Boudica -también conocida como Boadicea en latín- es un personaje icónico pero controvertido.
Ha sido una presencia constante en la Historia europea, ya sea por ser considerada una temprana activista por la libertad de la mujer o una asesina brutal y sangrienta.
Hace unos 2.000 años, esta aristócrata de la Edad de Hierro lideró una rebelión y casi derrotó a los poderosos ejércitos romanos que estaban invadiendo su patria, en lo que hoy en día es Anglia Oriental, en Gran Bretaña.
Odiada o adorada, se ganó su lugar en la Historia como una formidable pionera con la capacidad de reunir a un enorme número de tropas de diferentes tribus gracias a su habilidad natural para el mando.
Entonces, ¿qué lecciones modernas de liderazgo se pueden aprender de esta legendaria reina guerrera?
Sabemos que la ropa que escogemos para ir al trabajo es importante, y en eso Boudica era una experta.
Comúnmente es representada como una mujer feroz y poderosa, manejando su propio carro, blandiendo una lanza, con su cabello salvaje volando en el viento.
Realmente no podemos saber qué aspecto tenía la reina, pero el historiador romano Casio Dio, quien escribió décadas después de su muerte, ofrece esta descripción física:
"En estatura ella era muy alta, en apariencia muy aterradora, y su mirada era feroz".
"Una gran masa del cabello rojizo caía sobre sus caderas, alrededor de su cuello había un gran collar dorado y llevaba una túnica de diversos colores cubierta con un grueso manto asegurado con un broche".
Boudica sabía cómo aprovechar al máximo su apariencia, dejando una impresión duradera y aterradora en sus enemigos.
El nombre Boudica se deriva de la antigua palabra británica "bound" que significa "victoria".
Boudeg significa "el que trae la victoria" y Boudega -la alternativa femenina- significa "la que trae la victoria".
Se presume que ese no fue el nombre que le pusieron al nacer, sino uno que adoptó más tarde.
Era lo suficientemente fuerte para ayudarle a formar un ejército.
En última instancia, sin embargo, la reina guerrera derrotada no estuvo a la altura de su apodo.
El marido de Boudicca, Prasutagus, era el gobernante de la tribu Iceni de Anglia Oriental.
Los romanos le permitieron continuar gobernando a su pueblo. Pero cuando murió Prasutagus, los romanos decidieron intervenir.
Se apoderaron de las tierras y cuando Boudica se negó a pagar altos impuestos, fue azotada públicamente y obligada a ser testigo de la violación de sus dos hijas, que en ese momento tenían 12 años.
Los romanos calcularon mal las consecuencias de su castigo.
También subestimaron la ira de una reina despreciada: Boudica decidió defenderse, reuniendo tropas de su propia tribu y otras.
Derrotaron con éxito a la Novena Legión romana, destruyendo la capital de la Gran Bretaña romana, Colchester, además de Londres y St. Albans.
Después de la caída de Londres y St. Albans, el gobernador romano decidió reunir a sus tropas y enfrentarse al ejército de Boudica.
Aunque aparentemente Boudica tenía ventaja por la cantidad de soldados, los hombres indisciplinados y mal equipados de la reina guerrera no eran rival para la habilidad de las tropas romanas, bien entrenadas.
Aunque tenía probablemente 10 veces más soldados, Boudica fue derrotada por el ejército romano. Ella murió poco después de su fracaso; supuestamente se suicidó tomando veneno.
La rebelión liderada por Boudica contra la ocupación romana se destaca en la historia en gran parte porque era una mujer.
La arqueóloga británica Jane Webster, de la Universidad de Newcastle, le dijo a la BBC que "las mujeres líderes ofendían las sensibilidades romanas".
"Por eso sabemos mucho más acerca de esta rebelión que de muchos otros en Roma".
La profesora Miranda Aldhouse-Green, también arqueóloga y autora británica, cree que Boudica "es una figura icónica porque fue una de las pocas mujeres en desafiar el poder de Roma".
De hecho, sigue siendo la única mujer que ha liderado las fuerzas combinadas de Gran Bretaña contra un ejército de ocupación.
Los registros que tenemos sobre Boudica son escasos, carecen de detalles y con frecuencia son contradictorios, pero Webster dice que "ella ha permanecido en la literatura y persistió como un buen ejemplo de rebeldía porque era mujer".
Durante el siglo XVI, resurgió el interés por los escritores clásicos y el relato de Tácito sobre la rebelión de Boudica fue recuperado.
Otra mujer importante y poderosa en el mundo de los hombres, y también pelirroja, fue la reina Isabel I, quien se dice que se inspiró mucho en la historia de Boudica.
Mucho más tarde, los victorianos abandonaron cualquier sentido de ironía y volvieron a imaginar a Boudica como una figura del imperialismo.
Tal vez más acertadamente la reina guerrera fue reclamada por el movimiento sufragista y lo sigue siendo por quienes luchan por los derechos de la mujer.
Se convirtió en un modelo importante para una generación de mujeres que lucharon contra el patriarcado y lograron obtener votos para las mujeres.
El profesor Richard Hingley, arqueólogo de la Universidad de Durham en Reino Unido, explica que debido a lo poco que sabemos acerca de ella, "es una figura muy flexible y ambigua que puede representar muchas cosas distintas para diferentes personas".
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