Aun cuando está prohibida la pesca en el Alto Golfo de California para proteger a la vaquita marina, más de mil embarcaciones volverán a esta actividad a finales de marzo porque el gobierno federal suspendió los apoyos económicos que les otorgaban desde 2015 a cambio de mantener la veda.
Los pescadores de las zonas de las comunidades de San Felipe y Santa Clara, agrupados en diversas federaciones, argumentan que desde diciembre pasado, cuando inició el nuevo gobierno federal, dejaron de recibir los recursos por dejar de pescar, por lo que se dicen orillados a retomar actividades, pese a la veda declarada en esta zona.
“No tenemos autorizado ningún método de pesca, entonces lo que pretendemos es trabajar lo que está en temporada que es una especie que se llama chano, un pez que tiene un valor comercial importante para el mercado asiático”, explicó Alonso García, secretario de la Federación de Pescadores Ribereños del Puerto de San Felipe.
“Al final de cuentas estaríamos haciendo las cosas ilegales, por desgracia, seríamos tan ilegales como son los totoaberos”, dijo en referencia a la pesca con redes de enmalle que provocan la muerte de la vaquita marina.
Apenas en enero pasado, el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador anunció el arranque del Programa Integral para la Sustentabilidad Pesquera en el Alto Golfo de California, con el objetivo de “mejorar la protección de la biodiversidad y elevar las condiciones de vida de las comunidades costeras de la región”.
También dijo que se busca fortalecer “prácticas de pesca sustentable”, así como esquemas de vigilancia y protección a la vaquita marina y de combate a la pesca furtiva y al tráfico ilegal de la totoaba.
Este programa para pescadores no tiene recursos contemplados en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019.
Cuando anunció este nuevo plan, el gobierno federal dijo que tenían previstas reuniones con “actores clave” para “afinar el programa” y después someterlo consideración de los secretarios de Semarnat y Sedatu, “para su aprobación y puesta en marcha”.
La propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), reconoció, en documentos entregados tras una solicitud de información, que no cuenta con recursos para compensaciones a pescadores o para acciones de protección para la vaquita marina.
De acuerdo con la propia dependencia, entre 2012 y 2018, se han invertido, al menos, 1,565 millones de pesos en programas de conservación de esta especie (las cuales incluyen apoyos a pobladores para no pescar en la zona), sin embargo la medida implementada en el gobierno de Enrique Peña Nieto ya no continuó.
Además de no recibir el apoyo en tres meses, los pescadores organizados también consideran que se ha criminalizado su actividad, pues dicen que la muerte de la vaquita no es provocada por su trabajo regulado, sino específicamente por la pesca ilegal que busca capturar totoaba, pues su vejiga es cotizada hasta en 100 mil dólares por kilogramo en China y Hong Kong, de acuerdo con expertos.
Ante esta situación, Alonso García, dijo que varios pescadores han incursionado en la pesca furtiva para sobrevivir. Sin embargo, señaló que la pesca ilegal de totoaba requiere de inversión y equipo que no tiene cualquier embarcación de la zona.
“La red de enmalle es un modelo de arte de pesca, pero hay características diferentes, si yo quiero pescar camarón uso una red de enmalle de dos, tres cuartos de pulgada de diámetro la malla y un espesor del hilo de 0.30 milímetros, pero si yo quiero pescar tototaba yo uso una red de 12 pulgadas, que tiene mucho más grande el cuadro en donde se atrapan los animales”, detalló en entrevista con Animal Político.
De acuerdo con García, la red para pesca de totoaba es la más peligrosa para las vaquitas y otras especies, pues actúa como una pared permanente en el fondo del agua, sostenida por anclas. También asegura que esta actividad ilegal es la que ha predominado en los últimos años.
Las federaciones locales de pescadores advirtieron que ya no detendrán a quienes busquen pescar en estas aguas.
“El problema es que están prohibidas las redes, nosotros no tenemos otro arte de pesca, ni tenemos ni sabemos usar otra… lo que nosotros vamos a hacer es dejar de detener a la gente”, dijo el líder pesquero.
También reconoció que no tienen un plan para distribuir o regularizar el producto que logran pescar, pues toda la zona se encuentra vedada y tendrían que recurrir al mercado negro para poder comercializarlo.