Los enfrentamientos de las Fuerzas Armadas -Ejército y Marina- con presuntos delincuentes, entre 2006 y 2018, “tendieron a ocurrir en zonas más pobladas”, de hecho el 51% de la población vive en un municipio donde ocurrió un choque violento de ese tipo, indica el estudio de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México titulado Seguridad Pública Enfocada en el Uso de la Fuerza e Intervención Militar, citando cifras del Inegi.
Con el contexto de la aprobación de las leyes secundarias de la Guardia Nacional, el análisis refiere qué Fuerzas Armadas estuvieron involucradas en enfrentamientos en los dos sexenios previos, además de analizar las coincidencias en el discurso de los presidentes Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, para justificar la actuación del Ejército y la Marina en tareas de seguridad pública, y de combate al crimen organizado.
“Un claro indicativo del papel predominante de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública durante el periodo 2006-2018 es el número de enfrentamientos en que las diferentes fuerzas están involucradas. Esta cifra es un producto del nivel de actividad de las Fuerzas Armadas y las tácticas (por ejemplo, patrullajes) que dan raíz al enfrentamiento, así como el nivel de actividad y tácticas utilizadas por delincuentes”, se lee en el estudio.
Información proporcionada por la Sedena, la Semar y la Policía Federal para el periodo de los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, refiere el documento, indica que la gran mayoría de los 4,250 enfrentamientos entre fuerzas federales y presuntos delincuentes fueron protagonizados por la Sedena (75%), seguidos por la Policía Federal (18%) y la Semar (7%).
“Durante los sexenios de Calderón y Peña Nieto, el Ejército estuvo involucrado en enfrentamientos en casi 24% de los 2,463 municipios del país, el doble de la distribución geográfica de los enfrentamientos que ha sostenido la Policía Federal (12%)”.
“Los enfrentamientos tendieron a ocurrir en zonas más pobladas, ya que 51% de la población vive en un municipio en donde aconteció un enfrentamiento con las Fuerzas Armadas (Inegi)”.
Otro punto, en cuanto a la distribución geográfica, es que en los dos sexenios previos el 50% de los enfrentamientos de las Fuerzas Armadas se concentraron en solo 23 municipios, “todos en
los estados de Coahuila, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Sinaloa y Tamaulipas”.
El fenómeno de la militarización, apunta el estudio, se ha gestado en México.
“Aunque intereses externos, principalmente de los Estados Unidos, han puesto a la disposición del país recursos como armamento y capacitación militar -casi sin restricciones-, esto ha sido a petición expresa y pública del gobierno mexicano”, concluye el análisis.
“Las Fuerzas Armadas han incrementado su estado de fuerza significativamente, fortaleciendo su legitimidad con base en el papel histórico de defensa de la nación y de los intereses o amenazas exteriores. Asimismo, se han beneficiado de un programa importante de modernización y mejoramiento de condiciones laborales”.
Después de doce años de intervención militar, se insiste en el documento, “se han dispuesto cada vez más recursos militares, estatales y privados -cuya naturaleza nunca ha sido clara- para la militarización de la seguridad pública”.
Aunque Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador han conceptualizado de distinta forma el problema de seguridad, señalan los autores, en los demás aspectos discursivos se adopta un discurso tendiente a la militarización.
“Hay poca confianza en las instituciones civiles, nunca se han definido límites de tiempo u objetivos para el despliegue militar, ni se ha establecido la necesidad del mando civil sobre la intervención militar en estas tareas”.