En el municipio de Tonatico, Estado de México, el artista Luis Sotelo pintó dos murales en los que el discurso principal es el rechazo a la política migratoria de Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
“El primer mural lo borraron en la noche”, dice el artista.
El segundo mural, sin embargo, está vigente y se encuentra en una vialidad cercana a la secundaria donde estudió. Lo pintó en siete días y trabajó 3 horas diarias sin ayuda alguna, con pintura y material propios.
Los dos murales son la respuesta del artista a lo que él llama el discurso xenófobo de Donald Trump contra los migrantes.
En entrevista con Animal Político, Sotelo habló de la composición pictórica de sus dos murales. El primero bajo el título “Somos migrantes, no delincuentes”, que a su vez está muy ligado a su segunda entrega que llamó “Por la libertad de México”.
Para Sotelo, el arte se convirtió en un medio de expresión que le permitió representar con pinceladas la situación migratoria que México atraviesa ante la sumisión impuesta por Estados Unidos, por una amenaza arancelaria.
Por ello, es que a través del arte Sotelo lanza este discurso en el que, desde sus murales, resume la historia de dos naciones pero también lo proyecta hacia el futuro con un mensaje esperanzador.
“El arte es el medio del que no me tengo que preocupar por idiomas”, sostiene el artista.
De acuerdo con el Diagnóstico Sociodemográfico del Estado de México, el municipio de Tonatico, Estado de México, cuenta con un total de 13 mil 793 habitantes hasta 2018. Según el relato de Luis Sotelo, tanto Tonatico como la situación migratoria en México se encuentran íntimamente ligados.
En los años 50 inició un programa bracero en la comunidad de Tonatico en el que su padre participó. A él le tocó contratar gente de Tonatico para irse a trabajar como braceros al sur de los Estados Unidos.
De acuerdo con el artista, los ingresos de las familias tonatiquenses se ven mayormente beneficiadas por las remesas que los migrantes envían a sus familias, esto permite que el pueblo dependa de los dólares que cada mes envían las personas que tuvieron que migrar a ese país.
Las estimaciones del propio Sotelo, quien ha visitado las ciudades de Estados Unidos donde radican sus paisanos, señala que allá viven alrededor de 8 mil tonatiquenses y sus familias. Es una nueva generación que cada temporada vacacional regresa a Tonatico.
“Tenemos gente en Los Ángeles, San Diego, el resto de la unión americana y Hawai; están en todo. Hay muchos jóvenes en la Fuerza Aérea, en la Army”.
De acuerdo con Sotelo, los jóvenes que vienen de Estados Unidos a Tonatico hablan inglés pero no conocen la historia de México, por lo que una de las razones para hacer un mural que critica a Trump es tener contacto con los visitantes.
“Que recuerden que antes de llegar allá tuvieron abuelos que emigraron”, dijo.
Luis Sotelo es un artista autodidacta. A sus 45 años, ha pintado más de 400 retratos y 80 murales en la región sur del Estado de México y otros se encuentran en Estados Unidos; además de contar con un gran mural de tela que ha llevado a distintas partes del mundo.
Comenzó a pintar a los ocho años de edad y actualmente es maestro. Viene de una familia de artistas: su abuelo materno Francisco Morales Rueda dejó obras y testimonios, también como autodidacta también en la región sur del Estado de México.
A los 12 años su padre lo inscribió en la escuela de Bellas Artes a pesar de venir de una familia de 10 hermanos. Cuando cumplió 13 años se volvió artista autodidacta y a los 15 tuvo su primera exposición colectiva con un cuadro de formato mediano con la imagen de la Virgen del Templo.
El muralismo llegó a su vida cuando empezó a viajar a la Ciudad de México con sus propios ahorros para visitar museos a falta de internet en esos tiempos.
“Comencé a comprar libros, a investigar y fui avanzando”.
Actualmente, Sotelo espera los resultados de la inminente reelección de Donald Trump. Si se confirma su triunfo pintará un gran mural en la Ciudad de México, donde según adelantó el artista, la idea es transmitir un mensaje de fe y esperanza, que refleje que el pueblo es más grande que cualquier político.