Justo cuando en Estados Unidos hay una declaratoria de emergencia sanitaria por un brote de sarampión, México se enfrenta a que durante todo 2018 no hubo abasto de vacunas contra esta enfermedad, por lo que más de 770 mil niños no recibieron la protección que les correspondía el año pasado.
La nueva administración en la Secretaría de Salud se encontró con esta falta total de vacunación el año pasado, que se suma al hecho de que desde 2015 empezó a bajar sistemáticamente la cobertura, sin que el gobierno de Enrique Peña Nieto explicara las razones, informó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell tras una conferencia de prensa.
Advirtió que por eso ya interpuso una denuncia ante el Órgano Interno de Control de la secretaría para que se investigue quiénes son los responsables y por qué no se tuvo el abasto de vacunas de sarampión-rubeola y sarampión-paperas que originalmente se había contratado.
“La administración saliente debió actuar con responsabilidad y decirnos: esta es nuestra evaluación de riesgos, por X o Y razones no logramos coberturas vacunales, haberlo explicado de manera transparente a nosotros como administración entrante y a la sociedad, y entonces ponernos en un punto de atender la preocupación desde el inicio. Desafortunadamente esto no fue alertado así y no se nos comunicó de manera rigurosa, formal, técnica, estructurada, una evaluación de riesgos”, señaló.
“No nos alertó sobre este problema de desabasto de vacunas. Concretamente en 2018 el proveedor contratado para entregar las vacunas no entregó las vacunas en junio, en agosto, en octubre, y entonces cuando nosotros entramos, que fue el 1 de diciembre, nos enteramos de que 24 horas antes se había empezado un proceso de rescisión de contrato”.
Aunque dijo que por estar en curso la investigación no podía dar toda la información, sí explicó que el proveedor, Laboratorios Imperiales Pharma, argumentó que no había sido su responsabilidad, sino que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no liberó los lotes porque declaró que no pasaban las pruebas de calidad.
Esto implicó que no se pagaran, por lo que no habría desfalco, pero sí una desprotección ante un posible brote de sarampión.
Los estándares internacionales marcan que el umbral mínimo de vacunación debe ser del 95%, meta que no se cumplió desde 2015. Animal Político reveló en agosto pasado que la cobertura en México es del 81.9%.
Aunque en México no hay un caso de sarampión originado aquí mismo desde 2006, sino sólo casos importados, es decir, contagios de enfermos que llegaron de otros países, la baja cobertura de vacunación aumenta el riesgo de que haya un rebrote de la enfermedad.
Por ello, el gobierno está por hacer una “evaluación rápida de riesgos” para determinar qué sitios son más vulnerables y darles prioridad en la primera Semana Nacional de Vacunación de 2019, que empieza a mediados de febrero.
Para atender el desabasto, la empresa paraestatal Biológicos y Reactivos de México (Birmex) surtirá al sector Salud una reserva de 554 mil dosis de vacunas y las otras 200 mil necesarias para suplir el déficit se las dará en préstamo los servicios de salud de Pemex.