Aunque los hospitales han restringido sus servicios y consultas para atender a los pacientes de COVID y la recomendación general para la población es no acudir a las instituciones de salud si no se tiene una condición grave, la atención a las mujeres embarazadas no se puede interrumpir, solo hay que seguir ciertas medidas y acudir al lugar indicado.
De hecho, durante la pandemia, los servicios de salud sexual y reproductiva, y de manera particular, la atención durante el embarazo, parto y puerperio y de la persona recién nacida, se clasifican como servicios esenciales que deben mantenerse.
Así lo estipula el Lineamiento para la prevención y mitigación de COVID-19 en la atención del embarazo, parto, puerperio y de la persona recién nacida, emitido por la Secretaría de Salud este 12 de abril.
Y es que de acuerdo con proyecciones del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, para el periodo de abril a junio, se estima la ocurrencia de cerca de 260 mil eventos obstétricos en el país, un aproximado de 235 mil nacimientos y cerca de 25 mil abortos.
Además, considerando las condiciones habituales de atención, se otorgarían alrededor de un millón 150 mil consultas de control prenatal y casi 200 mil consultas durante el puerperio.
El lineamiento señala que todas las mujeres embarazadas tienen derecho a recibir atención médica, y para asegurar esto “es fundamental incorporar, como parte del plan de respuesta de cada estado, las medidas para dar continuidad a estos servicios, tanto de las personas sanas como sospechosas y en casos confirmados de COVID-19”.
Es recomendable – señala el documento– que cada entidad designe un equipo coordinador para la implementación de la respuesta, integrado por profesionales de salud con diferentes áreas de especialidad, incluyendo salubristas, ginecobstetras y pediatras, así como garantizar la comunicación entre las jefatura de Epidemiología y de Salud Reproductiva para la toma de decisiones.
Para asegurar la atención a las mujeres, se pide a los estados identificar unidades del primer nivel que cuenten con espacios para la atención prenatal y obstétrica o aquellas que puedan ser instaladas con mínimas adecuaciones y planificar la instalación de establecimientos alternos y exclusivos para la atención materna y perinatal.
De acuerdo con lo establecido en el “Lineamiento de Reconversión Hospitalaria”, los hospitales enfocados en la atención ginecobstétrica no deberán formar parte de los planes de reconversión para atender casos de COVID.
Sin embargo, hay hospitales de reconversión parcial o total que cuentan con servicios de ginecobstetricia, que podrán ser la primera opción para el tratamiento de casos confirmados de mujeres embarazadas con COVID-19.
Las consultas pre natales se deberán realizar en el primer nivel de atención, con las medidas necesarias de prevención: espaciar la frecuencia de las consultas y reducir el número de personas citadas por día, priorizar la atención a mujeres con embarazo de alto riesgo. En todos los casos se deberá hacer una revisión para descartar riesgo de COVID.
Los casos sospechosos permanecerán en aislamiento domiciliario por 14 días y podrán retomar las consultas si el cuadro respiratorio se ha resuelto. La indicación para cesárea deberá tomarse cuando esté medicamente justificada y fundamentarse adecuadamente en el expediente clínico.
En caso de presentar síntomas, datos de alarma o dudas sobre COVID-19 se puede solicitar asesoría telefónica en la Unidad de Inteligencia Epidemiológica y Sanitaria: 800 00 44 800, en la línea directa de COVID-19 de cada estado, aquí se pueden consultar: https://coronavirus.gob.mx/contacto/#directorio
También se puede llamar a la Línea MATERNA: 800 628 37 62 (MATERNA), donde brindan información sobre signos de alarma en el embarazo, atención de emergencias obstétricas, orientación para atención en el embarazo, parto y puerperio y apoyo en lactancia materna.
Está también disponible la línea Planifica TEL: 800 624 64 64 del Sistema de atención del Consejo Nacional de Población y el Instituto Mexicano del Segura Social, que otorga información sobre planificación familiar y métodos anticonceptivos, de manera confidencial y personalizada.
Para orientación relacionada con salud mental y prevención o atención de la violencia está disponible la Línea de la vida: 800 911 20 00. Y está también el
9-1-1 que además de atender emergencias en general, tiene capacidad para atender los casos de violencia familiar y de género y para canalizar a las personas en situación de violencia a las instancias de ayuda correspondientes.
Durante la conferencia vespertina sobre COVID-19 de este lunes, Karla Berdichevsky Feldman, directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, recomendó a las mujeres embarazadas seguir las medidas de higiene y sana distancia.
“Para este grupo el quédate en casa es crítico, porque además hay poblaciones de mujeres embarazadas con factores de riesgo adicionales”.
Es importante prestar atención a síntomas de alarma para un complicación en el embarazo, como sangrado vaginal o salida de líquido, dolor de cabeza intenso, visión borrosa o ver lucecitas, zumbido de oídos, hinchazón de cara, manos y pies, dolor en la boca del estómago y fiebre.
Por supuesto hay que prestar mucha atención a síntomas que indiquen una infección respiratoria, como tos, dolor de garganta, dolor de cabeza, fiebre igual o mayor a 38 grados. Ante cualquier sospecha de tener coronavirus o que alguien cercano puede tenerlo hay que comunicarse a la línea COVID-19: 800 00 44 800.
Berdichevsky recomendó también a las mujeres embarazadas no quedarse incomunicadas durante la temporada de aislamiento. “Hay que tener a la mano los números de las instituciones donde se pueden consultar dudas o pedir apoyo, y el de un familiar o una amiga”.