En las primeras elecciones después del triunfo presidencial de Andrés Manuel López Obrador, su partido, Morena, logró arrebatarle al PAN las dos gubernaturas que estaban en juego: Baja California y Puebla, con Jaime Bonilla y Miguel Barbosa, respectivamente.
Acción Nacional retuvo, por otro lado, las capitales de dos estados donde se renovaban presidencias municipales: Durango y Aguascalientes, en los que también logró más alcaldías. Pero en Baja California, Morena también le quitó las dos ciudades principales: Mexicali, la capital, y Tijuana.
Y en los tres Congresos locales que se renovaban, en Baja California pasó de ser totalmente azul a totalmente guinda, Quintana Roo le entregó la mayoría a Morena, y el de Tamaulipas ahora se pintó de azul.
El PAN perdió este domingo su mayor bastión, el estado donde por primera vez ganó un partido distinto al PRI, en 1989, con el panista Ernesto Ruffo, hoy diputado. Después de seis sexenios blanquiazules a lo largo de tres décadas, Morena arrasó en el estado al llevaarse carro completo.
Para la gubernatura, Jaime Bonilla Valdez logró el 50.3% de los votos, según datos del Programa de Resultados Preliminares (PREP) con el 85% de actas computadas. Ganó dos a uno sobre su más cercano competidor, el panista Óscar Vega Marín, que solo obtuvo el 23.2% de sufragios.
Bonilla fue en los primeros meses del gobierno de López Obrador el delegado federal en Baja California. Como candidato lo apoyó una coalición con el Partido del Trabajo y el Verde –que en la elección de hace seis años fueron aliados del PRI–, así como el partido local Transformemos.
El futuro gobernador tendrá el Congreso a su favor, ya que el partido guinda se llevó además los 17 distritos, con 48% de apoyo de los votantes. Hasta ahora 13 habían sido del PAN y los otros eran del PRI o PT en coalición con el Verde y Nueva Alianza.
Morena se llevó todo en el estado: logró el triunfo en los cinco municipios, que hasta ahora estaban repartidos entre tres panistas y dos priistas.
La elección extraordinaria de Puebla dio la vuelta al resultado de apenas hace 11 meses. Con casi el 100% de actas computadas, ganó Miguel Ángel Barbosa, que repitió como candidato, con 44.7% de los votos, sobre el 33.2% de Enrique Cárdenas, que era impulsado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
El 2 de julio de 2018, Barbosa solo había logrado 34% de apoyos, 10 puntos porcentuales menos, frente al 38% que dio el triunfo a Martha Erika Alonso, que murió 10 días después de asumir la gubernatura junto con su esposo, el exgobernador Rafael Moreno Valle, tras el desplome del helicóptero en que viajaban, del que todavía no se saben las causas.
En este estado, había otras cinco elecciones extraordinarias de presidentes municipales, ya que hace un año se anularon por diversas irregularidades con las actas y paquetes electorales.
En esos casos, la nueva elección volvió a dar como ganador al PRI en tres de ellos: Ahuazotepec, Cañada Morelos y Ocoyucan. En otro que había ganado el tricolor, Tepeojuma, ahora salió vencedora la coalición Morena, Partido del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES); y en Mazapiltepec de Juárez, donde habían triunfado PAN-MC, ahora ganó el PRI aliado con Compromiso por Puebla (partido local creado por Moreno Valle).
El panorama de los ayuntamientos en Puebla es de mayoría para el PRI, que de 217 gobernará en más de 70, mientras que Morena, en 50 en total.
En Aguascalientes, con gobernador panista, solo se votaba para renovar las 11 presidencias municipales. Con el total de actas computadas, el PAN es el ganador, al llevarse cinco alcaldías, incluida la capital, Aguascalientes, donde se refrendó.
Además conservó Jesús María, Calvillo y San José de Gracia, y le quitó al PRI Rincón de Romos. En total, acumuló el 41% de los votos emitidos en el estado.
Morena apenas logró ganar su primer municipio, Asientos, pero mostró un crecimiento de fuerza al obtener 21% de sufragios. Mientras que el Partido Verde gobernará en dos municipios; y el PRI, el PRD y el PT, se quedaron con un alcalde cada uno.
En este estado, el PAN puede presumir de haber triunfado, empezando por la capital, Durango, donde con 95% de avance del PREP, llevaba 36% de los votos, 10 puntos por arriba del segundo lugar.
Durango fue uno de los estados en los que hace tres años empezaron las polémicas alianzas PAN-PRD negociadas por Ricardo Anaya, entonces presidente del blanquiazul y después candidato presidencial apoyado por esa coalición (a la que se sumó Movimiento Ciudadano).
Esta vez, la alianza –que llevó a la gubernatura a José Rosas Aispuro– se repitió y obtuvo incluso mejores resultados, ya que de tener 12 municipios de 39, ahora logró 17, más otros dos que el PAN ganó en solitario. En total sumaban el 30% de preferencias.
El PRI cayó de tener 22 alcaldes a ganar solo 15, y una votación del 23%. Morena conquistó por primera vez dos ayuntamientos y un 17% de las preferencias en el estado.
El PT, Movimiento Ciudadano y el Partido Duranguense ganaron en un municipio cada uno.
Quintana Roo fue el otro estado donde se probó la coalición PAN-PRD, que conquistó así la gubernatura actual de Carlos Joaquín González, aunque con un Congreso de mayoría priista.
Ahora, el PRI perdió casi todo a manos de Morena. Con total de actas computadas, el tricolor solo ganó en el distrito de Cozumel.
Morena le arrebató la votación en los siete distritos de la zona de Cancún, el de Tulum, el de Chetumal, la capital, y otros dos. Es decir, ganó 11 diputados en total, en alianza con el PT y el Partido Verde, que sumaron 34% de los votos del estado.
El PAN y PRD, que mantuvieron su coalición, ahora también con Encuentro Social (aliado de López Obrador en la presidencial), lograron tres distritos, con 25% de preferencias electorales, entre ellos el de Playa del Carmen.
Tamaulipas se pintó casi completamente de azul. Con el 98% de avance del PREP, el PAN se llevó 48% de todos los votos locales.
El gobernador panista Francisco Cabeza de Vaca tendrá ahora un Congreso más cómodo, ya que su partido ganó 21 diputados de 22.
Morena solo se quedó con uno de los distritos, de Matamoros, que le quitó al PRI, aunque alcanzó un 28% de preferencias electorales.
El tricolor tenía seis distritos, pero no logró conservar ninguno y su votación apenas llegó a 10%.