El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el lunes en su conferencia matutina que en la última década el Sistema de Administración Tributaria (SAT) condonó 400 mil millones de pesos en impuestos a 153 mil contribuyentes. Sin embargo, la organización Fundar calcula que en realidad ha perdonado más de 600 mil a ciertos deudores y, por ser supuestamente imposible de cobrar, ha cancelado hasta el triple de ese monto.
A base de solicitudes de información, reportes de la Auditoría Superior de la Federación e información pública del SAT, Fundar, que durante años ha denunciado la injusticia en las condonaciones de impuestos, ha recopilado datos de que por distintas causas se han perdonado 628 mil 937 millones de pesos de 124 mil contribuyentes.
Los montos más altos se dieron en amnistías fiscales promovidas tanto por Felipe Calderón como por Enrique Peña Nieto en el primer año de su gobierno, un mecanismo que detalló en la mañanera la titular del SAT, Margarita Ríos-Fajart.
Según los datos de Fundar, en 2007 lo perdonado fueron 144 mil 423 millones de pesos (ajustado al valor de 2019) de mil 135 contribuyentes, y en 2013 la cifra alcanzó 217 mil 875 millones de 110 mil 571 deudores. Estas cantidades suman el 91 % de lo expuesto por el SAT.
La razón de perdonar esas deudas, explica a Animal Político Iván Benumea, investigador de la organización, es que en la Ley de Ingresos, aprobado por el poder Legislativo e implementado por el Ejecutivo, se puso en marcha un plan de condonación masiva, con el argumento de regularizar a cientos de morosos para que por fin declararan cuánto debían y pagaran una parte, pero la pagaran en ese momento.
“Las condonaciones se otorgan para que en el corto plazo el gobierno recabe algo de lo que los contribuyentes le deben desde hace mucho tiempo, o de lo que le deben porque no se lo han declarado. Y el beneficio para el gobierno es que su primer año de gestión lo inicia con recursos extraordinarios”, señala.
Pero la Auditoría ha dicho que estos programas fomentan la evasión fiscal, ya que se vio que de la primera a la segunda hubo muchos reincidentes, por lo que podría ser que no hayan pagado durante años esperando que hubiera nuevamente una amnistía fiscal de este tipo.
Volviendo a la discordancia de cifras entre lo informado por el SAT y lo recopilado por Fundar, Benumea detalla que hay varios tipos de condonaciones y quizá el gobierno no incluyó todas en su reporte. Por ejemplo, en multas se perdonaron 17 mil 417 millones; y en otros programas de regularización implementados entre 2007 y 2013 se condonó hasta 239 mil 924 millones.
Además, existe otra figura que es la cancelación de créditos fiscales. Este no es un perdón a un contribuyente que siga activo, sino que se llama así a una medida administrativa para dar de baja de los registros del SAT un adeudo que se ha tratado de cobrar por mucho tiempo y se considera ya imposible porque el deudor ya no tiene bienes o es ilocalizable.
Bajo este esquema, según Fundar, el SAT canceló deudas por 1.1 billones de pesos entre 2007 y 2018.
De eso no hay información sobre los beneficiarios y el monto que dejó pendiente cada uno, o cuánto tiempo llevaban en cartera y qué acciones se hicieron para definitivamente considerar que no se podía cobrar, e incluso si hubo acciones legales contra esos deudores.
Por ello, la organización pide al gobierno que además de las cifras ofrecidas en conferencia, promueva la transparencia total de qué hicieron las administraciones anteriores, y que se hagan reformas legales para evitar que se puedan dar amnistías fiscales similares en un futuro.
“Creemos que el decreto es algo muy positivo porque plantea un parteaguas entre lo que sucedió en las administraciones pasadas y lo que plantea hacer esta nueva administración, es una señal muy positiva para diferenciarse de los sexenios anteriores, pero aún es necesario que se reformen las leyes fiscales, que los límites a la condonación de impuestos queden establecidos en otras normas que no sean decretos, porque las condonaciones también pueden ser diseñadas por el poder Legislativo, y hay otras figuras que no son condonaciones como tal pero se le parecen mucho y sobre ellas no hay muchos controles”, afirma Benumea.