El conflicto mapuche está, una vez más, en boca de todos en Chile.
De acuerdo a las autoridades, un operativo del grupo policial "Comando Jungla" en contra de una banda de ladrones de autos, terminó con la muerte de Camilo Catrillanca, un joven indígena mapuche de 24 años.
Según la policía, Catrillanca estaba manejando un tractor y durante un "intercambio de disparos" accidentalmente recibió un tiro en la cabeza que acabó con su vida.
Los hechos ocurrieron en la comunidad mapuche de Temucuicui, en la región de La Araucanía en el sur de Chile, a unos 600 kilómetros de Santiago.
Catrillanca era el nieto de un líder mapuche, quienes por años han luchado por su derecho a ocupar la tierra en esta región.
Las circunstancias exactas del tiroteo, así como la relación de Catrillanca con los robos, no están claras.
Grupos de derechos humanos, sin embargo, atribuyen la muerte del joven a un abuso de fuerza en el marco de la militarización de las fuerzas policiales.
Algunas comunidades mapuche anunciaron tres días de "rebelión" y se reportaron protestas en el sur del país y en la capital, Santiago.
El presidente Sebastián Piñera, por su parte, anunció que el "gobierno agotará (todos los) medios para investigar la verdad de lo ocurrido".
"Al mismo tiempo, ratificamos deber de Carabineros de perseguir delitos y su derecho a defenderse cuando son atacados", escribió el mandatario en Twitter.
Andrés Chadwick, ministro del interior de Chile, dijo que la muerte de Catrillanca "nada tiene que ver con las situaciones de conflicto que se han vivido en la zona rural derivados del llamado conflicto mapuche".
Aunque esto está por esclarecerse, la muerte del joven volvió a encender el conflicto mapuche, que enfrenta a la comunidad indígena con el Estado chileno, y ha sido imposible de resolver durante años.
Los mapuches aseguran que el Estado chileno no los representa, que se aprobaron grandes inversiones de extracción de recursos naturales en sus tierras ancestrales y que la comunidad ha sido víctima durante décadas de exclusión y ataques por parte del sistema.
Sin embargo, los gobiernos chilenos, unos con más resolución que otros, han catalogado sus protestas, a veces violentas, como "actos terroristas" que reciben un tratamiento legal y policial más severo de lo usual.
El gobierno centroderechista de Piñera, elegido hace un año, lanzó varios planes para vincular a la comunidad mapuche en el desarrollo del país, pero ha sido criticado por el lanzamiento del mencionado Comando Jungla, que si bien busca controlar el orden público, tiene el peligro, según defensores de derechos humanos, de militarizar las laborespoliciales.