A fin de evitar un rebrote de la epidemia de COVID-19 en la etapa de reactivación económica, líderes de cámaras industriales urgieron a las autoridades a que implementen medidas sanitarias en vías y espacios públicos para que los trabajadores no se contagien fuera de las fábricas, armadoras y maquiladoras donde laboran.
Eduardo Solís, encargado de cadenas globales de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), señaló que los esfuerzos de las empresas por aplicar reglas estrictas de higiene resultan insuficientes para contener la pandemia si en las calles y el transporte público que usan los empleados no se vigila el cumplimiento de medidas sanitarias como la sana distancia o el uso de tapabocas.
“Hacemos un llamado a las autoridades municipales y estatales para que, así como nosotros protegemos a nuestros trabajadores de su traslado a la entrada del trabajo, pues que lo hagan ellos en las calles, porque vemos las calles llenas de gente sin cubrebocas, o la vemos haciendo fila para tomar un autobús sin ningún distanciamiento, o llenan los camiones sin dejar asientos disponibles para mantener una distancia”, indicó en entrevista.
“Es decir, por más protocolo que tengas en las empresas, si las ciudades no van acorde a eso, si los trabajadores salen y van a comer en un puesto ambulante y se amontonan y se quitan el cubrebocas, pues, por más cuidado que tengamos en la empresa, si allá afuera no hay quien proteja, quien ejerza la obligación de la protección sanitaria, pues entonces es como tener un doble lenguaje: el de la seguridad en las empresas y el de la inseguridad en las ciudades”.
Solís, expresidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), afirmó que las compañías del sector industrial -uno de los primeros en reactivar- han adoptado recomendaciones de higiene en el trabajo como la toma de temperatura de los empleados, la aplicación de pruebas diagnósticas, la instalación de separaciones físicas entre los lugares de trabajo, la desinfección de las herramientas y el uso obligatorio de tapabocas y caretas.
“No ha sido fácil el retorno, por tratarse de una reapertura que conlleva una responsabilidad que las empresas han tomado muy en serio de proteger la vida y la salud de los empleados. Se ha estado monitoreando el regreso de una manera que puedan convivir estos dos elementos, el más importante, la vida y la salud de los empleados y de los proveedores, y, por el otro lado, la parte económica, la parte de echar adelante la maquinaria que permita regresar a esta nueva normalidad”, detalló.
Apuntó que, en las ciudades en las que aún está en rojo el semáforo epidemiológico -lo que indica un elevado número de contagios-, a las fábricas se les permite operar sólo con un 30% de su planta laboral.
Debido a que industrias nacionales son proveedoras de empresas en otros países, especialmente Estados Unidos, y dado que el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) entrará en vigor el 1 de julio, se requiere del apoyo del gobierno en dos modalidades: financiamiento para la aplicación de protocolos sanitarios y acompañamiento para adaptarse a las nuevas exigencias comerciales del tratado en medio de la pandemia, explicó Solís.
“Se debe apoyar a las empresas para poder seguir estrictos protocolos; que haya financiamiento para que las pequeñas y medianas empresas que están dentro de la cadena puedan asegurar el mismo nivel de exigencia que se tiene desde las armadoras y desde los proveedores del primer nivel; tener conciencia de que el 1 de julio entra en vigor el tratado, que impone reglas de origen mucho más estrictas”, comentó.
“Me parece que el tema sanitario y el tema del tratado las empresas lo tienen encima, y la Secretaría de Economía deberá mantenerse muy cercana a ellas para el cumplimiento del tratado, el aprovechamiento del mismo, pero también para poder tener protocolos de altísimos estándares que aseguren la vida y salud de nuestros trabajadores”.
Por su parte, Salvador Saavedra, vicepresidente del sector automotriz de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), afirmó que los empresarios se han tomado “muy en serio” el cuidado de su planta laboral debido a que tener casos de contagio podría paralizar nuevamente sus procesos de producción.
“Se toman muy en serio estas medidas porque, si no, te puede parar la industria, además de las pérdidas, la reputación, la repercusión social; es altamente complicado, no quieres que dentro de la empresa suceda; si dentro de la empresa tienes un caso, pues tiene que aislar a todo el personal que estuvo relacionado con ese caso, no es sólo la persona que resultó con COVID-19, sino todas las personas que estuvieron relacionadas con ella, entonces puede crear un conflicto muy grande tener media planta detenida”, indicó.
Saavedra coincidió con el representante de Concamin en que las autoridades deben tomar medidas para evitar los contagios de los empleados fuera de las plantas de trabajo.
“Las medidas que nosotros tomamos ayudan a prevenir el contagio dentro del centro de trabajo, sin embargo, una vez que el empleado sale, ya no tienes ese control de qué pasa, y por ello sigue siendo muy estrictos los controles de entrada”, expuso.
Dueño a su vez de una empresa fabricante de carrocerías y remolques, Saavedra indicó que, en la reactivación económica, el sector industrial enfrenta la dificultad de que la mayoría del trabajo se debe ejecutar de manera presencial por los empleados.
“Dependiendo del giro, las manufactureras han sufrido mucho, porque en esa industria tú quieres hacer los procesos lo más corto posibles, y en muchas ocasiones tienes personas cercanas unas a otras”, planteó. “En la áreas de almacén y producción, el que está atrás de una máquina tiene que estar ahí, el que está ensamblando un vehículo tiene que estar ahí, eso no lo podemos hacer remoto”.
El representante industrial apuntó que las empresas tuvieron que hacer “inversiones importantes” en tecnología informática para permitir el trabajo remoto a sus empleados de áreas administrativas, así como en separaciones físicas entre las personas y en capacitaciones.
Agregó que la recuperación económica será lenta porque, para evitar aglomeraciones, las compañías tuvieron que implementar horarios escalonados y reestructurar sus procesos productivos para que más funciones sean realizadas por una sola persona en lugar de dos o más.
Dijo que, si las empresas industriales descuidan las medidas para evitar contagios, ello no sólo afectará su propia recuperación, sino que perjudicará cadenas globales de suministro.
“Ya era hora de reactivar, siempre y cuando la industria tome todas las medidas para hacerlo bien; habrá industrias que, por ahorrarse unos pesos, no capacitaron a su personal, y eso nos va a traer rebrotes muy altos. El mundo está tan interconectado que hay industrias que están operando en México y tienen que surtirle a otra que está en Estados Unidos y a otra que está en Alemania y se hace un círculo muy grande, entonces una pequeña industria que pare aquí puede parar una gran industria en algún otro lugar del mundo”, explicó.