El gobierno federal dio a conocer este miércoles el proyecto de inversión para la construcción del Tren Maya en el sureste mexicano, en el que se estima un gasto público de 139 mil millones de pesos (incluyendo IVA), y además se señalan algunos de los beneficios que se esperan con el tren, su impacto social y de transporte, e incluso algunos riesgos que implica una obra de este tipo.
En el documento publicado en la página de la Secretaría de Hacienda, de costo-beneficio, se detalla que en 2020 el gobierno federal haría una inversión de 31 mil 471 millones de pesos; en 2021, el gasto sería de 97 mil 419 millones de pesos, y en 2022 de 10,181 millones de pesos.
Además, se requerirían 8.3 mil millones de pesos “para la reinversión del material rodante, a ser desembolsados en 2033 y 2043”.
En total, el gobierno estima que la obra cueste 281,684 millones de pesos, ya con la suma de la inversión pública y privada.
Los costos de operación y mantenimiento para un periodo de 30 años serían de 156.4 mil millones de pesos (con IVA).
También se menciona que el proyecto de infraestructura ferroviaria, de transporte de pasajeros y de carga, que pasaría por los estados de Chiapas, Tabasco, Yucatán, Quintana Roo y Campeche, consistiría en aproximadamente 1,440 kilómetros de vía con 30 estaciones “localizadas en grandes ciudades y poblados de la región”.
Se contempla el uso de 30 locomotoras y 180 carros de pasajeros.
Serían 7 tramos principales: de Palenque a Escárcega, de Escárcega al límite del estado de Campeche, del límite del estado de Campeche a Izamal, de Izamal a Tulum, de Cancún a Tulum, de Tulum a Bacalar, y de Bacalar a Escárcega.
Según se lee en el documento, el gobierno federal aún no cuenta con el 100% de factibilidad legal, económica y técnica de la obra. Dichos estudios, se señala, están en proceso de elaboración.
En el proyecto de inversión se detalla cuáles son algunos de los riesgos de la obra. Entre ellos, está el que no se pueda adquirir la propiedad de los terrenos necesarios para tener el derecho de vía, y que suba el precio de algunos terrenos.
Otro riesgo mencionado, es que aparezcan fallas geológicas, “características del suelo u obstrucciones físicas que no sean identificadas en la elaboración del proyecto ejecutivo”.
En otro punto se menciona el riesgo de que se lleven a cabo “salvamentos de sitios arqueológicos que originalmente no fueron programados”, y de que “surjan incompatibilidades entre los diferentes componentes del Proyecto y/o disputas entre los diferentes constructores, mantenedores y operadores”.
Por último, se señala el riesgo de que “la demanda proyectada (carga y pasajeros) sea menor a la real y por ello no se alcancen los beneficios socioeconómicos esperados”.
Según el análisis de movilidad que hace el gobierno federal para justificar la inversión en el proyecto del Tren Maya, la obra alcanzaría una demanda de 325 mil pasajeros cada día; el 70% de ésta sería de locales que lo usarían para sus actividades cotidianas y que actualmente lo hacen en automóvil o transporte colectivo. Sobre la demanda para transporte de carga, se proyectan 69 mil toneladas diarias.
Sobre la demanda, el documento indica que se prevé un aumento de 3% anual para llegar a 50 millones de visitantes anuales para el año 2052 gracias al Tren.
Sin embargo, esta proyección se concentra en el turismo de Quintana Roo —84%—, uno de los cinco estados por los que cruza el tren además de Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco.
El análisis destaca que Quintana Roo concentra el 78% de la infraestructura hotelera de entre las entidades por las que cruzaría el Tren Maya; en Campeche, Chiapas y Tabasco sólo hay 9% de la oferta total.
El crecimiento de la demanda de turistas por la presencia del Tren Maya no modificaría que Quintana Roo sea el destino de 8 de cada 10; y los otros estados se queden apenas con el resto.
Según el análisis entregado a Hacienda, tener trenes impulsados por diésel en lugar de eléctricos es menos costoso. En esta conclusión no se incluyen los costos ambientales de utilizar combustibles fósiles en lugar de una alternativa eléctrica.
Sobre la factibilidad ambiental del proyecto, se establece que en agosto de 2020 se contará con el Documento Técnico con los principales estudios ambientales necesarios para ejecutar la obra.
Los cálculos del gobierno federal indican que el Tren Maya implicaría beneficios acumulados por 352.6 mil millones de pesos, principalmente por los ingresos obtenidos por el transporte de pasajeros (36%) y por turismo internacional (27.7%).
En total, según el gobierno federal, para el año 2023 la derrama económica por turismo —en este caso tanto nacional como internacional— habrá aumentado 8% con el Tren Maya y sumará 225 mil millones de pesos.
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