Petróleos Mexicanos (Pemex) acumuló dos años de pérdidas por 3 mil 642 millones de pesos por vender gas etano, debajo de su costo real, a la planta de Etileno XXI, propiedad de la empresa mexicana IDESA y de la brasileña Braskem, filial petroquímica de Odebrecht, la compañía involucrada en un escándalo de corrupción trasnacional, con sobornos confesados en 12 países de América Latina y África.
En su informe de resultado de la fiscalización de la Cuenta Pública 2017, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó que las pérdidas se han multiplicado porque Pemex negoció desde 2010, durante el gobierno de Felipe Calderón, un contrato ventajoso a 20 años para la sociedad IDESA-Braskem, el cual fue ratificado durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
La ASF recomendó modificar las condiciones del contrato o encontrar los mecanismos legales para su terminación anticipada.
Odebrecht reportó al cierre de 2018, en su informe anual a inversionistas, que su filial Braskem es dueña del 75 % de la planta de Etileno XXI y el 25 % es propiedad de IDESA.
La esposa de Javier Jiménez Espriú, actual Secretario de Comunicaciones y Transportes, posee el 5.92 % del capital de IDESA, según hizo público el propio funcionario federal en su declaración patrimonial.
De hecho, la familia política de Jiménez Espriú es la fundadora de IDESA y él mismo formó parte de su consejo de administración.
La ASF detectó que Pemex perdió 1,707 millones de pesos en 2017 al vender el etano 36 % debajo de su costo real a la planta de Etileno XXI.
El costo de producción del etano que se suministró a la planta privada, ubicada en Veracruz, fue de 3 mil 474 millones de pesos, y a eso se le añadieron 1,222 millones por el costo de transporte que también absorbió Pemex.
En conjunto, el costo de producción y traslado del etano fue de 4 mil 697 millones de pesos, pero los inversionistas de Etileno XXI solo pagaron 2 mil 989.
Una situación similar ocurrió en 2016, cuando la empresa productiva del Estado tuvo que absorber una pérdida de 1,935 millones de pesos, porque la sociedad Braskem-IDESA pagó el hidrocarburo por debajo del costo real.
En aquel año, el costo de producción y transporte fue de 3 mil 123 millones de pesos y Etileno XXI apenas pagó 1,182 pesos por el hidrocarburo.
En dos años de operación de la planta, Pemex ha perdido 3 mil 642 millones de pesos.
El contrato, que tendrá vigencia más allá de 2030, se rige por los precios internacionales del etano, los cuales se han desplomado. Cuando el gobierno de Felipe Calderón negoció el contrato, en 2010, el precio por metro cúbico era de 6.5 pesos; en 2015 cayó a 2.3 pesos y en 2017 –cuando empezó el suministro a Etileno XXI– tuvo un ligero repunte a 3.1 pesos.
Pese a este incremento, el precio por metro cúbico es menos de la mitad de 2010, cuando se otorgó el contrato a 20 años a la filial petroquímica de Odebrecht. A la caída de los precios se añade un descuento de 30% pactado en el contrato.
“Pemex vendió el etano por debajo de su costo de producción, ya que en la fórmula del precio de venta sólo se consideraron precios internacionales a los cuales se les aplicaron los descuentos y el tipo de cambio, por lo que en el precio otorgado al Complejo Etileno XXI no se reconocieron los costos reales”, advierte el informe de la ASF.
La gerencia de cumplimiento regulatorio de Pemex informó al órgano superior de fiscalización que los inversionistas de Etileno XXI se han negado a renegociar las condiciones del contrato o ajustar al alza el precio del etano.
El 9 de mayo de 2018, la división de transformación industrial de Pemex comunicó al Complejo Etileno XXI sobre la posibilidad de sustituir el contrato de suministro vigente por un contrato de primera mano o uno de comercialización, autorizados mediante las resoluciones emitidas por la Comisión Reguladora de Energía.
Sin embargo, los inversionistas de Etileno XXI respondieron que “no estaban interesados en adoptar dichos modelos de contratos”.
También se le propuso a la sociedad Braskem-IDESA que cubriera el costo del transporte del etano hasta su planta, pero una vez más el cliente se negó.
Pese a esta postura de los dueños de la planta, la ASF recomendó revisar las alternativas jurídicas que permitan negociar nuevamente el contrato y la fórmula de descuento sobre los precios internacionales del etano.
Además de perder con la venta del etano, Pemex ha tenido que pagarle a Etileno XXI una penalización por 810 millones de pesos, por haber incumplido con la entrega del volumen de etano acordado.
El contrato establece que debe suministrar 66 millones de barriles diarios con un descuento de 30 %, y en caso de incumplir ese volumen, Pemex debe pagar el 200 % del valor del etano no suministrado.
Además, si proporciona menos del 70 % del volumen pactado, también está obligado a comprar el Complejo Etileno XXI.
En cambio, si Etileno XXI no cumple en comprar el volumen acordado en el contrato, la sanción es de sólo 30 % respecto al precio promedio.
De acuerdo con el informe de la ASF, de seguir las condiciones actuales la empresa mexicana tendrá que adquirir la planta en el año 2026, por incumplimiento.
Las sanciones establecidas en el contrato también son inequitativas, advierte la misma auditoría.
Actualmente, la producción nacional de etano de Pemex se entrega a Etileno XXI, para evitar más sanciones.
Y en contraste, para cubrir la demanda del insumo de sus propias plantas, Pemex ha tenido que recurrir a la importación.
Según la información recabada por los auditores, el 12 de enero de 2018 atracó en Coatzacoalcos, Veracruz, un primer buque de etano importado con 4.9 miles de toneladas; en marzo se recibieron otros dos buques con 9.8 miles de toneladas más.
El volumen importado fue para satisfacer la demanda de las plantas de Pemex, principalmente Cangrejera, que tan solo entre febrero y marzo de 2018 consumió 11.8 miles de toneladas de etano importado.