En este año de elección presidencial en Argentina, el presidente Mauricio Macri, probable candidato a la reelección, sugiere un giro aún más a la derecha al acercarse, con mayor sintonía de la esperada, a su homólogo brasileño Jair Bolsonaro.
Aún siendo un político alineado a la derecha, Macri es visto como "a la izquierda de Bolsonaro". Según analistas argentinos, sin embargo, el mandatario tiene "clara" la importancia para Argentina de mantener una buena relación con el nuevo presidente brasileño, ya que Brasil es el principal socio económico del país y aliado en otros asuntos, como el tema nuclear.
Al acercarse a Bolsonaro, según especialistas consultados por BBC Brasil, Macri tiene las urnas en mente, y la decisión de hacer frente a la expresidenta Cristina Kirchner, su principal opositora política.
En Argentina se especula con que la antecesora de Macri en el poder podría volver a ser candidata a la Casa Rosada, la sede de la Presidencia argentina.
Para el analista Rosendo Fraga, del Centro de Estudios Nueva Mayoría, la aproximación de Macri a Bolsonaro forma parte de la "estrategia electoral" del presidente argentino.
Otros investigadores, como el sociólogo y profesor Andrés Kozel, de la Universidad San Martín (UNSAM) de Buenos Aires, observan que el acercamiento también puede tener un costo, ya que Bolsonaro es un político controvertido para una parte del electorado argentino.
"Para muchos, Bolsonaro es un nombre que simboliza la solución simple y rápida a problemas complicados; pero, para otros, es alguien que representa la extrema derecha, una postura que rechazan fuertemente", afirma Kozel.
En el encuentro que mantuvo con Bolsonaro en Brasilia, esta semana, Macri invitó a su homólogo brasileño a visitar Argentina, algo que está previsto ocurra en abril, cuando la campaña electoral para los comicios de octubre se estará calentando en el país.
Las encuestas apuntan a que Cristina Kirchner sería la principal adversaria de Macri en el terreno electoral. Las candidaturas aún no fueron definidas oficialmente, y no está confirmado si la antecesora de Macri, que gobernó Argentina entre 2007 y 2015, intentará volver a la Casa Rosada.
"Enfático" contra Maduro
Kirchner, que es amiga de los expresidentes brasileños Lula da Silva y Dilma Rousseff (como ella misma dice), fue aliada del expresidente venezolano Hugo Chávez (1954-2013).
Integrantes del gobierno de Macri suelen argumentar que su retorno al poder podría llevar a Argentina "a seguir los pasos" de la crisis económico-política que vive Venezuela. La afirmación se repite desde que Macri asumió la Presidencia en diciembre de 2015.
En Brasilia, la presencia de Macri en el Palacio del Planalto fue transmitida en directo por televisiones y radios de Buenos Aires.
El presidente argentino aprovechó la ocasión para decir que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, es "un dictador que quiere perpetuarse en el poder con elecciones ficticias" y que la Asamblea Nacional venezolana, liderada por la oposición, es "la única institución legítima en Venezuela, electa democráticamente por el pueblo".
No es la primera vez que Macri critica al gobierno venezolano, pero, según los comentaristas argentinos, llamó la atención el hecho de haber sido más enfático que su homólogo brasileño al calificar a Maduro de "dictador".
Tras el encuentro con Bolsonaro, el jueves, Macri dijo que regresó de Brasil "muy entusiasmado" y que existe "una determinación de trabajo conjunto" y "muchas coincidencias" entre los dos gobiernos. Uno de los ejemplos citado por el argentino fue la decisión bilateral de "acelerar la integración" y "abrir más el Mercosur".
La expectativa sería, por ejemplo, que los países fundadores del bloque (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) puedan realizar tratados de libre comercio de forma aislada y no obligatoriamente en grupo.
Analistas argentinos y fuentes del gobierno brasileño, que hablaron bajo anonimato, dijeron a BBC Brasil que hubo "sintonía" entre los dos presidentes e "identidad de propósitos" sobre el Mercosur y sobre la "agenda de seguridad" interna, bilateral y regional.
Según esos observadores, puede haber surgido una alianza más intensa que la esperada entre los dos presidentes, sea por cuestiones externas o internas.
Fue el primer encuentro entre los dos presidentes, ya que Macri no acudió a la toma de posesión de Bolsonaro, el 1 de enero. Su ausencia en la ceremonia había generado una serie de especulaciones en Argentina. Entre ellas, que Macri no quería aparecer al lado del exmilitar, por sus polémicas declaraciones, en este año de elecciones en Argentina.
"Bolsonaro, el socio más incómodo para Macri", escribió un columnista de La Nación, a finales del año pasado.
Fue Bolsonaro quien llamó a Macri tras la primera vuelta de las elecciones en Brasil, en octubre pasado. El presidente argentino no conocía a Bolsonaro y era amigo del excandidato presidencial Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores, PT), con quien compartió encuentros y conversaciones cuando eran alcaldes de Buenos Aires y Sao Paulo.
Más allá de eso, los militares involucrados en política suelen general rechazo entre los electores argentinos por la memoria de la dictadura en el país (1976-1983).
Sin embargo, el jueves, los periódicos y portales argentinos destacaron la "sintonía" entre los dos presidentes en el encuentro en Brasilia, en el que hablaron, en la misma línea, sobre temas como Venezuela y Mercosur.
El profesor de Macroeconomía de la Universidad de El Salvador Hector Rubini afirma que Macri es considerado un liberal o neoliberal en el área económica, pero que, en términos generales, está a la izquierda de Bolsonaro.
Asímismo, cree que Macri ganó la elección presidencial de 2015 con electores "muy cansados y decepcionados" con las políticas interna y externa de Kirchner, incluida su proximidad con Venezuela.
"Macri siempre fue contrario al régimen de Venezuela. Pero ya pasaron tres años de su gobierno, la economía argentina no va nada bien, y reprobar a Maduro es una manera de mantener por lo menos a su electorado fiel", opina Rubini.
El presidente argentino suele ser elogiado, entre diplomáticos y especialistas, por su "desenvoltura" a la hora de practicar la llamada "diplomacia presidencial", al mismo tiempo que es criticado por su manejo de la economía.
Por eso, el analista apunta que, cuando llegue la hora de ir a las urnas, los electores argentinos estarán más pendientes de la inflación en el país -la más alta en 27 años- y de las altas de interés que de la política exterior de Macri.
"Si la economía mejora, Macri tiene posibilidades de reelección. Si no mejora, el escenario será favorable para Cristina u otro candidato del peronismo", afirmó. Otros economistas resaltaron que si la economía brasileña crece bajo el gobierno de Bolsonaro, acabará contagiando positivamente el desempeño de la economía argentina.
El profesor Andrés Kozel, de la UNSAM, cree que, al acercarse a Bolsonaro y ratificar su distancia de Maduro, Macri está apuntando también hacia el electorado argentino indeciso.
"Macri está haciendo una política exterior coherente con su discurso. Al contrario que Bolsonaro, él es más gradualista en sus medidas internas. Sin embargo, al aproximarse a él, quiere demostrar que, si depende de Macri, Argentina no tendrá el camino (que seguiría) Cristina. Al mismo tiempo, Macri no puede estar demasiado vinculado con Bolsonaro, porque muchos aquí están en desacuerdo con las posturas del presidente brasileño", opina Kozel.
Para el analista existe otro elemento que aproxima a los dos presidentes: la relación con Estados Unidos.
Macri es amigo de larga data de Donald Trump, de quien recibió apoyo para el acuerdo firmado por Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2018. Trump también acudió al encuentro del G20 (grupo de las mayores economías del mundo) realizado a finales del año pasado en Buenos Aires.
A su vez, la prensa internacional se refiere a Bolsonaro como el "Trump de los trópicos", y el presidente brasileño ha demostrado buscar una aproximación permanente con el mandatario estadounidense.
El analista Rosendo Fraga cita también la decisión de Macri de adoptar una política más rígida en el área de seguridad pública. "En el campo electoral, Macri corre el riesgo de perder votos ante candidatos de la derecha que surgieron en los últimos días en Argentina. Por eso, está adoptando, de cierta forma, la política de mano dura del presidente brasileño", dice.
Por ejemplo, en Argentina fue reabierto, recientemente, el polémico debate sobre la reducción de la edad penal. Y Macri ya felicitó a policías que actuaron, aunque de manera controvertida, contra criminales.
Fraga concuerda con Kozel en que la "imagen de Bolsonaro en Argentina no es buena", pero, según su opinión, "peor es la de Trump" y eso no impidió "una buena relación bilateral entre Buenos Aires y Washington".
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