El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asegura que gran parte del muro que separa la frontera del norte de México con el sur de Estados Unidos ya ha sido construido o renovado.
También asegura que México ya está pagando por él gracias al nuevo acuerdo comercial firmado entre estos dos países y Canadá, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
Pero, ¿cuán cierto es eso?
Según un análisis del equipo de Reality Check de la BBC, las autoridades fronterizas dicen que ya se ha comenzado a trabajar en la construcción de una mejor infraestructura de seguridad fronteriza y el dinero utilizado hasta ahora se ha gastado en gran medida en los diseños de barrera fronteriza que ya existen.
Pero el acuerdo comercial con México y Canadá aún no está vigente y no está claro cómo esto haría exactamente que México contribuyese a pagar el muro.
A continuación el análisis de las afirmaciones de Trump en más detalle.
Trump quiere gastar miles de millones de dólares en la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre su país y México.
Para eso necesita que el Congreso de Estados Unidos apruebe los fondos para su plan, pero se ha enfrentado a una fuerte oposición dentro de la Cámara que además, desde el pasado 3 de enero, es de mayoría demócrata.
Trump, sin embargo, insiste en que ya ha habido un progreso significativo en la construcción. E incluso llegó a escribir en Twitter que “gran parte del muro ya ha sido completamente renovado o construido. Hemos trabajado mucho”.
Construir un muro a lo largo de la frontera con México fue una de las principales promesas electorales de Trump.
La Casa Blanca dice que el muro es fundamental para impedir el ingreso al país de drogas e inmigrantes ilegales.
La frontera tiene una extensión de 3.145 km, con más de 1.000 km compuestos por varios tipos de cercas en California, Arizona, Nuevo México y Texas.
Según los documentos obtenidos por CNN a principios de 2018, los funcionarios responsables dijeron al Congreso que el plan de Trump significaría 1.400 km nuevos de muro y 1.870 de muro de reemplazo. El mismo costaría US$33.000 millones.
La discusión actual entre el presidente y el Congreso se debe a un paquete de gastos de más de US$5.000 millones previstos para el muro.
Pero los demócratas en la Cámara de Representantes se han negado hasta ahora a aceptar cualquier financiamiento adicional para el proyecto. Sí han ofrecido US$1.300 millones para proyectos de seguridad fronteriza como mejorar la vigilancia o el cercado, pero no para el muro.
Esta financiación es parte de un mayor presupuesto que el Congreso está tratando de aprobar. El impasse ha llevado a un cierre parcial del gobierno que comenzó el pasado 22 de diciembre.
Trump aseguró que no firmará un proyecto de ley para reabrir el ejecutivo si no incluye dinero para el muro.
A finales del año pasado, la Cámara baja entonces controlada por los republicanos aprobó un proyecto de ley que cumplía con la solicitud del presidente, pero no logró obtener suficientes votos en el Senado.
En enero de 2018, Trump le pidió al Congreso destinar US$18.000 millones durante la próxima década para una fase inicial de construcción del muro, pero finalmente el proyecto de ley fracasó.
Las estimaciones de costos para un muro transfronterizo oscilan entre los US$12.000 y los US$40.000 millones.
El pasado mes de marzo, Trump obtuvo US$1.600 millones del Congreso destinados a proyectos en la frontera.
El servicio de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) dijo que se había recaudado suficiente dinero para construir aproximadamente 160 km de “sistema de muro fronterizo”.
En los meses siguientes, el CBP dijo que había sustituido cerca de 22 km de la barrera de chatarra con un “muro de estilo bolardo” en San Diego, que había construido 3 km de “muro primario” en California y 32 km de “nuevo muro fronterizo” en Santa Teresa, Nuevo México.
En diciembre, el CBP contrató al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. para construir hasta 22 km de “muro secundario” y 24 km de muro de reemplazo de peatones principal en los sectores de San Diego, Yuma y El Centro.
El proyecto de ley aprobado por el Congreso estipuló que los fondos podrían destinarse a “cercados” primarios y secundarios, planificación y diseño de barreras y tecnología de seguridad fronteriza. Y que se podría gastar dinero en barreras nuevas y de reemplazo aprobadas en un proyecto anterior.
Eso significa que, por ejemplo, no se podría emplear en el desarrollo de prototipos de nuevos muros propuestos por el presidente.
La posición de Trump sobre cómo México podría pagar por el muro cambió considerablemente en los últimos meses. Durante su campaña y al comienzo de su presidencia, insistió en que México lo pagaría de manera directa.
“Yo construiría un gran muro, y nadie construye muros mejor que yo, créeme, y los construiré a muy bajo costo”, dijo el mandatario. “Construiré un gran gran muro en nuestra frontera sur y haré que México lo pague“.
Después, a finales del año pasado, dijo que el muro se pagaría prácticamente solo.
“¿Podría alguien explicar por favor a los demócratas (necesitamos sus votos) que nuestro país pierde US$250.000 millones al año en inmigración ilegal, sin incluir el terrible flujo de drogas? Una óptima seguridad de la frontera, incluyendo un muro, cuesta US$25.000 millones. Se paga por sí mismo en dos meses”.
Ahora, en cambio, Trump sugiere que México “está pagando el muro” a través del nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá.
Sin embargo, además de que el mecanismo para esta financiación no ha sido detallado, el acuerdo aún no está vigente y no ha sido ratificado por el Congreso.
“Trump puede creer que el nuevo acuerdo comercial reducirá el déficit comercial que EE.UU. tiene actualmente con México y que, a largo plazo, ahorrará dinero estadounidense que podría utilizarse en el muro”, dice Andrew Hunter, economista sénior de la consultora británica Capital Economics.
“Sin embargo, hay poca relación directa entre el déficit comercial de un país y las finanzas del gobierno”, agrega.
Una segunda posibilidad es que el acuerdo aumente la actividad económica y con el tiempo pueda incrementar los ingresos fiscales del gobierno.
Pero, según Hunter, “los cambios incluidos en el acuerdo son relativamente menores y es poco probable que tengan mucho impacto en la economía”.
Trump también planteó la idea de invocar la Ley Patriota para interrumpir o gravar los pagos de remesas a México de los inmigrantes mexicanos que viven en Estados Unidos.
Según el Banco de México, estas remesas podrían ascender a hasta US$25 millones por año. Pero los críticos dicen que esto sería muy difícil de implementar y enfrentaría desafíos legales.
El presidente planteó este plan como una forma de presionar al gobierno mexicano para que pague directamente por el muro, algo que México se niega categóricamente a hacer.
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