Las salsas de tomate cátsup son un aderezo con sabor agridulce que seguro consumes, pero ¿sabes de qué están hechas y cómo pueden afectar tu salud?
De acuerdo con la norma mexicana NMX-F-346-S-1980, para que un producto sea reconocido como salsa cátsup debe tener entre sus ingredientes al menos un 12% de sólidos totales de tomate, vinagre, sal y azúcares.
Sin embargo, tal como señala la Revista del Consumidor, algunas de ellas contienen altos porcentajes de jarabe de maíz de alta fructosa, un endulzante barato que, en altas cantidades, puede provocar enfermedades cardiovasculares.
Seguro has intentado leer la etiqueta de algunos alimentos y, al final, te has quedado con más dudas que certezas sobre los ingredientes. En el caso de la salsa cátsup, la Revista del Consumidor señala que, su etiquetado no deja claro qué tipo de azúcares contiene.
“Cuando en la etiqueta dice que contiene ‘azúcares’ puede ser cualquier endulzante calórico o mezcla de los mismos, como fructosa o jarabe de maíz de alta fructosa, ambos de poder edulcorante alto y cuyo excesivo consumo aumenta los triglicéridos en la sangre”, explica.
Otros ingredientes que son comunes en las diferentes marcas de salsa cátsup que existen en el mercado son el CMC (carboximetilcelulosa), un espesante que mejora la viscosidad de los productos, y el benzoato de sodio, un conservador usado en alumentos que ayuda a inhibir el crecimiento de hongos y levaduras.
También contienen especias, ajo y cebolla en polvo, concentrado de tomate, goma guar –un espesante natural-, glucosa, sal, vinagre y saborizantes naturales o artificiales.
Según el análisis de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), estas son las salsas que contienen mayor porcentaje de jarabe de maíz de alta fructosa que se venden en México:
De acuerdo con la información presentada en la Revista del Consumidor, la Salsa de Tomate Ketchup de la marca Heinz “No Sugar Added” es la única en el mercado que no contiene azúcar adicionado. Esta se elabora con concentrado de tomate, vinagre destilado, sal, cebolla en polv
o, saborizante natural, especias y sucralosa.
El jarabe de maíz de alta fructosa es un edulcorante similar al azúcar, sin embargo este no proviene de ninguna fruta, sino de una mezcla altamente purificada de la fécula de maíz.
Este se realiza a partir de maíz que se refina hasta obtener almidón en polvo, el cual se somete a un proceso químico que crea el endulzante al que conforman una molécula de glucosa y otra de fructosa.
Es un ingrediente común de los alimentos procesados, ya que es una alternativa más barata que el azúcar para endulzar y prolonga el tiempo de caducidad de la comida.
Sin embargo, consumir bebidas y alimentos que contienen jarabe de maíz de alta fructosa no brinda nutrientes, además de que las calorías que aportan no causan saciedad, por lo que se les conoce como ‘calorías vacías’ que con el tiempo se acumulan y provocan sobrepeso u obesidad.
Por otra parte, un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition explica que las bebidas endulzadas con jarabe de maíz de alta fructosa inducen en la sangre un porcentaje mayor de partículas que transportan colesterol malo (LDL-lipoproteínas de baja densidad-), lo que aumenta el riesgo de padecer ácido úrico y enfermedades cardiocasculares.
También se ha comprobado que la ingesta excesiva de jarabe de maíz de alta fructosa produce en gran cantidad la hormona ghrelina, la cual te hace sentir que nunca estás satisfecho y quieres seguir comiendo, provocando el incremento de personas con obesidad y que puede desencadenar otras enfermedades como la Diabetes Mellitus tipo 2.