Hace un mes el Manchester United entró en coma y los signos vitales eran poco alentadores.
Hoy pasea lleno de vida, con una nueva ilusión, disfrutando nuevamente del fútbol.
El domingo venció a Tottenham en Wembley en la que fue su quinta victoria consecutiva en la Premier League y confirmó que el club más laureado del fútbol inglés está de vuelta.
La visita a los Spurs era considerada el desafío más difícil para el técnico noruego Ole Gunnar Solskjaer desde que llegó al club a mediados de diciembre para sustituir al portugués José Mourinho.
Y no solo lo solventó con autoridad, sino que además superó la marca del legendario Matt Busby de hace más de 70 años al ganar sus primeros seis partidos como entrenador del Manchester United.
Logro que tiene aún más valor considerando la situación de gravedad en la que se encontraba el club antes de su llegada.
La dolorosa derrota sufrida ante Liverpool el 16 de diciembre, más por su inferioridad en el juego que por lo abultado en el marcador, dejó al equipo entrenado por Mourinho con el peor registró que jamás había tenido en la historia de la Premier League.
A 19 puntos de sus acérrimos rivales con solo 17 jornadas disputadas y la peor cantidad de goles en contra en más de 50 años, el Manchester United caminaba moribundo resignado a la mediocridad de su presente.
Los aficionados se aferraban al eco de los triunfos pasados que todavía retumban en el estadio Old Trafford, pero hasta al más optimista de ellos le costaba ver una solución a la dramática situación en la que se encontraba el club.
Sin nada que perder, se optó por someter al equipo a un tratamiento de emergencia para evitar que siguiera empeorando.
Lo primero fue eliminar a quien consideraron responsable del mal que sufrían -Mourinho- y luego se buscó un remedio temporal para estabilizar la situación.
El antídoto más inmediato fue Solskjaer, el llamado "asesino con cara de niño", una de las leyendas más queridas tanto por la afición como en el seno del club.
El delantero noruego obtuvo su apodo gracias a su acierto goleador, en especial tras salir al campo en los últimos minutos, por goles como el que le dio la victoria al Manchester United en la final de la Champions League en 1999 frente al Bayern Múnich.
Tras colgar sus botas, Solskjaer pasó a trabajar junto a Alex Ferguson y fue bajo su tutela que comenzó a forjar su carrera como entrenador.
Primero se encargó de mejorar la definición de los delanteros y luego tomó las riendas del equipo reserva del club, con el que ganó dos copas secundarias.
Ese trabajo le permitió dar el salto para dirigir al Molde en Noruega, con el que ganó la liga en su primer año en el banquillo.
En su segunda temporada repitió el título y en su tercer año conquistó la Copa de su país.
Luego tuvo su primera experiencia en la Liga Premier cuando fue nombrado técnico del Cardiff en enero de 2014, pero no pudo evitar que el conjunto galés descendiera de categoría.
Esa decepción no fue impedimento para que la directiva del Manchester United optara por entregarle la responsabilidad del equipo en un momento tan crítico para el club.
A su favor contaba su cercana relación con Ferguson, el profundo conocimiento que tiene de todos los rincones de Old Trafford y su especial relación con la afición, tres aspectos que han sido clave en la resurrección de los diablos rojos.
La llegada de Solskjaer coincidió con el comienzo del exigente calendario de partidos de la época de Navidad con cuatro fechas en tan solo dos semanas.
Dada la identidad de sus rivales -con un promedio de posición en la clasificación de 16,75- el técnico noruego introdujo cambios cruciales que le comenzaron a dar resultados de inmediato.
Primero apostó por una delantera con mucha más movilidad apoyado en la velocidad de los jóvenes Marcus Rashford, Anthony Martial y Jesse Lingard, a expensas del chileno Alexis Sánchez y del belga Romelu Lukaku.
Luego le dio libertad al francés Paul Pogba, llamado a ser el líder del equipo, y buscó tener más protagonismo en el campo, tratando de dictar el ritmo de los partidos.
En su debut venció 5-1 al Cardiff, luego superó a Huddersfield Town 3-1 y cerró diciembre con una abultada victoria por 4-1 sobre Bournemouth.
Con el cambio del año mantuvo la tónica y derrotó al Newcastle 2-0 y superó la tercera ronda de la Copa FA con una victoria sobre el Reading 2-0.
Y cuando le tocó visitar a Tottenham en Wembley el resultado también fue el mismo, una victoria, tres puntos y una afición que se vuelve a escuchar en los estadios.
Otro aspecto ha sido la confianza que ha tenido en sus ideas y en los jugadores que considera idóneos para ejecutarlas.
A diferencia de Mourinho, que solía criticar a sus futbolistas en público y rotar continuamente sus equipos, Solskjaer ha confiado en un bloque de seis jugadores que han sido titulares en los cinco partidos de liga disputados (David de Gea, Victor Lindelöf, Luke Shaw, Nemanja Matic, Pogba y Rashford).
Otros cuatro han salido desde el inicio en cuatro juegos (Phil Jones, Ander Herrera, Lingard y Martial) y otro lo ha sido en tres (Ashley Young).
Esta continuidad se ha visto reflejada en el campo, tanto en juego como en los resultados, gracias a la mejora en el rendimiento de los jugadores.
Rashford ha anotado en tres partidos consecutivos de la Premier por primera vez en su carrera, sumando cuatro en total desde la llegada de Solskjaer.
Mientras que en ese mismo período Pogba estuvo involucrado en el 53% de los 15 goles que ha anotado su equipo, con cuatro goles y cuatro asistencias.
El francés solo había anotado tres tantos en sus últimos 20 partidos con Mourinho.
La mejora también ha sido en el sector defensivo.
Hasta el fin de diciembre, el Manchester United solo había podido completar dos partidos sin recibir un gol, la peor marca de la Premier junto al Fulham.
Con la llegada de 2019, los diablos rojos suman tres encuentros (dos de liga y uno de Copa) con su arco invicto.
Todos estos números muestran el cambio radical que ha experimentado el equipo, pero sobre todo dan confianza a una afición que siente cómo va recuperando la identidad que perdieron desde el retiro de Ferguson hace cinco años.
El United todavía está sexto en la tabla, pero ahora a solo seis puntos del Chelsea y del cuarto puesto que le daría acceso a la Liga de Campeones del próximo año.
Todavía un consuelo muy pequeño dada la grandeza del club, pero que puede ser crucial para Solskjaer.
El técnico noruego tendrá la oportunidad de seguir aumentando su leyenda en los próximos partidos cuando reciba de local al Brighton y el Burnley, dos equipos que están en la parte de abajo de la tabla.
En el medio chocará contra Arsenal por la Copa FA y después visitará a Leicester y Fulham.
Todos partidos asequibles para un equipo que después se jugará la temporada frente al París Saint-Germain por la Champions y recibirá a Liverpool en Old Trafford.
En ese mes y medio el técnico noruego sabrá si podrá sacarse el cartel de interino y convertirse en el entrenador permanente en el mismo escenario donde vivió los mejores años de su carrera.
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