Son altos, atléticos, polifuncionales y talentosos.
Sobre todo esto último, la cualidad que en Croacia están convencidos es la principal razón para explicar el impresionante palmarés deportivo que ha acumulado en menos de 30 años de existencia.
Al sorprendente subcampeonato en el Mundial de Rusia 2018, Croacia sumó el pasado fin de semana el título en la Copa Davis de tenis tras derrotar a Francia en la última edición del prestigioso torneo de más de un siglo de existencia.
El héroe fue Marin Cilic con dos puntos decisivos siguiendo los pasos de su tutor y campeón de Wimbledon en 2001, Goran Ivanisevic.
Pero la lista no termina allí.
También están las cinco medallas de oro que obtuvo en los pasados Juegos Olímpicos de Río 2016 -segundo en la clasificación per cápita entre los que obtuvieron más de una presea dorada por detrás de Jamaica y Usain Bolt– y los triunfos que ha conseguido en otras disciplinas de equipo como el waterpolo o polo acuático y el balonmano.
Luego se pueden agregar el futbolista considerado The Best por la FIFA, Luka Modric, la esquiadora Janica Kostelic -tres veces campeona mundial y cuatro veces medallista de oro olímpica-, la lanzadora de disco Sandra Perkovic -doble medallista de oro olímpica- o el jugador de baloncesto Toni Kukoc, escudero de los mejores Chicago Bulls de Michael Jordan.
Yendo más allá habría que sumar victorias de importancia en remo o tiro.
Increíble cosecha para un país que tiene poco más de cuatro millones de habitantes, población que ocupa el lugar 130 del mundo y es equivalente a la que tiene Panamá.
Pero también muy inferior a otros países con muchos más recursos como México, Argentina y Canadá, a un lado del Océano Atlántico, o Suecia, Polonia y Turquía, del otro.
“Los croatas son simplemente talentosos de naturaleza”, “es un país talentoso”, “Dios nos dio extraordinarios niños con talento”.
Estas citas fueron publicadas en la BBC en un artículo donde fueron consultados hace unos años tres leyendas y directivos en ese momento del deporte croata.
Palabras que siguen teniendo vigencia dados los éxitos que logran y que reflejan el convencimiento popular de que si hay algo en lo que son capaces de destacarse es en el deporte.
No hay una sola razón para explicar el éxito croata en el deporte.
Los atributos físicos es una, ya que cuentan con los séptimos hombres más altos del mundo y el quinto mayor crecimiento entre las mujeres en un siglo, según un estudio publicado en 2016.
Pero esa no es la única ya que países vecinos en los balcanes con una estatura similar y con más población, como es el caso de Serbia, no han disfrutado del mismo éxito más allá del extraordinario talento de un individuo como el tenista Novak Djokovic.
Además, se han mantenido en el tiempo.
Eso se demuestra en que la selección croata de fútbol solo ha dejado de clasificar a dos grandes torneos desde su existencia, sumando un tercer y un segundo puesto en las Copas del Mundo.
La gente del deporte croata resalta que la historia reciente del país ha tenido un rol muy importante en sus éxitos, como fue el caso de los llamados niños de la guerra en Rusia.
Tras la declaración de la independencia en junio de 1991 siguieron cuatro años de conflictos y enfrentamientos bélicos con las fuerzas defensoras de la antigua Yugoslavia, en su mayoría de origen serbio.
Fue con la memoria todavía fresca de esa época cuando Croacia se presentó con su característico uniforme en el panorama internacional al vencer a Dinamarca en la Eurocopa de 1996 para clasificar hasta los cuartos de final.
Dos años después llegaron incluso más alto, cayendo con honores frente al campeón y anfitrión Francia en 1998.
Para quienes estuvieron en el campo se trató sentir los colores de una camiseta, de una bandera.
“Es la oportunidad de mostrar al mundo, a través de diferentes deportes, que existimos”, le dijo a la BBC Igor Stimac, quien jugó en ambos torneos.
“Los deportistas son los mejores embajadores para nosotros. Es una gran inspiración representar a Croacia. Hay mucho orgullo”.
“Con la guerra y todo lo que pasó aumenta la energía nacional”, agregó.
“No tenemos que enseñarle a nuestros niños el himno nacional. No diría que somos nacionalistas, pero hay un orgullo de nación, ellos saben que tienen que luchar”, dijo Stimac.
En Croacia también creen que el crecimiento sostenido que ha experimentado va a continuar y que seguirán surgiendo estrellas del deporte, más allá de la modalidad.
Como ejemplos están la campeona olímpica de jabalina en Río 2016 con 21 años, Sara Kolak, o el mismo Borna Coric, quien a sus 22 años contribuyó para el segundo título de Croacia en la Copa Davis junto a Cilic.
“No todos los días uno se convierte en campeón del mundo“, fue la reflexión de Cilic, quien también ganó el Abierto de Estados Unidos en 2014.
“Para nosotros es un sueño hecho realidad, para este país. Puedes ver lo apasionados que son los aficionados y como lo están disfrutando”.
Una fiesta de éxitos deportivos que en Croacia van a ser todo lo posible para que no pare nunca.
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