¿Cuántos intentos de extorsión o fraudes telefónicos se cometen realmente en México? No se sabe con certeza, pero es un delito que le puede ocurrir a casi cualquier ciudadano, por lo que hay que estar preparados.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de Ciudad de México, organización que por más de una década ha documentado el tema de la extorsión, reportó que tan solo de enero a septiembre de 2019 recibió 21 mil 410 llamadas de personas que sufrieron un intento de extorsión.
Se trata de un promedio de 80 nuevos intentos de extorsión todos los días, y son apenas los casos que la gente reporta al organismo.
Un dato positivo es que solo el 7% de estos intentos de extorsión se consumaron con un pago de la víctima, sin embargo, tomando en cuenta la dimensión del problema, ello significa que se consuman el número suficiente de extorsiones para que dicha actividad delictiva continúe desarrollándose y en crecimiento.
La clave para enfrentar esta situación, de acuerdo con el presidente del Consejo Ciudadano, Salvador Guerrero Chiprés, es saber qué hacer cuando eso sucede. Solo así se podrá disminuir el impacto de la extorsión.
“El 92% de los intentos de extorsión en México transcurren por la vía telefónica. Es un mundo. Necesitamos construir una plataforma de confianza y de información para blindar a la familia, a los adultos mayores de la extorsión. La clave es la prevención”, dijo Guerrero Chiprés.
¿Cuáles son las modalidades mas comunes, qué se puede hacer cuando esto sucede, y por qué no es posible conocer con certeza el número real de casos que ocurren en el país? Te explicamos las claves.
A partir de los reportes de extorsiones recibidos en 2019, el Consejo Ciudadano ha identificado las modalidades más comunes a través de las cuales los delincuentes buscan obtener información o recursos económicos de parte de las víctimas.
El método más frecuente son las denominadas “llamadas de sondeo” con las que -bajo la promesa de alguna promoción, viaje o premio- los delincuentes consiguen obtener datos personales de las víctimas, desde nombres o domicilios que posteriormente pueden ocuparse para una extorsión, hasta información bancaria. De los 21 mil 410 reportes de extorsión recibidos de enero a septiembre de 2019, el 34% correspondieron a llamadas de este tipo.
El segundo tipo son los supuestos “secuestros”, con un 25.2% de casos. Consiste en exigir dinero a la víctima haciéndole creer que un familiar suyo ha sido secuestrado. Los delincuentes buscan engañar a la persona dándole datos que puedan ser verosímiles del supuesto pariente secuestrado, o simulando voces de angustia.
La tercera modalidad más común es la de las “amenazas” con un 21%. Es muy similar a la anterior solo que, en lugar de simularse el secuestro del familiar, simplemente se promete hacerle daño si no se recibe a cambio algún bien o pago.
Le siguen las llamadas de supuestos integrantes de organizaciones delictivas con un 17%. La particularidad aquí es que los extorsionadores simulan que pertenecen a algún cártel o grupo criminal para ejercer presión sobre la víctima sino se realiza un pago.
Otra modalidad menos frecuente pero que también ocurre, con un 1.7% de los casos, son las extorsiones bajo la simulación de “derechos de piso”, es decir, donde se exige un pago bajo la amenaza (falsa) de atacar algún tipo de comercio de la persona a la que se intenta engañar si no paga determinada cantidad.
El Consejo también registró 212 llamadas de extorsión que equivalen al 1% de los casos, en las que se pide dinero a cambio de dar información a la víctima sobre una supuesta infidelidad de su pareja.
El presidente del Consejo advirtió que la extorsión es un delito complejo que ha ido evolucionando en los últimos 25 años por lo menos, en donde con frecuencia surgen nuevas modalidades o formulas que se van adaptando conforme van dando resultados.
“Los extorsionadores construyen guiones alimentados por una estructura ya muy estudiada y explotada en las últimas dos décadas que van especializando, y que se basa en una lógica de diálogo que busca emociones, que busca generar un sentido de urgencia, donde con frecuencia se utilizan uno o dos datos que no necesariamente tienen que ser verdaderos, pero sí verosímiles. Ese es el punto detrás de todo esto”, indicó Guerrero Chiprés.
Los extorsionadores o defraudadores telefónicos, explica el presidente del Consejo, sustentan el éxito de su engaño en un objetivo fundamental: generar lo mas rápido posible un sentido de ofuscación y urgencia en la víctima ante la posibilidad de peligro, o un sentimiento de codicia o aprovechamiento ante una supuesta oportunidad extraordinaria.
La clave para prevenir que este tipo de actividades se consumen es romper lo más rápido posible la comunicación con el delincuente.
Guerrero Chiprés recomienda como un primer paso el descargar la aplicación denominada No mas extorsiones – No mas XT que está disponible de forma gratuita en teléfonos celulares con sistemas operativos Android o iOS, y la cual cuenta con una base de datos de más de 150 mil números desde los cuales se cometen extorsiones.
Lo que realiza la referida aplicación, luego de una sencilla configuración, es bloquear una llamada o lanzar una alerta para el usuario en caso de que reciba una llamada proveniente de alguno de los números de extorsionadores que ya están precargados. De igual forma permite al usuario registrar un numero desde el cual haya detectado una posible extorsión.
Por otro lado, si la persona llega a contestar una llamada de posible extorsión ya sea porque la recibió en un teléfono fijo o porque en su celular no cuenta con la aplicación, el Consejo Ciudadano recomienda un plan de tres pasos: colgar, verificar y denunciar.
“Es un tema de sentido común. Más del 90% de los intentos de extorsión fallan porque la gente cuelga. Pero para frenar las que sí se están concretando la formula es sencilla. Si hay un sentido de urgencia que se quiere imponer sobre ti para que decidas algo tienes que colgar” dijo.
El segundo paso, sobretodo para los casos donde se intenta engañar a la persona con el supuesto riesgo en que estaría un familiar, es verificar que se encuentra bien. Guerrero Chiprés recomienda tener algún método o protocolo con los familiares cercanos para revisar de forma rápida que todo se encuentre en orden.
El último paso es denunciar el intento de extorsión ante el Ministerio Público. Para facilitar este proceso el Consejo cuenta con un equipo de abogados y asesores que de manera gratuita pueden asesorar o acompañar a la persona en el trámite de la presentación de la denuncia. De igual forma se puede brindar apoyo psicológico en situaciones de gravedad donde la persona extorsionada se encuentre afectada.
“En el momento en que se inicia una carpeta de investigación por un tema de extorsión, el numero que se reporta automáticamente entra a la lista de números de extorsionadores que tiene la aplicación” añadió el presidente del Consejo.
Para buscar este tipo de apoyo del Consejo basta comunicarse vía telefónica o por medio de whatsapp al número 55 55 33 55 33.
De acuerdo con datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el periodo de enero a noviembre de 2019 se iniciaron en todo el país 7 mil 698 carpetas de investigación por presuntos intentos de extorsión de todo tipo.
En el caso específico de la Ciudad de México, el vocero de la Procuraduría General de Justicia local, Ulises Lara, informó ayer de la apertura de 131 carpetas de investigación del 5 de diciembre de 2018 al 31 de diciembre de 2019 por este mismo delito, en las que se logró la detención de 228 personas, de las cuales 143 fueron llevados a juicio y de ese total 129 fueron vinculados a proceso.
De acuerdo con autoridades y especialistas del tema se trata de una cifra totalmente alejada de la realidad. Prueba de ello es que el Consejo Ciudadano recibió reportes de más de 21 mil intentos de extorsión tan solo de enero a septiembre.
Este gigante subregistro tiene dos explicaciones. La primera tiene que ver con la falta de denuncia de los casos. De acuerdo con el Consejo la “cifra negra” de extorsiones no denunciadas asciende hasta un 98%.
Y a ello se suma la alteración de los casos denunciados. De acuerdo con una auditoría oficial realizada a los datos de incidencia del SESNSP, que aun no se ha hecho pública, hay fiscalías del país que de forma premeditada alteran la clasificación de hechos que claramente son presuntas extorsiones, para tipificarlos por ilícitos menos graves como, por ejemplo, el de “amenazas”.