"Pido al Señor que proteja siempre al submarino Ara San Juan y sus tripulantes".
Fueron las palabras del primer comandante del sumergible de la Armada argentina desaparecido el 15 de noviembre de 2017 con 44 personas a bordo, capitán Carlos Zavalla, durante la ceremonia de entrega del mismo hace 32 años.
Aquella "fría tarde" del 18 de noviembre de 1982 en Emden, la ciudad en el noroeste de Alemania donde se construyó el submarino que acaba de ser hallado a 800 metros de profundidad, fue colocada la bandera argentina en el "Ara San Juan S-42" por primera vez.
Un mes después, aquella nave de 66 metros de eslora (largo) y 7 de manga (ancho) emprendería un largo viaje hasta su destino final en Mar del Plata, Argentina.
Zavalla también dijo aquella tarde que el ARA San Juan era el "más moderno buque" de la Armada.
Una calificación que compartida por varios expertos argentinos en materia naval hasta su desaparición hace un año.
"De nosotros depende que este buque tenga una vida fecunda y útil para la Armada y el país", añadió el capitán de navío en 1985, según un testimonio suyo publicado en el sitio web de la Fundación Histarmar, dedicado a historia marítima argentina.
El San Juan funciona con 960 baterías que se alimentan con motores diesel, es decir, tiene propulsión convencional y no nuclear.
Es del tipo TR-1700, una serie de submarinos encargada por Argentina a la empresa alemana Nordseewerke a mediados de la década de los 70.
Si bien es un submarino de ataque, con seis tubos para lanzar hasta 24 torpedos, nunca participó en una acción bélica.
Cuando llegó a su base en un puerto de Mar del Plata, el sábado 18 de enero de 1986, la guerra de las Malvinas ya había concluido con un resultado desfavorable para Argentina y la democracia había retornado a ese país.
En aquel conflicto armado, en cambio, los argentinos sí contaron con los submarinos Salta y San Luis.
Nordseewerke, que funcionaba desde 1903, dejó de construir buques en 2010 y por sus problemas económicos fue absorbido por otra compañía que se dedica a construir componentes para naves en altamar.
De los cuatro submarinos encargados por Argentina, solo llegaron a ser entregados dos, el Santa Cruz en 1984 y el Santa Juan en 1985.
Junto al Salta son en actualidad los tres sumergibles con los que cuenta la Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina.
Emergiendo cada 48 horas para recargar oxígeno y baterías, el ARA San Juan tiene una autonomía de hasta 90 días.
Está equipado con un teléfono satelital, sistemas de comunicación por frecuencia de radio, localizadores, radar e incluso un dispositivo para dejar una mancha en el agua para ser detectado por los equipos de búsqueda.
Seis meses antes de su desaparición, en un video realizado por el Ministerio de Defensa de Argentina, el capitán de navío Eduardo Cella Irigoyen describió el estado de la nave de ataque.
El submarinista explicó que el periodo de "reparaciones de media vida" del sumergible ya fue realizado entre 2007 y 2014, y que desde entonces se encontraba "operativo 100% al servicio" de la Fuerza de Submarinos.
En aquel momento se informó que la vida de la nave había sido extendida por 30 años más y que se le había incorporado nueva tecnología a los sistemas construidos por los alemanes en los 80.
Los equipos de comunicaciones fueron mejorados y aumentados, además de que se le incorporó un radar portátil de navegación,
También se modernizó el sistema de armas con que cuenta el sumergible.
En condiciones de óptimo funcionamiento, el San Juan puede alcanzar los 45 kilómetros por hora (25 nudos) en inmersión y los 27 (15 nudos) sobre la superficie.
Puede descender hasta los 250 metros debajo del nivel del agua.
*Esta nota se publicó originalmente en noviembre de 2017 y fue actualizada tras el hallazgo del submarino.