AVISO: Esta nota revela algunos detalles de la trama de cada serie.
Estas son las 11 series elegidas por los editores de BBC Culture como las mejores del año que acaba. Si no las has visto, podrás hacerlo el próximo año.
Basada en una novela de Gillian Flynn, la actriz Amy Adams protagoniza junto a Patricia Clarkson y Chris Messina el papel de una periodista alcohólica.
Camille Preaker regresa a su ciudad natal en Misuri para cubrir la historia del asesinato de dos niñas. Al tratar de desentrañar este rompecabezas psicológico, diversos flashbacks van revelando el pasado problemático de Camille, que se identifica mucho con las jóvenes víctimas.
La supervisora de música de la serie Sue Jacobs despliega la misma atención al detalle que ya hizo con el director Jean-Marc Vallée en Big Little Lies, cuando la banda sonora se convierte en parte del misterio. De hecho, los créditos de los episodios son la misma pieza musical interpretada de ocho maneras diferentes.
Cuando Camille escucha música en el coche que conduce por la ciudad, entre tragos de una botella de agua Evian llena de vodka, o escucha una lista de reproducción al caer en la cama, recordamos que la música puede ser un salvavidas.
La serie está disponible en Amazon Prime Video y en España se llama "Heridas abiertas".
La serie, lanzada hace siete años, sigue las aventuras de dos policías obligados a trabajar juntos cuando se encuentra un cadáver en el puente que une Suecia y Dinamarca.
Lleva por título original Bron/Broen y se puede ver en Prime Video.
Dos años después de la última temporada, la detective sueca Saga Norén (interpretada por Sofía Helin) y su compañero de la policía danesa Henrik Sabroe, (Thure Lindhart) continúan buscando respuestas al caso policial que comparten.
Sucesora de la serie The Killing, The Bridge fue el éxito sueco-danés que alimentó durante años la obsesión de su audiencia con el estilo nórdico de novela negra. Pero todas las sagas deben terminar, y este año asistiremos a la cuarta y última temporada de esta serie.
Los spinoffs en inglés de esta serie palidecieron en comparación con el humor y la química que hay entre Norén, una detective brusca e involuntariamente grosera, y sus colegas daneses.
El escritor Hans Rosenfeldt siempre logró el equilibrio correcto con los personajes clave, incluso aunque los macabros crímenes se volvieron cada vez más inverosímiles.
El protagonista de la serie, Benedict Cumberbatch, dijo recientemente que en su lista de deseos solo había dos papeles que realmente quería interpretar: Hamlet y su personaje en la serie, Patrick Melrose.
Cada episodio de la producción de Showtime se basa en una de las novelas semi-autobiográficas de Edward St Aubyn, que la estrella de Sherlock llamó "la prosa más fina del siglo XXI", y están unidos por un fino hilo conductor común a todos.
Cumberbatch nos ofrece una de las mejores interpretaciones de su carrera en el papel de Patrick, un sarcástico gentleman de la alta sociedad, adicto a la heroína y con problemas por su disfuncional relación con sus progenitores.
La representación de la adicción es a la vez desgarradora y divertida, gracias al ingenio del material original, un guión ajustado de David Nicholls y los rápidos monólogos de Cumberbatch.
Este apasionante y complejo thriller de la BBC brilla gracias a la interpretación de Michaela Cole como la investigadora legal Kate Ashby.
Escrita y producida por Hugo Blick, Cole desempeña el papel de una mujer adoptada por dos trabajadores de una ONG tras el genocidio de 1994 en Ruanda.
Criada en el Reino Unido por Eve Ashby (Harriet Walter) se convierte en abogada.
A medida que se desarrolla el drama de llevar a los criminales de guerra ante la justicia, una Kate traumatizada descubre más cosas sobre su pasado de lo que esperaba. En un elenco bastante inverosímil, John Goodman interpreta al jefe del despacho de abogados Michael Ennis.
Blick hace un uso innovador de la animación para reflejar los horrores del genocidio que realmente dan otra dimensión al drama.
En cada punto, esta historia retoma nuestras ideas preconcebidas sobre el conflicto y la justicia y vuelve a los temas de daños y pérdidas. Es brillantemente inquietante.
¿Puedes pensar en un thriller que logre ser genuinamente divertido mientras te mantiene en vilo?
Es difícil encontrar ese equilibrio, pero la escritora Phoebe Waller-Bridge realizó ese ejercicio con aplomo al adaptar la serie de novelas de Luke Jennings para BBC America.
Ingeniosa, sin ser superficial y oscura, sin ser sombría.
Ya en los primeros compases de la serie, cuando dos oficiales del MI5 tras una noche de alcohol (interpretados por Sandra Oh y David Haig) bromean en una reunión de emergencia, queda claro cuál va a ser el tono y la calidad del reparto.
El tema central de este docudrama dirigido por Ryan Murphy es uno de los asesinatos más notorios de la década de 1990. La serie es emocionante, pero también oscura e inquietante, con una estructura poco ortodoxa.
Es una serie de Fox.
El asesinato que da título a la serie tiene lugar en la primera escena del primer episodio, y el drama se despliega hacia atrás desde allí: rastreando la historia de fondo del psicótico y el ascenso social del asesino en serie Andrew Cunanan.
La serie Versace cuenta la historia de lo que suponía ser gay en la década de los 90, cuando la intolerancia entre la sociedad sigue siendo grande y las vidas de los homosexuales parecen significar poco para las autoridades.
Cada capítulo gira en torno a una de las víctimas de la espeluznante ola de asesinatos de Cunanan, que culmina con el de Gianni Versace.
La recreación de Estados Unidos en la década de 1990 es evocadora: desde la suntuosa villa Versace en Miami, hasta la discoteca de San Francisco donde el diseñador conoció a Cunanan. El reparto es sobresaliente, con el venezolano Edgar Ramírez en el papel de Versace, y la española Penélope Cruz, de rubia de platino, en su primer papel en la televisión como la hermana de Gianni, Donatella.
Queer Eye se convirtió en una sensación en Netflix de la noche a la mañana. La serie gira en torno al cambio de imagen que cinco hombres homosexuales (The Fab Five) le dan a un hombre heterosexual.
Cada uno con sus propias áreas de experiencia: Tan France sabe de moda, Jonathan Van Ness de aseo personal, Antoni Porowski de comida y vino, Karamo Brown de cultura y Bobby Berk de diseño.
Cada semana hay un protagonista que se pone en manos de estos especialistas. Si bien la mayoría de las personas a las que ayuda el grupo de gays son hombres heterosexuales, no se limitan a ellos. También dirigen el cambio de una mujer devotamente religiosa y de un hombre trans.
Cada episodio te hará llorar de felicidad, ya que este adorable equipo realiza cambios simples pero positivos en la vida de las personas.
La primera temporada de Dear White People, ambientada en una universidad predominantemente blanca de la Ivy League de Estados Unidos, terminó de forma explosiva en Netflix, donde se conoce como Queridos blancos, en español.
Tres protestas en el campus llegaron a un punto crítico después de que un estudiante negro le apuntara con un arma de fuego a un guardia de seguridad y un estudiante blanco muriera por causas relacionadas con el alcohol.
La segunda temporada comienza apenas dos semanas después de ese incidente, y los efectos se sienten en la universidad.
La serie logra un equilibrio entre la comedia y los temas delicados, como las relaciones raciales, el auge de la extrema derecha, la violencia con armas de fuego, la sexualidad y el dolor, todo ello sin ser condescendiente.
Los personajes tienen matices y defectos, con destacadas actuaciones de Logan Browning, DeRon Horton y Antoinette Robertson, pero en realidad el éxito de la serie es una hazaña del conjunto. Inteligente, reflexiva y pensativa.
No hay spoilers en esta reseña. Si existe la remota posibilidad de que aún no hayas visto esta serie ganadora de numerosos premios Emmy que tiene ya seis temporadas, este artículo no va a arruinar nada.
El thriller de espías de la cadena Fox, protagonizado por Keri Russell y Matthew Rhys, como dos agentes soviéticos de la KGB que se hacen pasar por una pareja de nacionalidad estadounidense, está lleno de giros impecables y desarrollos inesperados de sus personajes.
La historia se puede ver desde un punto de vista que rara vez se muestra en Occidente, el de los soviéticos, cuando los acontecimientos mundiales chocan con lo doméstico, y las relaciones internacionales se convierten en una alegoría de las relaciones humanas.
La sexta temporada no decepciona, continuando el conflicto interno y las disputas familiares hasta su conclusión mordaz.
Todos los ojos estaban puestos en Jodie Whittaker cuando, literalmente, se estrelló en la tierra como la primera regeneración femenina del Doctor Who desde que comenzó la serie hace más de medio siglo. Su interpretación inyecta instantáneamente diversión, energía y vitalidad en la serie de BBC.
Aquí tenemos una doctora cuya fascinación por el universo es contagiosa de nuevo. Incluso la paleta de colores del espectáculo es más cálida, brindando un tono más optimista.
La última temporada dio lugar a algunos momentos realmente destacados. La actitud inquebrantablemente racista de los Estados Unidos de la década de los 50 convierte a "Rose" en uno de los episodios más impactantes de los últimos tiempos.
Todavía hay trabajo por hacer. Nadie se acordará de ninguno de los nuevos villanos, pero la serie sienta las bases para una nueva era.
Basado en un exitoso podcast, este thriller psicológico de Amazon Prime se centra principalmente en la relación de Heidi Bergman (Julia Roberts), una terapeuta militar bien intencionada, con un soldado, Walter Cruz (Stephan James).
La historia se cuenta a través de dos líneas de tiempo, que tienen cuatro años de diferencia, y con un novedoso formato. Mientras el pasado aparece en pantalla panorámica, el presente es una pantalla cuadrada.
Colin Belfast (Bobby Cannavale) es el jefe errático y dominante de Bergman: un manipulador maravillosamente matizado.
Roberts se corona como la protagonista absoluta con un personaje complicado, pero en última instancia, simpático.
Exquisitamente rodada, la serie le debe mucho a Kubrick y está repleta de tomas desde la escalera y vista de pájaro. Dirigida por Sam Esmail, de Mr Robot, Homecoming infunde una sensación de temor desde el principio.
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