El 9 de abril fue encontrado el cuerpo de una mujer con signos de violencia, heridas de arma blanca y abandonado en un barranco en el municipio de Cadereyta de Montes, Querétaro. Pero este crimen no fue reportado como “feminicidio” en las estadísticas del estado, que se mantiene como el segundo con la menor tasa de ese delito, con apenas un caso en lo que va del año. De hecho, a nivel nacional se ha informado que los feminicidios van a la baja desde febrero, mientras que, en contraste, los homicidios dolosos de mujeres alcanzaron el mes pasado un máximo histórico.
En abril de 2020 se abrieron 267 carpetas de investigación por homicidio doloso de una mujer, la cifra más alta del año y la más alta desde 2015, de acuerdo con el último reporte sobre violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), publicado este lunes.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que la violencia contra las mujeres no ha aumentado durante el confinamiento en los hogares por la pandemia de COVID-19 y apenas el pasado 20 de mayo presumió disminuciones en los feminicidios.
Pero mientras los asesinatos clasificados como “feminicidio” tuvieron una baja de 10%, al pasar de 78 víctimas a 70 el último mes, los homicidios de mujeres subieron 5.1% respecto a marzo y 14.1% respecto a abril de 2019.
En total, 337 mujeres fueron asesinadas en abril pasado, la cifra más alta en lo que va de 2020 y que significa un promedio de 11.2 asesinadas cada día.
Activistas de las organizaciones sociales Amnistía Internacional, Equis Justicia para las Mujeres y la Red Nacional de Refugios coincidieron en que hay un subregistro de feminicidios, porque muchas veces el delito no se clasifica así de inicio, por lo que el aumento de homicidios dolosos debe ser una señal de alerta.
“Los homicidios dolosos de mujeres sí son un indicador sobre violencia de género. El tema de cómo se lleva a cabo la investigación es mucho más complejo y va un poquito después, y después se puede clasificar como feminicidio, se pueden iniciar las investigaciones como feminicidio, pero el dato de incidencia es un dato bruto de lo que acaba de pasar, no de cuál es el resultado de la investigación”, señaló la subdirectora de Equis Justicia, Maïssa Hubert, en conferencia de prensa.
Los homicidios dolosos, que se investigan de oficio, fueron el único delito con un aumento de carpetas de investigación durante abril, mientras que del resto de delitos, que requieren que se interponga una denuncia formal, tuvieron fuertes caídas.
Sin embargo, no pasó lo mismo con las llamadas de emergencia al 911 por parte de mujeres, que durante el segundo mes de confinamiento por la pandemia de COVID-19 siguen en niveles más altos que al iniciar el año o que el promedio registrado durante 2019. Esto considerando solo llamadas efectivas y no “falsas” que, como se explica aquí, no son consideradas en las estadísticas.
En el caso de “llamadas por incidentes de violencia familiar”, en abril hubo 60 mil 543; eso son alrededor de 4 mil menos que en marzo, pero 8 mil más que en febrero. La discrepancia con las investigaciones abiertas formalmente por este delito es amplia: mientras que las llamadas bajaron solo 6.6%, las carpetas de investigación fueron 28% menos a nivel nacional.
Hubert, de Equis Justicia, aseguró que su organización ha recibido quejas de mujeres que no han sido atendidas cuando intentan poner una denuncia o no han podido estar acompañadas por un abogado o abogada, lo que obstruye su acceso a la justicia.
“El confinamiento, la reducción de la movilidad, la crisis económica, el aislamiento desde tus redes de apoyo, son factores que aumentan la incidencia de violencia intrafamiliar, pero que también complican muchísimo el acceso a servicios del Estado para las mujeres que podrían necesitarlo. Es más complicado tener información sobre los horarios disponibles, es más peligroso salir a la calle y es mucho más complicado para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar hasta hacer una simple llamada para tener acceso a esta información”, detalló.
En el caso de llamadas por “violencia en la pareja”, en abril pasado se reportaron 19 mil 692, menos que en marzo pero más que en enero y febrero. Y registradas como “incidentes de violencia contra la mujer” hubo 21 mil 722, que es 32% más que el promedio mensual de llamadas con este motivo en 2019.
La directora ejecutiva de Amnistía Internacional México, Tania Reneaum, también explicó que las cifras de violencia de género son muy complejas y hay que analizarlas en su contexto, porque hay distintos factores que pueden influir, como que con el confinamiento total que hubo en abril, se complicara para las mujeres incluso tomar el teléfono para hacer una llamada de denuncia.
“Tenemos indicios claros de que probablemente la prevalencia de la violencia se ha mantenido, y en algunas manifestaciones de la violencia, ha aumentado. No es casual que las llamadas al 911 por violencia intrafamiliar aumentaron tanto en marzo, que empezó el confinamiento, y que puede haber otros fenómenos, por ejemplo, puede ocurrir que aumentaron con todas las movilizaciones del 8 y 9 de marzo, que la sensibilidad estaba más a flor de piel, y puede ser que hayan disminuido en abril porque el agresor estaba cerca y no pueden hablar, o porque las mujeres hacen sus propias estrategias de sobrevivencia para no estar en el riesgo de una violencia mucho más fuerte, y están en espacios de menos libertad y más sometimiento”, comentó.
Ante estas cifras, las organizaciones civiles hicieron un llamado al gobierno federal a hacer menos esfuerzos en dar distintas interpretaciones a los datos y más en tomar acciones contundentes para prevenir la violencia contra las mujeres y garantizar su acceso a la justicia.