Probablemente habías oído aquello de "dormir como un bebé", pero… ¿respirar?
Resulta que a medida que crecemos respiramos peor, explicó a la BBC la experta en respiración Rebecca Dennis.
Y eso pese a que nuestra capacidad pulmonar va en aumento con el paso de los años (hasta que cumplimos los 35, cuando empieza a reducirse).
Dennis dice que muchos adultos realizan una respiración superficial, haciendo los movimientos musculares inadecuados y moviendo el cuello y los hombros cada vez que inhalamos.
Respirar mal tiene consecuencias directas sobre nuestra salud mental y física, según han demostrado varios estudios. Nos sentimos más cansados, nos falta energía, nos cuesta concentrarnos y, asegura Dennis, puede aumentar nuestros niveles de estrés.
Por todo ello, la terapeuta sugiere una vuelta a lo más básico: respirar como cuando éramos niños. Pero ¿cómo respiran los bebés?
Cuando un bebé respira, lo hace de manera bien profunda. Cada inhalación "se hace desde la barriga", asegura la experta.
Y es ahí donde está la clave: en el diafragma, "la nave nodriza de todos los músculos respiratorios", como lo denomina Dennis.
"Muchos de nosotros estamos condicionados [desde una edad bastante temprana] a contener nuestros vientres", explicó la terapeuta a la BBC.
Una respiración profunda donde se utilice el diafragma no solo permite que entre más oxígeno en nuestro organismo, sino que también envía mensajes al cerebro que nos mantienen en un estado más relajado, ayudando a reducir los niveles de estrés.
"No somos conscientes de cómo respiramos a lo largo del día, nos olvidamos de ello o lo hacemos de forma superficial", señaló la experta, quien cree que ser más conscientes de cómo respiramos puede traer efectos positivos para nuestra salud mental y física.
La prestigiosa Clínica Mayo, en Estados Unidos, destaca en su página web la importancia de aprender técnicas de respiración que ayuden a aliviar la ansiedad, la depresión y otros problemas relacionados con el estrés, pero también para regular funciones importantes de nuestro organismo.
El centro señala que muchos estudios han descubierto que una respiración profunda ayuda a equilibrar el sistema nervioso autónomo, encargado de manejar las funciones involuntarias de nuestro cuerpo como el control de la temperatura corporal o el funcionamiento de la vejiga.
Estas son algunas de sus recomendaciones para aprender a respirar bien:
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