Gilda Austin, madre del exdirector de Pemex Emilio Lozoya, y su hija Gilda Susana Lozoya, recibieron en tan solo dos años depósitos por hasta 67 millones de pesos, a pesar de que la primera dijo que su actividad profesional es la de maestra particular, y la segunda declaró que es estudiante.
Así se dio a conocer en la audiencia inicial del caso, en la que un juez decidió vincular a proceso a Gilda Austin por considerar que la Fiscalía General de la República (FGR) tiene elementos suficientes para acusarla por los probables delitos de lavado de dinero y de asociación delictuosa, los cuales, en su conjunto, podrían sumar hasta 25 años de cárcel. Gilda Austin es la primera persona en México vinculada a proceso por este caso de corrupción con ramificaciones en múltiples países de América Latina.
Durante la comparecencia del sábado pasado ante el juez Jesús Eduardo Vázquez, luego de ser extraditada de Alemania, país donde estuvo detenida tres meses a raíz de una orden de aprehensión que giró la justicia mexicana, la FGR acusó a Gilda Austin de ayudar a su hijo Emilio Lozoya a ocultar el dinero procedente de los presuntos sobornos que le habría pagado Odebrecht, a cambio de beneficiarlos con contratos durante la presidencia de Peña Nieto.
En el caso de la madre de Lozoya, la Fiscalía detalló que en 2009 una cuenta bancaria en México, cuyas últimas cinco cifras son 78154 y en la que también era cotitular su hijo Emilio Lozoya, recibió depósitos por al menos 7 millones 400 mil pesos.
Los depósitos los realizó -vía banco suizo- la empresa fachada Tochos Holdings Limited, de la que es copropietario Emilio Lozoya y su hermana Gilda Lozoya.
El dinero depositado por Tochos Holding a Gilda Austin procedía, según la investigación de la Fiscalía, de los sobornos pagados por Odebrecht al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya.
El depósito más cuantioso que recibió Gilda Austin en su cuenta fue por 5 millones de pesos, el 16 de noviembre de 2010.
Y otro depósito por 185 mil dólares -2 millones 401 mil pesos mexicanos- se hizo el 23 de noviembre de 2012, días antes de que Emilio Lozoya fuera nombrado director general de Pemex tras participar en la campaña de Enrique Peña Nieto, quien a la postre fue electo presidente para el sexenio 2012-2018.
Estos ingresos millonarios contrastan con lo declarado por la propia Gilda Austin, quien refirió ante las autoridades hacendarias que su ocupación profesional es la de maestra de clases particulares.
“Los ingresos reportados en su cuenta bancaria no se corresponden con su actividad declarada de maestra particular”, acusó la Fiscalía ante la mirada impasible de Gilda Austin, que prácticamente no se pronunció en toda la audiencia por recomendación de su equipo jurídico.
Gilda Austin, además, declaró ante el fisco mexicano que en el año 2012 tuvo ingresos por “cero pesos”, a pesar de que ese año pasaron por su cuenta, al menos, 185 mil dólares americanos, unos 2 millones 401 mil pesos en moneda mexicana.
“Hay un marcado incumplimiento de deberes fiscales que muestran una intención dolosa de ocultar recursos que la señora Gilda Austin sabía que eran de procedencia ilícita”, insistió la Fiscalía, que preguntó en la audiencia cómo una maestra particular podría amasar tal cantidad de dinero, que además no declaró ante la Hacienda mexicana, ni tampoco en Alemania, país donde residía hasta su extradición.
Precisamente, esta inconsistencia entre los ingresos y la actividad laboral de Gilda Austin, aunado al hecho de que no declaró los ingresos, fue uno de los motivos que llevó al juez a determinar que hay indicios suficientes para vincularla a proceso, e iniciarle un proceso judicial en el que se determinará si, como acusa la Fiscalía, ocultó dinero de los sobornos de Odebrecht y forma parte de una red delictiva integrada por su hijo, su hija, su nuera, y otra persona que la autoridad ministerial no precisó durante la audiencia.
El caso de Gilda Austin y la presunta inconsistencia entre su actividad laboral y sus ingresos no es el único en la familia del exdirector de Pemex, quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia por el caso Odebrecht.
De acuerdo con lo expuesto por la FGR, la hija de Gilda Austin y hermana de Emilio Lozoya era la beneficiaria de Latin America Asia Capital Holding LTD, una empresa offshore que recibió depósitos por hasta 3 millones 150 mil dólares -unos 60 millones de pesos, aproximadamente- entre abril y junio de 2012 de otra compañía vinculada a la constructora Odebrecht: Innovation Research Engineering.
La empresa Latin America Asia Capital Holding LTD, constituida en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes, tenía como accionista y “única beneficiaria” a Gilda Lozoya Austin.
En este caso, la inconsistencia entre la ocupación -estudiante- y la abultada cuenta bancaria de Gilda Lozoya fue motivo de sospecha en el Banco Gonet & Cie, donde se encontraba abierta la cuenta de Latin America Asia Capital Holding LTD.
El banco, tras un análisis de las transferencias bancarias de la compañía -que excedían los 300 mil dólares permitidos- y del perfil de la “estudiante” Gilda Lozoya Austin, decidió clausurar la cuenta el 22 de junio de 2012 y emitir alertas por posible lavado de dinero.
“La hermana (de Emilio Lozoya) dijo que era estudiante, pero recibió millones de dólares en su cuenta. Hay elementos para que pueda ser considerada como testaferro (de Emilio Lozoya)”, acusó el ministerio público, haciendo referencia a que Gilda Lozoya podría ser una prestanombres de su hermano Emilio.
Por su parte, la defensa de Gilda Austin, encabezada por el abogado Javier Coello Trejo, quien también defiende a Emilio Lozoya, calificó como “irrisorios” los elementos de prueba presentados por la Fiscalía.
“Recibir 185 mil dólares en tu cuenta bancaria no es algo ilícito”, expuso la defensa, que señaló que ese dinero depositado en la cuenta de Gilda Austin y de Emilio Lozoya provenía de una relación comercial lícita “entre particulares” por unas asesorías financieras que Lozoya habría dado a Odebrecht para acceder al mercado mexicano, antes de que Lozoya fuera funcionario de Gobierno a finales de 2012.
“Es dinero lícito, no son sobornos”, sostuvo Javier Coello Trejo.
“Es irrisorio que esté imputada esta mujer (Gilda Austin)”, añadió su equipo de litigio, que aseguró que no “no hay prueba alguna” que demuestre que la madre de Emilio Lozoya supiera que los depósitos recibidos en su cuenta por más de 7 millones de pesos provenían de Odebrecht, ni de empresas fachadas constituidas en paraísos fiscales.
Además, Javier Coello Trejo expuso que los 185 mil dólares que recibió Gilda Austin fueron utilizados para el pago de sus impuestos.
“La FGR no investigó a quién se pagó con ese dinero. Pues bien, fue parra pagar a un notario”, dijo Coello Trejo, aunque la Fiscalía reviró asegurando que no hay ninguna prueba de que ese dinero se usara para tal fin.
A pesar de los argumentos del equipo de abogados de Gilda Austin, la madre de Emilio Lozoya se convirtió desde el sábado pasado en la primera persona vinculada a proceso en México por los sobornos millonarios del caso Odebrecht.
El juez de control Jesús Eduardo Vázquez decretó la vinculación por los probables delitos de lavado de dinero y de asociación delictuosa, y dictó, además, tres medidas cautelares para que evitar que la mujer, de 71 años, pueda sustraerse de la justicia: arraigo domiciliario, retiro del pasaporte, y vigilancia policial las 24 horas, tanto en el exterior como en el interior de su domicilio.
Ahora, la Fiscalía tendrá un plazo de seis meses para presentar pruebas complementarias del caso. Durante ese tiempo, Gilda Lozoya permanecerá recluida en su domicilio.
La vinculación a proceso no implica culpabilidad ni inocencia. Lo que significa es que el juez vio indicios suficientes para que se abra una investigación y un proceso judicial que culminará con un juicio donde se determinará la culpabilidad o inocencia de la persona imputada.
Hasta ahora, la Fiscalía está imputando a Gilda Austin por el depósito recibido de 185 mil dólares en noviembre de 2012, aunque durante la audiencia advirtió que aún puede ampliar la imputación por otros depósitos recibidos en su cuenta.
No obstante, los presuntos sobornos del caso Odebrecht van mucho más allá: de acuerdo con las investigaciones del Ministerio Público, Emilio Lozoya habría recibido de Odebrecht sobornos por 9.15 millones de dólares. Mientras que de la empresa Altos Hornos, habría recibido otros sobornos por 3.4 millones de dólares, sumando entre ambos casos más de 12.5 millones de dólares.