Con tres planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en paro desde noviembre, en protesta por la violencia sexual y supuestos abusos de profesores, y después de que el lunes pasado debieron reiniciar clases las Prepas 7 y 9, Rectoría anunció el miércoles la instalación de mesas de la Unidad para la Atención de Denuncias (UNAD) en la puerta de las escuelas inconformes, para recibir y dar seguimiento a sus quejas.
Sin embargo, en los tres días de la semana que estuvieron las mesas no recibieron ninguna denuncia, informó personal que las atendía.
Para algunas jóvenes consultadas por Animal Político en las preparatorias 7 y 9 de la Ciudad de México, fue simplemente absurdo cómo pretendían hacerlo.
“Es que de por sí no es fácil ir a denunciar, imagínate, decir que un maestro te tocó, o que un chavo te hizo algo, y luego ponen las mesas a medio patio o aquí en la puerta donde todo mundo te ve, y luego te van a ir a preguntar que qué te pasó, qué fuiste a denunciar”, comentó una alumna de Prepa 7 el viernes, después de una mesa de diálogo con autoridades.
Una madre de familia contó que tan solo se acercó con su hija a preguntar de qué se trataba, y un hombre comenzó a tomarles fotos, por lo que se molestaron y lo obligaron a borrarlas. Según otra joven que también se acercó, se trataba de un fotógrafo de Gaceta UNAM, un periódico de difusión de las actividades de la Universidad.
“¿Con qué confianza de que vas a estar segura y que tu denuncia va a ser confidencial vas a ir, si hasta te toman fotos para Gaceta UNAM?”, dijo.
Desde el miércoles la UNAM informó sobre la instalación de las mesas, en un comunicado acompañado de fotografías en las que se veía el rostro de adolescentes que se acercaron a las meses en las Prepas y en la Facultad de Filosofía y Letras, también en paro.
La UNAM no informó sobre los resultados de las mesas, a pregunta expresa de Animal Político.
El jueves pasado, día que fracasó un intento de mesa de diálogo en Prepa 9, algunas chicas comentaban que al acercarse a las mesas las atendía una psicóloga, en lugar de abogada, por lo que les pareció que no era el personal adecuado, y que además no tomó nota de lo que le decían y concluyó que no iba a proceder.
También chicos dijeron que solo eran para violencia de género, y no para las denuncias de corrupción, discriminación y abuso de poder de otros profesores, que son parte de lo que reclaman con la toma de instalaciones.
El viernes, en Prepa 7, un representante de la UNAM dijo que dos veces al semestre acuden a las instalaciones a recoger denuncias.
“Nos dice que vienen dos veces por periodo, como si la violencia fuera algo que no pasa todos los días…”, reclamó un estudiante.
“Una amiga mía denunció a un compañero y la señorita que atendía le dijo: ‘¿cómo alguien de tu edad te va a querer prostituir?, eso no te lo va a creer nadie’. Y después el chavo se enteró que había ido a denunciarlo”, lamentó otra.
El representante de la UNAM aseguró que el personal de la institución era especial, capacitado en perspectiva de género, por lo que se le hacía raro escuchar esas quejas.
Mientras se realizaba el diálogo con autoridades, la encargada de la mesa estaba a unos cuantos metros de la puerta, donde por más de una hora los jóvenes dieron nombres, apellidos y señalamientos contra maestros.
Pero solo tomaron nota los directivos que estaban en la conversación, mientras que la mujer de la mesa de denuncias permaneció sentada sin prestar atención.
Animal Político le solicitó a esta persona información sobre el mecanismo, pero remitió a hablar con Comunicación Social de la UNAM, instancia que no atendió la petición formal. La encargada de la mesa lo único que comentó fue que en los tres días no recibieron denuncias.