“No hacían nada cuando no había contingencia, así que ahora menos”.
María Isabel Cruz Bernal busca desde hace tres años, tres meses y un día a su hijo Reyes Yosimar García, desaparecido en Culiacán, Sinaloa, “a manos de la Policía Municipal”.
Desde entonces, esta mujer, que fundó el colectivo Sabuesos Guerreras de Sinaloa, ha aprendido muchas cosas: a rastrear, excavar, negociar, escuchar, e investigar. También a desconfiar de las instituciones, a las que acusa de no apoyar a los familiares que buscan a sus seres queridos. Por eso, cuando hace 15 días recibieron el aviso de la comisión estatal de búsqueda de que suspendían las búsquedas, el grupo tomó la decisión de seguir adelante.
“No podemos parar. Es una agonía no salir durante 40 días. Íbamos a ir con Fiscalía. Pero ahora vamos a tener que ir solas”, dice, en conversación telefónica con Animal Político.
“Tenemos miedo de enfermar, pero ya estamos enfermas de tanto dolor, de qué más nos podemos enfermar”, afirma.
El sábado 28 de marzo, una decena de mujeres se armó de piochas, picos y palas y regresó a terrenos baldíos de Sinaloa buscando fosas clandestinas. Se centraron en la zona de Agua Caliente, Culiacán, una zona que en los últimos tiempos ha sido escenario de enfrentamientos entre grupos delincuenciales y civiles que se levantaron en armas. A pesar de conocer esta realidad, Cruz Bernal considera que peor sería no lanzarse a la búsqueda.
Aquel día no hallaron nada. Pero eso no es obstáculo para regresar al terreno en cuanto puedan.
De hecho, una semana después, varias mujeres del mismo colectivo se desplazaron hasta Tijuana, Baja California, para seguir con la búsqueda en vida. Con carteles con los rostros de sus seres queridos y sus números de teléfono, las integrantes de Sabuesos Guerreras de Sinaloa recorrieron algunas zonas de la ciudad rastreando pistas. Regresaron a Culiacán con las manos vacías, pero eso “no nos quita el volver a buscarlos”, según Cruz Bernal.
“Con los colectivos se tomó el acuerdo de no exponerse. Algunos tienen enfermedades, son personas adultas. Cuando todo esto pase se volverá a reactivar, aunque la comisión sigue trabajando”, dijeron a Animal Político fuentes de la Comisión Estatal de Búsqueda de Sinaloa.
Para desarrollar un operativo es necesario movilizar a policías, Ministerio Público y Marina, además de los familiares. “No queremos exponernos ni afectar a las familias”, dicen desde esta instancia estatal.
Esta situación no se limita a Sinaloa.
El virus también ha impactado en uno de los colectivos más vulnerables de México: el de los familiares de desaparecidos. Más de 61 mil personas no han regresado a sus casas, según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda. Miles de sus familiares se organizan en los distintos estados para encontrarlos. Pero estos trabajando han sufrido un paro a causa de la pandemia.
Las fiscalías estatales y las comisiones han suspendido las labores de búsqueda sobre el terreno, aunque no se ha renunciado a los operativos de reacción rápida.
Por el momento, la jornada de Sana Distancia se alarga hasta el 30 de abril, lo que implica más de un mes sin salir al terreno. Y todo ello con la incertidumbre de que el gobierno pueda alargar el período.
Hasta el momento, México tiene 3 mil 844 casos confirmados y 233 muertes, pero el subsecretario Hugo López-Gatell dijo que el país llegará a la fase 3 de COVID-19, en aproximadamente 15 días.
La Comisión Nacional de Búsqueda anunció que sigue trabajando y que los afectados pueden contactar con la institución a través de los canales habituales, como la línea telefónica 5513099024 y 8000287783.
Un comunicado hecho público por el Movimiento por Nuestros Desaparecidos pidió que no se olvide esta problemática.
“Para las familias de personas desaparecidas el aislamiento obligatorio significa días perdidos para que nuestros seres queridos vuelvan a casa. Sin embargo, tenemos muy claro que es momento de priorizar la vida de todas las personas; si no estamos sanas y sanos, no seremos útiles para seguir buscando a las más de 61 mil personas que nos faltan”, dice el texto.
Los colectivos están en la disyuntiva de seguir rastreando por su cuenta y sin autoridades o replegarse, acatar las medidas sanitarias y esperar a que mejoren las condiciones. La mayoría de grupos ha decidido replegarse y seguir con trabajos administrativos o de exploraciones que no impliquen exponer a las personas más vulnerables.
Josefina De León, de la Red de Desaparecidos de Tamaulipas, explica que la semana pasada debían haber realizado una búsqueda durante tres días. Pero recibieron un oficio de la Fiscalía General de Justicia en la que informaba que se aplazaban los trabajos hasta el fin de la contingencia.
En su caso, dice estar de acuerdo con las medidas. Aunque le gustaría que todo esfuerzo que se está aplicando para evitar los contagios se traslade en el futuro a la búsqueda. “Esto también es una contingencia”, explica la mujer, que trata de encontrar a su hija, Cinthia Mabel Pantoja de León, a la que se vio por última vez en Ciudad Victoria en 2012. Desde entonces, dice, su vida es “buscar, buscar y buscar”.
Ahora, sin embargo, la búsqueda ha tenido que entrar en pausa.
Según señala, además de las búsquedas se han paralizado la construcción de dos panteones en Mante y Tampico.
No poder salir a terreno no implica que los familiares, personas consagradas en cuerpo y alma a buscar, vayan a quedarse parados. Explica De León que “junto a otros grupos de otras partes de la república estamos intercambiando información de fichas, para hacer la búsqueda con lo que ya tenemos, y hacer revisiones”.
“Algo tenemos que hacer”, dice la mujer, que reconoce que la contingencia les está afectando.
Fuentes de la Fiscalía General de Tamaulipas indicaron que lo que no se ha paralizado han sido los casos de reacción inmediata.
Fernando Ocegueda, activista referente en las búsquedas en Baja California y actualmente director operativo de la comisión en el estado, indicó que desde las instituciones se contactó con los colectivos y se llegó al acuerdo de suspender las búsquedas hasta el fin de la contingencia. “Teníamos un plan estructurado, cada tres meses se revisa”, explica.
Así que lo que no se haga ahora tendrá que volver a situarse en el calendario.
“Para nosotros es una prioridad buscar. Pero no queremos que pueda haber una situación de infección o algo”, dice Ocegueda.
Durante este tiempo, asegura, tampoco se van a quedar quietos.
“Se va a provechar para revisar puntos y hacer inspecciones oculares, tenemos muchísima información que procesar”, dice.
Explica que recientemente en Baja California se celebró una asamblea en la que participaron todos los diferentes colectivos y crearon el Movimiento estatal Por Nuestros Desparecidos.
“Tenemos al menos 80 puntos de revisión. Pero antes de ir con las autoridades hay que inspeccionar, tomar fotografías, ir con el dron, la geolocalización”, explica.
El tiempo transcurre y esto genera, según Ocegueda, “un estado de desesperación en muchas de las familias”.