Estados Unidos enviará 3,750 soldados adicionales a su frontera con México, informó este domingo el Pentágono, mientras el presidente Donald Trump reiteraba su pedido de un muro que refuerce la seguridad fronteriza.
“El Departamento de Defensa desplegará aproximadamente 3,750 soldados estadounidenses más para brindar el apoyo adicional al CBP (Oficina de de aduanas y protección fronteriza) en la frontera sur, que fue aprobado el 11 de enero por el secretario de Defensa interino (Patrick) Shanahan”, indicó el Pentágono en un comunicado.
Soldados ya habían sido desplegados en la frontera bajo órdenes de Trump antes de las elecciones de medio mandato de noviembre pasado; lo anterior, mientras caravanas de migrantes centroamericanos se acercaban a la zona para intentar ingresar a Estados Unidos en busca de asilo, para huir de la violencia y la pobreza en sus países de origen.
Esa misión, bajo la cual los soldados han dado apoyo a los agentes civiles de la patrulla fronteriza mediante apoyo logístico y con la instalación de alambrados, ha sido considerada por críticos de Trump como una jugada política.
Sin embargo, este domingo se anunció el despliegue adicional de tropas por tres meses, según el texto del Pentágono, lo que llevará a 4,350 el número total de soldados en la frontera.
Sus tareas incluirán la colocación de unos 240 kilómetros de alambres de púas en la zona, en otras cosas.
El presidente Trump dio chance al Congreso hasta el 15 de febrero para aprobar los fondos necesarios para la construcción del muro fronterizo, una de sus principales promesas de campaña.
El domingo, Trump insistió en la necesidad de la barrera. “Con caravanas marchando por México hacia nuestro país, los republicanos deben estar preparados para hacer lo que sea necesario para tener una seguridad fronteriza FUERTE”, tuiteó.
“Los demócratas no hacen nada. Si no hay muro, no hay seguridad. Tráfico de personas, de drogas y criminales de todo tipo – MANTÉNGANSE ALEJADOS”, siguió.
Los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, han rechazado de manera reiterada el pedido de financiamiento de Trump para el muro, pues aseguran que el presidente ha convertido este proyecto en una cruzada política para demonizar a los migrantes y satisfacer a sus votantes.
Su presión sobre el Congreso para que financiara el muro llevó a un cierre parcial del gobierno federal de cinco semanas, entre diciembre y enero.