Para conformar la Guardia Nacional y cumplir con las metas de despliegue en las calles, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha seguido una estrategia que prioriza la cantidad y velocidad de elementos transferidos o reclutados, sobre la evaluación y certificación de sus capacidades como policías.
El resultado: hoy se cuenta con más de 90 mil elementos oficialmente adscritos a la nueva fuerza, sin embargo, más del 80% de ellos están en las calles sin que cuenten con el certificado legal que avala que completaron sus evaluaciones y que son aptos para ser policías.
Ello sumado a que aun cuando la ley define a la Guardia Nacional como una policía civil, el grueso de su estado de fuerza se ha construido, en realidad, a partir del reclutamiento y transferencia exclusivamente de soldados y marinos.
Así lo prueban nuevos datos oficiales, a los que tuvo acceso Animal Político, a través de solicitudes de transparencia dirigidas al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
De acuerdo con lo dado a conocer por el gobierno federal, al cierre de 2019 la Guardia Nacional ya contaba con más de 70 mil elementos, que para junio de 2020 – a un año de su despliegue – ya sumaban más de 90 mil. Ello convierte a esta fuerza de seguridad en la mas grande del país, y en la mas rápida que se haya conformado.
La Constitución y la ley de la Guardia Nacional establecen que los guardias son policías civiles y que, como tal, deben cumplir con las disposiciones de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Entre esas disposiciones se encuentra contar con evaluaciones de control de confianza aprobadas y con el denominado Certificado Único Policial (CUP) que acredita que dicho policía tiene, además del referido control de confianza, una adecuada formación inicial, académica y de habilidades.
Contar con dichas certificaciones es requisito obligatorio para ser policía en México. En la Guardia Nacional, sin embargo, ocurre lo contrario.
El SESNSP tiene bajo su jurisdicción el Centro Nacional de Certificación y Acreditación (CNCA), organismo que concentra la información de todas las evaluaciones de control de confianza y de las certificaciones que se realizan en las fuerzas de seguridad en los distintos centros acreditados del país.
Mensualmente el secretariado publica en esta página los resultados por fuerza, con excepción de la Guardia Nacional. Por ello este medio solicitó los datos vía transparencia. La respuesta se recibió a través del oficio SESNSP/UT/1080/2020 fechado el pasado 16 de junio.
De acuerdo con dicho informe, el CNCA tiene un registro de 10 mil 750 elementos de la Guardia que cuentan con el CUP. Ello equivale a solo el 11% de todo el estado de fuerza de la guardia.
A su vez dicho centro detalló contar con un registro de 16 mil 786 evaluaciones de control realizadas para conformar a la Guardia Nacional. Esto significa que el 81% de los elementos de dicha fuerza están en activo sin que siquiera hayan sido sometidos a los procesos de examinación correspondientes, que incluyen pruebas de conocimientos, toxicológicas, polígrafo y entorno social.
De los que sí han sido evaluados, solo 4 mil 438 ya calificaron como elementos aprobados. Hay 919 que reprobaron y de ninguna manera podrían pertenecer ni a la Guardia, mientras que los 11 mil 429 siguen en espera de resultado.
El gobierno ha insistido en que GN cuenta con un despliegue de más de 90 mil efectivos en el país, y que al menos los nuevos reclutas (que equivalen a una cuarta parte) cuentan con talleres de capacitación y preparación cercanos a las mil horas e impartidos en instalaciones militares.
Pero los datos del Centro Nacional de Acreditación y Certificación del SESNSP prueban que en promedio 8 de cada 10 de los efectivos desplegados no tienen completo el procedimiento de evaluación y/o certificación que avala que asimilaron la preparación que recibieron, y que son aptos para desempeñar el trabajo.
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Aunque la ley contempla que un policía debe contar obligatoriamente con las pruebas y certificaciones que avalan que pueden hacer bien su trabajo y que por ende son confiables ante la ciudadanía, en el caso de la Guardia Nacional se hizo una excepción temporal desde el inicio.
En el artículo cuarto transitorio de la Ley que crea la Guardia Nacional se estableció un plazo de dos años para que los centros de evaluación puedan concluir de evaluar y de certificar a los guardias. Ese plazo vence hasta mediados de 2021.
Gracias a ello se ha podido reclutar y desplegar a miles de guardias en el país sin que cuenten aun con la certificación correspondiente. Legisladores que en su momento aprobaron la ley señalaron que se hizo para no obstaculizar la rápida conformación y despliegue de la nueva fuerza.
Pero esta no fue la única estrategia adoptada por el gobierno para acelerar el crecimiento del estado de fuerza de la Guardia Nacional y su despliegue en el país. La otra fue llenarla de militares que ya estaban en activo, aunque no fueran elementos de seguridad pública.
De acuerdo con los datos disponibles más del 60% de los elementos que conforman a esta nueva fuerza son efectivos de la Defensa Nacional y de la Marina que fueron comisionados temporalmente a esta.
Sumados a ellos hoy hay cerca de 25 mil nuevos reclutas en la Guardia que, sin embargo, también son militares, no civiles.
Animal Político corroboró lo anterior a través de la respuesta que la Secretaría de la Defensa Nacional proporcionó a la solicitud de transparencia folio 0000700150030 fechada el pasado 15 de junio. En dicha solicitud se le preguntó a la Defensa, en su calidad de responsable operativa de la GN, sobre la cifra de nuevos reclutas en dicha fuerza.
Lo que la Defensa respondió que ha reclutado 22 mil 714 nuevos policías militares (cuya preparación y exigencia es distinta a la de agentes de seguridad pública) que luego fueron asignados a la Guardia Nacional. Un fenómeno similar sucede con policías navales reclutados y transferidos por la Secretaría de Marina.
Dicha situación confirma lo que un análisis independiente del Observatorio Ciudadano de la Guardia Nacional había adelantado, respecto a que se trata de una fuerza totalmente militar, donde los únicos civiles fueron los policías federales que en su momento aceptaron ser transferidos a esta.
El pasado 30 de junio el gobierno federal detalló en un comunicado los logros que ha alcanzado la Guardia Nacional a un año de su despliegue. De inicio se subrayó que se había conseguido ya realizar un despliegue superior a los 90 mil elementos, y después de ello se detallaron detenciones y decomisos.
Entre otras cosas se destacó el aseguramiento de 15 mil personas por diversos delitos, 3 mil 705 armas de fuego, 105 inmuebles y de más de cien millones de pesos. Ello sumado a decomisos de drogas, entre ellas, 66 toneladas de mariguana, seis toneladas de metanfetamina, dos toneladas de cocaína, y 133 kilos de heroína. Ello además del combate a redes de pornografía infantil, delitos cibernéticos, etc.
Algunos de estos resultados son similares a los que la extinta Policía Federal reportaba comúnmente.
De lo que no se dio detalle en ese comunicado fue del impacto de la Guardia Nacional en la reducción de la violencia, sobre todo a partir de que fue concebida como una fuerza que ayudaría a pacificar el país. Animal Político publicó que son más de 30 mil los asesinatos perpetrados al menos en los primeros 11 meses del despliegue de esta nueva fuerza, cifra superior a los que se cometían antes.