Al grito de “¿Dónde están nuestros hijos?”, este viernes 7 de febrero inició la quinta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Integrada por más de 300 personas provenientes de 22 estados de la República, entre familiares de víctimas, colectivos, académicos y activistas, las labores de búsqueda de esta Brigada se centrarán en Papantla, en la zona norte del estado de Veracruz; entidad donde en los últimos años se han localizado numerosos cementerios clandestinos del crimen organizado, como las fosas de Santa Fe.
En conferencia de prensa esta mañana en el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), los representantes de la Brigada destacaron que los padres y madres de las víctimas no buscan a los responsables de las desapariciones, sino a sus seres queridos o las respuestas que les den la certeza de qué sucedió con ellos.
“Que se entienda muy bien, la Brigada no sale a buscar culpables, sino a recuperar tesoros, que son las personas queridas que desaparecieron”, apuntó Miguel Barrera, de Marabunta.
“Es muy importante decir esto porque se puede entender que vamos a calentar la plaza, y no buscamos eso. Solo queremos encontrar a los desaparecidos o saber qué sucedió con ellos”, recalcó el activista.
“La agenda de las familias en esta brigada es muy clara —apuntó por su parte Noé Amezcua, del Centro de Estudios Ecuménicos—, no queremos más violencia, ni más desapariciones. Queremos encontrar a nuestros seres queridos. Nuestro mensaje es un mensaje contundente de paz”.
Amezcua explicó que las labores de búsqueda en Papantla se llevarán a cabo a través de cinco ejes: la búsqueda en campo, es decir, en lugares donde puede haber fosas clandestinas; la identificación forense de restos; y la búsqueda con vida de los desaparecidos.
“Esos tres puntos son la columna vertebral y el sentido de esta Brigada”, apuntó el activista.
Los otros dos ejes son: intervención de la iglesia, que apoyará en recibir y dar albergue y alimentos a la Brigada; y las escuelas, que consiste en asistir a centros educativos para generar conciencia entre los estudiantes e ir reconstruyendo el tejido social.
“Si sensibilizamos a los chicos, a los padres, y a los maestros, muchas veces ellos se acercan a darnos información del lugar. Y eso es muy importante para el eje de búsqueda en vida”, explicó Miguel Barrera.
En cuanto al eje forense, Alejandro Salas, integrante del equipo de Familiares en Búsqueda María Herrera, señaló que un grupo de 10 expertos forenses, que vienen de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y del Equipo Mexicano de Antropología Forense, entre otros, apoyarán en las labores de rastreo en fosas. Aunque los posibles restos que se encuentren serán entregados a los peritos forenses de la Fiscalía de Veracruz, para que ellos hagan todo el proceso de exhumación y el posterior análisis.
Elementos de la Policía Federal y de la Guardia Nacional acompañarán a las 300 personas que integran la Brigada, mientras que 26 voluntarios del colectivo Marabunta apoyarán en el terreno, haciendo rondines y guardias.
María Herrera, activista que busca a cuatro de sus hijos desaparecidos en Poza Rica, en la zona norte de Veracruz, dijo que es necesario visibilizar la situación grave de desapariciones en México.
“Se debe reconocer que en México estamos ante una emergencia nacional por este problema”, señaló Herrera.
“Debemos decirles a nuestros gobiernos que ya basta, que estamos cansados de tanta maldad añadió—. Porque sabemos que si ellos se ponen las pilas y hacen las cosas como se deben hacer, con la ayuda de la sociedad van a lograr que esta situación pare”.