Mario Alberto Esparza Navarrete, de 28 años, quien fue encontrado sin vida en su departamento, no se suicidó, lo mataron. Esta es la conclusión de un informe independente elaborado por iniciativa de su familia, que nunca creyó la versión de que el joven había terminado con su vida.
Hasta el momento, la única tesis que se había manejado era la del Ministerio Público, la cual señalaba que Mario se suicidó tras mantener una discusión con su pareja el 14 de septiembre de 2018, en la ciudad de Campeche. Los allegados del joven, sin embargo, interpusieron una denuncia contra Anel Guadalupe “N”, ministerio público de Campeche, quien mantenía una relación de amistad con la tía de Alma “N”, la novia de Mario y la última persona que le vio con vida. Sospechaban que la investigadora pudo manipular la escena para hacer creer que se trataba de un suicidio.
El informe, de 129 páginas, está elaborado por tres expertos: Patricia del Socorro Rodríguez Reyes, maestra en Criminología, Roberto Cristóbal Rodríguez, licenciado en Derecho y maestro en Criminología y Penal, y el doctor forense Manuel Felipe de Jesús Villarruel.
Su conclusión es contundente: creen que la causa de la muerte de Mario fue “homicidio por estrangulamiento”.
El informe plantea diversas omisiones y faltas de rigor en la investigación que facilitaron llegar a la conclusión de que la víctima se había suicidado.
Según el relato que establece el documento, la pareja había ingerido bebidas alcohólicas y consumido mariguana en la madrugada del 18 de septiembre. Aproximadamente a las 5:40 horas, iniciaron una discusión que llegó a los golpes. “En esa pelea se agreden y le ocasiona los rasguños y mordida visible en la necropsia”, dice el informe.
En este forcejeo, Mario cae al suelo, se golpea la cabeza y pierde el conocimiento. La herida provocada por este golpe no vendrá reflejado en la necropsia, según la criminóloga.
Los expertos señalan directamente a Alma, la pareja de Mario, como presunta homicida.
“Ella (Alma) al verlo inerte en el suelo lo cree muerto y va por una cuerda a la parte de abajo del su departamento, se la coloca alrededor del cuello y con esto le ocasiona el estrangulamiento”, dice el informe.
Según este relato, Alma intenta mover el cuerpo y es cuando provoca la suspensión de Mario, que muere estrangulado.
“De la prueba documental consistente en los registros de la investigación se detectan múltiples datos de prueba, líneas de investigación no agotadas, manipulación de la investigación con un claro ánimo de no investigar el homicidio de Mario Alberto Navarrete Esparza y la responsabilidad de su pareja, Alma, el encubrimiento y ayuda recibida por su tía, Dulce María “L” y de su progenitora, Zoila Esther “L”.
La primera contradicción que observa el informe es la existencia de dos oficios, casi simultáneos, en los que se solicita levantar el cadáver y la necropsia. El levantamiento del cadáver se pide a las 11:21 horas, mientras que la necropsia a las 11:20 horas, dando por hecho que el cuerpo ya está en la morgue.
“Lo anterior no denota un error de redacción ni un error de formato, denota una maquinación y falsedad en la elaboración y manipulación de la documentación propia de la carpeta de investigación, puesto que no corresponde a la realidad de los tiempos de ejecución y entrega de cada oficio y acto de investigación”, señala el informe.
Como segundo punto, menciona el testimonio de Milka Navarrete, hermana de la víctima. Esta señaló haber llegado a la casa al mediodía tras conocer la noticia del fallecimiento de Mario. Al acceder al lugar, Alma le dice que al despertar lo encontró colgado y lo soltó, aunque ya estaba muerto. Su madre añadió: “A lo mejor se dio un golpe en la cabeza”. Esta afirmación le lleva a la investigadora a sospechar sobre “una línea de investigación que no fue tomada en consideración por el Ministerio Público ni sus órganos auxiliares”. También apunta a la posibilidad de que la madre participe en el encubrimiento.
El informe encuentra contradicciones en el testimonio de Alma, a quien señala como posible homicida.
Ella afirmó que Mario había consumido cinco líneas de cocaína, que su primo Paul le reclamó que hubiese tomado tanto y que este terminó durmiendo en una hamaca en la parte baja de la casa. Pues bien, el análisis toxicológico no detectó presencia de cocaína en la víctima, por lo que es imposible que hubiese consumido. Además, tampoco se encontró rastro de la mencionada hamaca.
“Lo anterior hace evidente la intención de la testigo para variar los hechos y, principalmente, desprestigiar al hoy occiso, intentar manipular la investigación al inducir a la autoridad a creer que era capaz de suicidarse por estar sumamente drogado con una droga que no existió”, señala el documento.
Más determinante es la omisión de Alma de un hecho clave: que ella había estado hasta las 5.30 de la mañana tomando cerveza y discutiendo con el finado.
Otra de las manipulaciones que advierte el informe es la relativa a la declaración de Yolanda Esparza López, madre de la víctima. Según se refleja en el informe, la Ministerio Público redactará que “en este mismo acto la declarante solicita que el presente expediente sea archivado de manera definitiva ya que está consciente de que la muerte de su hijo fue un suicidio y no existió inducción por parte de ninguna persona”.
Los criminólogos cuestionan que se incluya esta frase cuando la madre fue informada telefónicamente de la muerte de su hijo y no podía tener dato alguno sobre cómo se produjo.
“El homicidio es un delito que se persigue de oficio, y el Agente del Ministerio Público que tenía a cargo dicha investigación pretendía evadir su responsabilidad de investigador con dicha aseveración, aún cuando es totalmente aislada, carente de sustento en la realidad, en la narrativa y en las constancias de la investigación”, dice el informe.
Los expertos observan inconsistencias en el oficio en el que el agente ministerial investigador, Katya Venecia Méndez Chávez, refiere haberse puesto en marcha hacia el domicilio donde ocurren los hechos. Dice en un oficio que fue a las 10.00, mientras que las solicitudes de levantamiento de cadáver y autopsia no se reciben hasta hora y media después.
“Esto denota una suma de contradicciones respecto a la hora de inicio de la investigación, y que al realizar el acta de levantamiento del cadáver: no establece a qué hora arribaron al lugar de los hechos, siendo una omisión relevante para la veracidad de las diligencias practicadas, esto es, nuevamente se observa manipulación, contradicción y omisiones por parte del órgano investigador, en un levantamiento de cadáver donde estaba presente una Agente del Ministerio Público retirada quien protegía a su sobrina, la única persona presente al momento del deceso, de un cuerpo con signos de violencia, una hora y media después de que fue vista agrediendo y haciendo reclamos a la víctima”, señalan.
Aquel primer informe del Ministerio Público, obvió también que en el lugar de los hechos, además de Alma se encontraban su mamá y su tía, “lo que evidencia la intención de manipular la investigación al omitir una línea relevante de la investigación”.
Se da la circunstancia de que a la madre no le tomarán declaración hasta 13 días después de los hechos. En su testimonio, la investigadora observa una excesiva precisión, al señalar que llamó al 112 a las 9:34 exactamente.
Sobre las declaraciones posteriores de Alma, la criminóloga encuentra contradicciones sobre el consumo de mariguana y acerca de los golpes que, según dijo, se propinó con la víctima. Según su versión, golpeó las rodillas y piernas de Mario, pero la necropsia no encontró marcas.
Al margen de estas contradicciones, el informe señala 15 omisiones en la investigación.
Por ejemplo, apunta a líneas de rastreo que no se tomaron en cuenta. Entre ellas, la posibilidad de que la víctima fuese a vender una casa, o se viese con otra mujer, lo que motivaría los celos. Además, dice la experta, no se pidieron los teléfonos celulares para analizar las comunicaciones entre la víctima y sus más allegados, entre ellos Alma, su madre y su tía.
No se investigó bien la hora en la que la madre de Alma llama a Milka, hermana del fallecido, para anunciarle que Mario está muerto. Tampoco se inspeccionaron las maletas que, supuestamente, pertenecían a la víctima y estaban listas para un viaje a Ciudad de México.
Retoma la línea del golpe en la cabeza para señalar que “la Necropsia de Ley fue mal practicada al no realizar una revisión exhaustiva en el cráneo de la víctima, no hubo revisión de lesiones en piel y cuero cabelludo, solamente hizo mención de búsqueda de fracturas, más no de lesiones que puedan señalar un golpe o ataque que no cause fracturas, pero sí pérdida de la consciencia”.
Alma declaró que se encontró con el cadáver de su pareja a las 8, pero el reporte se realiza a las 9:53, lo que le da margen para manipular la escena, según la investigación independente.
Un hecho fundamental es que no se tomó en consideración que Dulce María “L”, tía de Alma, fue miembro del Ministerio Público y amiga de Anel Guadalupe “Z”, la agente encargada de la carpeta.
En los informes, además, se obvió que madre y tía habían estado en el lugar del fallecimiento hasta que fue levantado el cadáver. Tampoco aclararon los investigadores por qué Alma y sus familiares fueron citados en otros momentos a declarar sin quedar constancia de la orden para comparecer.
Sobre la tesis del suicidio, el documento es tajante: “No existe más que el dicho de una persona que refiere dicho antecedente, y que no se corroboró con ningún dato de prueba por lo que el dictamen perdió objetividad, turnándose en un dictamen basado en el dicho de la principal persona agresora de la víctima, la última que lo vio con vida en un lapso de una hora y media hasta su supuesto hallazgo, y que se demostró las múltiples mentiras en sus entrevistas”.
Este informe puede resultar determinante en la denuncia interpuesta por la familia de Mario contra Anel Guadalupe “Z”, a quien acusan de haber permitido a sus allegadas modificar la escena del crimen y desviar la investigación hacia la tesis del suicidio para no incriminar a Alma y sus familiares.
Animal Político quiso conocer la opinión de la fiscalía pero al cierre de esta nota no había recibido un pronunciamiento oficial.
La familia de la víctima, mientras tanto, espera que este informe sirva para iniciar una investigación.
“El informe se presentó en abril, pero por ahora fiscalía no ha llamado a los peritos para ratificar sus informes. No ha dicho si va a ejercer la acción penal o no”, dice Edwin Canto Esparza, hermano del fallecido.
El 27 de septiembre de 2018 la familia interpuso una denuncia contra Alma, la entonces pareja del fallecido. Además hay un proceso contra Anel Guadalupe “Z”.
Esparza denuncia que su asesora legal lleva recibiendo amenazas desde mayo. En concreto, el 18 de aquel mes ofrecieron una conferencia y, una semana después, la abogada fue detenida bajo la acusación de que su coche tenía placas de otro estado. Tuvo que pagar una multa de 1,500 pesos y su vehículo fue desvalijado por completo.
“Cada vez que salía de casa o de la oficina tenía patrullas que la perseguían”, denuncia.
La abogada pidió protección a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).