Trabajadoras y talleristas del FARO Aragón protestaron este miércoles por la separación del director del espacio cultural, Manuel Trujillo, por una “investigación financiera” y exigieron la destitución del Director General de Vinculación Cultural Comunitaria, Benjamín González.
“Desde el inicio de la gestión del actual gobierno de la Ciudad de México, el equipo del FARO Aragón, así como su propuesta cultural y pedagógica empleados del lugar […] ha padecido un constante acoso laboral, una descalificación permanente y son objeto de acusaciones públicas”, dijo Karla Rodríguez, empleada del FARO, en representación de nueve trabajadoras del lugar.
Las autoridades culturales, acusó Rodríguez, han mostrado inconsistencias administrativas, les adeudan pagos, las amenazan con bajarles el sueldo y no tienen disposición a dialogar con el equipo.
Por ello, las trabajadoras exigieron la destitución de Benjamín González y de Yojana Jautzin Puputi Melchor Campos, Subdirectora de FARO.
“Reprobamos las prácticas autoritarias y centralizadoras que acartonan y desmantelan proyectos culturales exitosos como los de las Fábricas de Artes y Oficios”, dijo Rodríguez.
Manuel Trujillo, quien estuvo en la protesta, afirmó que se le avisó de la investigación y la no renovación de contrato de manera verbal y que hasta el momento no ha sido notificado oficialmente por la Contraloría Interna de la Secretaría de Cultura ni por un Ministerio Público.
“Se iniciará un proceso de demanda laboral para quien resulte responsable, se levantará una queja ante Derechos Humanos por acoso laboral y se levantará una queja ante la Contraloría responsabilizando a las autoridades por cualquier daño y perjuicio que podría tener la comunidad”, anunció.
Por su parte, Benjamín González afirmó en entrevista que las actividades en el lugar continuarán y que no se elegirá un nuevo director del FARO hasta que se resuelva la denuncia de irregularidad financiera.
Al respecto de los señalamientos de los trabajadores, dijo que no se ha retirado a ninguno de los trabajadores y talleristas del FARO Aragón, pero que sí que hubo una “reestructuración” los salarios en esta red de centros culturales.