“No somos racistas. No estamos en contra de los migrantes. Lo que nos preocupa es que el gobierno no pueda atender adecuadamente el albergue y seamos nosotros los que tengamos que atender el problema que nos dejen”, aseguró la señora Irma Alicia Mendoza Soto, presidenta del comité de vecinos del Fraccionamiento San Marcos en la ciudad fronteriza de Mexicali, Baja California, México, quien junto a los presidentes de otros 17 comités vecinales de esta norteña localidad se oponen, desde hace un mes, a la instalación de un macroalbergue para migrantes el cual operara con recursos del gobierno federal.
“Esa es nuestra principal preocupación. Pero además estamos seguros que habrá problemas de salud por el hacinamiento y la poca higiene que tendrá”, agregó la entrevistada quien encabeza al grupo de vecinos inconformes.
De acuerdo con Irma Alicia hace poco menos de dos semanas una persona, que se identificó como uno de los responsables del proyecto, les confirmó de manera extraoficial que la instalación del albergue se haría en un bodegón localizado en la Calle 11 y Avenida Universidad, muy cerca de sus viviendas.
La bodega en cuestión es un inmueble ubicado en una zona residencial de Mexicali de por lo menos dos décadas de antigüedad, y que hasta hace algunos años fungía como un supermercado. En la actualidad el edificio se encuentra semiabandonado y sólo opera un gimnasio de pesas en uno de sus costados. No sólo eso. Una visita hecha por Animal Político al lugar, el sábado 19 de octubre, detectó que el edificio se encuentra en paupérrimas condiciones y es notable el deterioro por varios años de abandono.
El malestar de los vecinos que representan a 17 colonias y fraccionamientos de la zona, así como a 44 escuelas y diferentes locales comerciales localizados en dos kilómetros a la redonda, generó que desde hace un mes aproximadamente (cuando el dueño del gimnasio de pesas donde se encuentra el bodegón les informó que lo iban a desalojar para instalar un albergue de migrantes) comenzaran a organizarse para solicitar información de este proyecto, pero también a generar protestas por su posible instalación.
Producto de esa inconformidad los vecinos juntaron las firmas de más de 2,700 personas que se oponen a la iniciativa, además de encabezar una protesta pública el pasado lunes 14 de octubre y enviar una serie de oficios a las autoridades de los tres niveles de gobierno.
A decir de Irma Alicia Mendoza las autoridades federales, estatales y municipales no han querido informarles de manera oficial sobre la magnitud del proyecto y las implicaciones que eso conlleva para esa zona residencial.
“Ni una persona se ha acercado para darnos una mínima explicación a pesar de todos los oficios. Hemos escuchado las entrevistas que ha dado el Delegado Federal en Baja California, Alejandro Ruiz Uribe, que pinta una Disneyland para este albergue pero no le creemos por lo que ha pasado en otros centros para migrantes en Chiapas y Tijuana”.
La vecina puso como ejemplo el refugio temporal del Barretal en Tijuana, donde el problema se desbordó por la cantidad de migrantes que arribaron al lugar, y la estación migratoria Siglo XXI en Chiapas, donde en las últimas semanas se han dado varias protestas de migrantes por las condiciones en las que se encuentra el lugar.
“Nos quieren convencer de algo que no han hecho en años en un lugar que sabemos que está a punto de colapsarse. El lugar tiene paredes agrietadas, goteras y el drenaje está en mal estado”, señaló otra líder vecinal entrevistada por Animal Político, quien solicitó anonimato por temor a represalias.
Irma Alicia Mendoza, líder de los vecinos inconformes, informó además que en caso de que la instalación del albergue continúe sin consultarlos, el siguiente paso será el buscar amparos por la vía judicial.
“El gobierno tiene que voltear a vernos de alguna manera u otra y darnos explicaciones. Que nos digan cómo nos pueden garantizar que aquí no se va desbordar el problema, y que no se va a afectar la paz y la tranquilidad de miles de familias”.
Para Irma Alicia no es “justo” que las autoridades vean a los migrantes “como un paquete cuando se trata de seres humanos que han sufrido mucho”.
“No se vale”, agregó la lideresa, quien calificó como infundadas las declaraciones del delegado Ruiz Uribe, que en diferentes entrevistas a la prensa local los ha descalificado como movimiento, los ha calificado como racistas y ha señalado que se trata de un grupo asesorado por una diputada panista.
“Eso es totalmente falso. Lo único que queremos es abrir un dialogo y buscar las mejores opciones para los migrantes y nuestras familias”, expuso.
Para el Delegado Federal de Baja California, Alejandro Ruiz Uribe, la instalación de un macroalbergue para migrantes centroamericanos que son regresados a México mientras esperan su cita con el juez de Estados Unidos, que resolverá su solicitud de asilo político en ese país, es uno de los acuerdos a los que se comprometió el gobierno de México con Estados Unidos.
“Se convino con Estados Unidos abrir tres albergues: uno en Ciudad Juárez, otro en Tijuana y el tercero en Mexicali… En el caso de Mexicali no se ha dicho la ubicación”, reconoció el funcionario federal, quien sostuvo que por este momento no dará a conocer la ubicación de este inmueble para no generar mayor animadversión contra un grupo de personas tan vulnerable como son los migrantes.
“No voy a permitir que por una declaración mía al revelar la ubicación del albergue se violente a los migrantes”, comentó el funcionario, quien calificó como “ridículos” los argumentos de vecinos que se oponen a su instalación.
Aparte, aseguró que contrario a los señalamientos de los vecinos inconformes quienes acusan a las autoridades de tener “oídos sordos” para atender sus inquietudes, él personalmente se ha reunido con ellos para hablar del tema.
“Les he explicado a estas personas que estos migrantes no son delincuentes, no son Mara Salvatrucha que vengan a delinquir. Pero ellos insisten en llamarlos piojosos y sidosos”, aseguró el funcionario, quien acusó a los vecinos de encabezar estas protestas a solicitud de una lideresa panista a nivel local.
Ruiz Uribe comentó que el albergue está muy próximo a abrirse. “A más tardar dentro de un mes estará listo. En este momento se está trabajando en su instalación. De hecho ya está corriendo el contrato”.
Explicó que el albergue tendrá una capacidad para atender a 3 mil personas, pero no significa que vaya a operar a su máxima capacidad. “Que nadie se sorprenda que en un principio arranque con 15 o 30 migrantes”, expuso el funcionario.