Andy Murray pensaba llegar a Wimbledon y cerrar su carrera participando en el torneo de tenis por excelencia de su país de origen.
La catedral del tenis. La competición que ganó dos veces, en 2013 y 2016.
Sin embargo el dolor es tan fuerte que al tenista no le ha quedado otro remedio que reconocer que el Abierto de Australia podría ser el último de su carrera.
De ahí las sentidas lágrimas que la estrella del tenis no podía contener durante la rueda de prensa previa al Open de Australia.
Allí, a pesar de todo, tiene intención de jugar el partido de la primera ronda contra el español Roberto Bautista.
"No estoy seguro de poder soportar el dolor otros cuatro o cinco meses", dijo el escocés de 31 años.
"Quiero llegar a Wimbledon y retirarme ahí, pero ni siquiera estoy seguro de poder hacer eso", dijo en unas declaraciones que sonaron a despedida.
La estrella del tenis, ex número 1 de la ATP, arrastra una lesión en la cadera de la que tuvo que operarse en enero del año pasado y de la que no se ha recuperado como esperaba.
"No me siento bien. He estado sufriendo durante un largo tiempo, un total de veinte meses", dijo.
"He intentado hacer todo lo posible para que mi cadera esté bien pero el dolor no ha cesado", explicó entre sollozos el tenista nacido en Glasgow.
Su compañero dentro y fuera de las canchas, el argentino Juan Martín del Potro, le envió un emotivo mensaje por Twitter. "No te rindas", decía.
"Andy, acabo de ver tu conferencia. Por favor, no dejes de intentarlo. De seguir luchando. Imagino imaginar tu dolor y tristeza. Espero que puedas superar esto. Te queremos Andy y queremos verte feliz y bien".
Murray terminó su temporada 2018 en septiembre para iniciar un largo proceso de rehabilitación.
Sin embargo, un partido de entrenamiento contra el número uno del mundo, Novak Djokovic, el pasado jueves en Melbourne dejó claro que el tenista no ha vuelto a su mejor nivel.
"¿Esto significa que este podría ser tu último torneo?", preguntaban los medios buscando una aclaración.
Y el campeón de 1,90 metros se secaba los ojos roto de emoción.
"Sí, creo que hay posibilidades de que sea así porque no estoy seguro de poder jugar con este dolor en los próximos cuatro o cinco meses", respondía.
En declaraciones a la BBC, agregó: "Una segunda cirugía es una opción. Pero no lo haría con la vista puesta en regresar al mejor nivel de nuevo. La razón número uno es la de mejorar mi calidad de vida y sentir menos dolor".
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