Vestigios de minas de ocre que podrían ser las más antiguas de América, fueron descubiertos este viernes en cuevas subacuáticas de la península de Yucatán.
El Centro Investigador del Sistema Acuífero de Quintana Roo (CINDAQ), organización privada que realizó el hallazgo, aseguró que se trata de “las minas de ocre más antiguas conocidas en las Américas”.
El acceso a estas cavernas, que en el pasado fueron espacio seco, se ubica unos 10 kilómetros tierra adentro de las playas de Quintana Roo, que son visitadas por millones de turistas de todo el mundo.
Los buceadores del CINDAQ se sumergieron varios kilómetros por cuevas y pasajes, que a veces son de apenas 70 centímetros de ancho, para dar con el paisaje subterráneo.
El CINDAQ reportó una alteración no natural en las minas, lo que indica que otras personas habitaron esos espacios y que dicha presencia ocurrió hace más de 10 mil años.
Los exploradores subacuáticos llevaron muestras físicas, más de 20 mil fotografías y horas de videograbaciones al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como a otros expertos internacionales para determinar el significado del sitio.
“Esto ha revelado por primera vez sitios mineros notablemente preservados que incluyen camas de extracción; hoyos; herramientas de excavación; escombros destrozados que se acumularon por el esfuerzo humano; marcadores de navegación, y fogatas”, añadió el CINDAQ.
Hasta la fecha, al menos nueve esqueletos humanos de la era previa a la inundación habían sido encontrados en este sistema de cavernas de la península de Yucatán, pero solo se especulaba acerca de las razones que los llevaron a este ambiente peligroso e inaccesible.
Entre las hipótesis se consideraba que entraron buscando un refugio temporal, agua fresca o un espacio para enterrar a sus muertos, aunque ninguna contaba con evidencia arqueológica sólida, explican los investigadores.
“Ahora podemos decir, y es lo importante de este descubrimiento, que por lo menos una de las razones es que estaban entrando a hacer esta explotación del ocre”, dijo a la agencia AFP Roberto Junco, subdirector de arqueología subacuática del INAH.
Las investigaciones apuntan a que el ocre rojo era un pigmento mineral altamente valorado y utilizado por los paleoindios o paleoamericanos, los primeros habitantes del hemisferio occidental, lo que los habría impulsado a explorar estos lugares para obtenerlo.
En algunas áreas de la antigua mina el techo está visiblemente oscurecido por lo que parece haber sido el hollín de pequeñas fogatas de aquellos mineros.
“El ocre es verdaderamente uno de esos elementos que permitió crear civilización” y que acompañó a los primeros humanos del mundo desde los momentos más tempranos, señaló Junco.
“Me emociona pensar que esta gente ya estaba produciendo obras de arte con estos pigmentos”, agregó.
Los elaborados pasajes subterráneos fueron inundados hace unos 8 mil años creando las condiciones ideales para preservar las huellas de la antigua actividad humana, según el estudio.
La evidencia apunta a que la actividad minera abarcó un período de 2 mil años y que ocurrió entre 12 mil y 10 mil años atrás. “Esto fue 8 mil años antes del establecimiento de la cultura maya por la que la región es bien conocida”, apunta el reporte.
El tiempo y duración de la minería de ocre coincide con el inicio de grandes cambios ecológicos en la región, como el aumento del nivel del mar y la extinción de megafauna como los perezosos gigantes y los tigres dientes de sable, agrega.