Más de seis millones de mujeres fueron víctimas de delitos sexuales, como acoso, hostigamiento, abuso y violación. Sin embargo, de acuerdo con estimaciones de la organización México Evalúa, más del 99% de casos no fueron denunciados.
Entre julio y diciembre de 2019, se iniciaron 2 mil 364 carpetas de investigación en el país por el delito de violación, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNP); sin embargo, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), el número de víctimas de este ilícito fueron 363 mil 768.
Esto significa que en el 99.4% de los casos de violación no hubo una denuncia o no se inició una investigación.
México Evalúa identificó que Tlaxcala, Aguascalientes y Mérida son las ciudades con “los casos más alarmantes”.
En Tlaxcala, cerca de 2 mil 339 mujeres fueron víctimas de acoso u hostigamiento sexual en los últimos seis meses de 2019, sin que se abriera una sola carpeta de investigación por este delito en el periodo mencionado, es decir, tiene una cifra negra de 100%.
En Aguascalientes, 20 mil 028 mujeres fueron víctimas de abuso sexual entre julio y diciembre de 2019, y tampoco se inició carpeta de investigación alguna por este delito, por lo que tiene una cifra negra del 100%.
En Mérida, a pesar de que hubo 7 mil 537 mujeres víctimas de violación entre julio y diciembre de 2019, solo se iniciaron 11 carpetas de investigación por este delito, lo que representa una cifra negra del 99.9%.
Las ciudades con la cifra negra más baja en violación y abuso sexual fueron Zacatecas (93.3%) y Tampico (98.8%).
Estos datos, publicados por primera vez en la ENSU, permiten dar cuenta de la gravedad de la violencia contra las mujeres, denunciada por los movimientos #MeToo, #NoMeCuidanMeViolan, #NiUnaMás y #VivasNosQueremos, señaló la organización.
“Los discursos y las promesas de campaña son insuficientes si los gobiernos federal y estatal no llevan a cabo acciones para derribar el muro institucional que repele la denuncia y alimenta la impunidad en la violencia contra las mujeres.
Urge diseñar estrategias y planes de acción claros que no solo tomen en cuenta las diferencias regionales, sino también los distintos tipos de violencia. Con evidencia nos sumamos a esta exigencia por atender la violencia de género”, concluyó.