaba comiéndose el Bosque de Agua.