El proceso de contratación de empresas para comprar los insumos e imprimir millones de libros de texto gratuito ocurría generalmente desde diciembre, pero este año aún no se han elegido a ningún proveedor, no hay certeza de cuándo se hará, e incluso se dio el caso de que el presidente pidió cancelar un contrato, para evitar nepotismo con la empresa de papel de su compadre.
De acuerdo con una revisión de las licitaciones vigentes y en seguimiento en el sistema de compras de la administración pública Compranet, hay cuatro licitaciones para la impresión de libros de texto gratuito.
La última fue lanzada el 22 de abril, pero ni siquiera tiene fechas precisas para que los posibles proveedores presenten sus propuestas, ni para el anuncio de los ganadores.
El secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, informó en conferencia de prensa el jueves 25 de abril que, pese a los retrasos en las licitaciones, se había avanzado en el proceso y ya había libros impresos, aunque según información pública la última licitación concretada respecto a este tipo de adquisiciones fue en julio de 2018.
El funcionario no precisó cuántos libros ya están listos, ni dio fechas para cada etapa del proceso, pero aseguró que los materiales llegarían a las escuelas al inicio del ciclo escolar en agosto próximo, como siempre.
Sin embargo, el año pasado, por ejemplo, desde el 4 de mayo se dio el banderazo de salida para la entrega de 194 millones de libros a 26.2 millones de alumnos y 1.5 millones de maestros.
Animal Político solicitó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) los datos precisos sobre el número de libros supuestamente listos, toda vez que la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito y Talleres Gráficos de México se encargan de imprimir una parte de los materiales, pero la mayoría se hace en impresoras particulares contratadas a través de las licitaciones.
También se solicitó una entrevista con el titular de la Conaliteg, Antonio Meza, pero no hubo respuesta en ningún caso.
De acuerdo con información pública, apenas el 22 de abril la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (Conaliteg) lanzó la convocatoria de la licitación PC-011L6J001-E30-2019, para la adquisición de 88 títulos correspondientes a preescolar, primaria, el libro “la entidad donde vivo” y telesecundaria.
En la convocatoria ni si quiera se establece el calendario del procedimiento. La reunión de “junta de aclaraciones”, donde los proveedores expresan dudas para armar su propuesta; la entrega de proposiciones y el fallo, no tienen fecha, sólo aparece “xx de mayo del 2019” en el cronograma; por lo tanto, las empresas interesadas no saben, por el momento, cuándo deberían presentarse exactamente.
Además, en la convocatoria, la Conaliteg se compromete a entregar los insumos como papel, tintas y cartulinas para portadas. Por lo tanto, las empresas seleccionadas se encargarían sólo de la impresión.
Pero apenas este viernes 27 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la cancelación de un contrato como parte de la licitación para la compra de papel, cartulina y cajas de cartón, debido a que la empresa ganadora de la venta de papel por hasta 221 millones de pesos fue Bio Pappel Scribe, propiedad de su compadre Miguel Rincón Arredondo.
La empresa Bio Pappel Scribe había ofertado un precio por tonelada comparable con las otras tres compañías con las que compitió por 21 mil 680 pesos por tonelada de papel, y fue la única que luego bajó el precio a 19 mil 500 pesos, según el acta de fallo de la licitación LA-011L6J001-E19-2019.
Al ser cuestionado por un posible conflicto de interés, López Obrador anunció que su gobierno buscaría la vía legal para cancelar el contrato, o pediría a su compadre que renunciara a él porque “nosotros no solo somos honestos, queremos que se sepa que no quede ninguna duda de nuestra integridad, es ser y parecer”.
Esto significa que la adquisición de los insumos tendrá otro retraso, hasta que se encuentre la vía legal de suspensión y se determine el paso a seguir, si llamar a otra licitación o escoger entre las empresas ofertantes durante el proceso.
En tanto, hay dos licitaciones más en vilo. La convocatoria de la licitación LA-011L6J001-E5-2019 fue lanzada el 12 de marzo pasado para la “adquisición de insumos de 10 títulos del programa de libros para primaria”. El fallo, es decir, la elección de la empresa ganadora debía anunciarse el 26 de marzo.
La elección del ganador se ha diferido en 10 ocasiones desde esa fecha. El último caso ocurrió el 10 de abril. Y un día después, las 10 partidas para concurso se declararon “desiertas” debido a que “rebasan la suficiencia presupuestal establecida por la Coordinación Editorial”.
La licitación LA-011L6J001-E6-2019 para “la adquisición sin entrega de insumos de 9 títulos del programa de libros para el alumno de preescolar y primaria ciclo escolar 2019-2020”, también fue lanzada el 20 de marzo y el fallo ha sido pospuesto en 9 ocasiones, sin explicar la razón.
De acuerdo con el cronograma que se ha seguido en años anteriores, según confirmaron a Animal Político exfuncionarios de la SEP, a esta altura del año los libros ya debían estar impresos y armados en paquetes, para que al iniciar mayo comenzara la distribución a las entidades del país.
Luego, en junio y julio se completaba la logística de distribución para los municipios, incluyendo aquellos con vías de comunicación complicadas. Sólo así se podía cumplir con la meta de que todos los estudiantes del país tuvieran sus libros al inicio del ciclo escolar.