Tras varias semanas de confinamiento por la pandemia de COVID-19, todos debemos, poco a poco, regresar a la llamada “nueva normalidad”, incorporarnos al trabajo, a la escuela, salir a espacios públicos.
Uso de cubrebocas, gel antibacterial, toma de temperatura, espacios sanitizados, sana distancia. Rotación, horarios escalonados, instalación de estaciones sanitarias. Todo esto se normalizará y puede darnos miedo salir a la calle ante un riesgo de contagio.
Cuando una persona experimenta miedo o rechazo ante la necesidad de exponerse y salir de casa después de un largo período sin hacerlo puede padecer el “síndrome de la cabaña”, de acuerdo con la UNAM.
Algunas reacciones se pueden presentar en el ámbito emocional o con sintomatología cognitiva, así como características fisiológicas; taquicardia, sudoración y dificultad motora. También es posible padecer trastornos de ansiedad, depresión y estrés.
La doctora Erika Villavicencio Ayub, investigadora de Universidad Nacional Autónoma de México, recomendó que si el miedo impide a la persona hacer sus actividades, se realicen aproximaciones sucesivas de forma gradual con el objetivo de que se exponga al estímulo negativo asociado a la salida.
Para empezar, se pueden establecer metas pequeñas como depositar la basura en el exterior o ir a la tienda, es necesario intentar en repetidas ocasiones y con un grado de dificultad mayor para superar la situación. De esta forma, la persona podrá manejar la ansiedad y el miedo.
La especialista destacó que es de vital importancia que durante estos ejercicios o al regresar al trabajo se sigan las medidas de protección: usar careta, cubrebocas y gel antibacterial.
Además, se recomienda planear un protocolo de entrada y salida familiar, considerar cuál será la zona segura para dejar su ropa o zapatos después del trabajo, cuál será el procedimiento de cuidado durante los viajes en el transporte público.
Villavicencio Ayub indicó que de no incorporar las normas de autocuidado y de sana distancia, se puede contribuir a experiencias que alimenten el miedo al contagio y que éstas se desencadenen a un nivel mayor.
La especialista destacó que ocho de cada diez personas tienen miedo de regresar al trabajo.
Las principales inquietudes son la exposición a malas prácticas y medidas de limpieza dentro las instalaciones, que no todos los compañeros tengan el mismo cuidado y propaguen el contagio. Así como la exposición durante el trayecto en el transporte público o llevar el contagio a integrantes vulnerables de su familia, ya sea por temas de salud o edad.
“Algunos otros comentan que están muy preocupados porque en sus organizaciones no se han tomado las medidas necesarias ni en el inicio, ni durante y mucho menos ahora. Inclusive algunos reportaron que hubo contagios y hasta defunciones, entonces en esas situaciones están sumamente aterrados de tener que regresar porque se les ha ocultado información”.
Villavicencio subrayó que el reto de las empresas es tomar la responsabilidad y las medidas que aseguren la tranquilidad de los trabajadores para que estos desempeñen sus actividades de manera óptima. Añadió que las empresas deben comunicar de forma clara y precisa, a través de los canales oficiales disponibles, para evitar la degradación de información, lo que generará un estado de seguridad en los colaboradores.