La empresa tecnológica Apple era la niña de los ojos de Wall Street, el centro financiero de Estados Unidos.
Fue la primera compañía estadounidense en cotizarse en el mercado por tres trillones de dólares, se precia de ofrecer productos que marcan tendencia y de manejar cantidades de dinero superiores a la economía de algunos países.
Además de tener consumidores tan leales que están dispuestos a acampar durante una noche para ser los primeros en comprar productos de Apple.
Pero en las últimas semanas, la firma californiana ha perdido valor.
Sus acciones han caído en más de 20% desde octubre, afectando la cotización de otras empresas y, en general, la estabilidad del mercado.
El precio de sus acciones es de menos de US$180, pero hace poco estaban en US$230.
¿Qué está pasando?
En septiembre, la empresa develó una nueva línea de productos, pero no está claro si la emoción del momento se está transformando en ventas.
El número de productos vendidos en el cuarto más reciente de 2018 no ha variado mucho.
Y el aumento estimado de entre 0 y 5% anual en las ganancias durante el período festivo (cuando las familias suelen adquirir los dispositivos más recientes), ha decepcionado a los inversionistas, generando una rápida venta de títulos.
Anuncios recientes acerca de los recortes en producción de algunas de las contratistas de la firma también han contribuido a la ansiedad, pese a que estos movimientos son difíciles de interpretar.
La situación se exacerbó con la decisión de Apple de dejar de informar cuántos iPhones, iPads y otros productos se han vendido en cada uno de los cuartos del año, levantando sospechas de que podría estar escondiendo algo.
"La suspensión de la publicación de datos sobre el iPhone fue la gota que derramó el vaso", dice Daniel Ives, director de la firma de investigación Wedbush Securities.
En años recientes, la empresa ha contrarrestado la caída en la venta de teléfonos inteligentes con el aumento de su precio, lo que le ha permitido obtener un récord en sus ganancias, pese a la contracción de la industria.
Pero se prevé que tanto la economía global como la estadounidense se desacelerarán. Además, la información reciente acerca de las tendencias de consumo no es clara.
El dispositivo más barato de la nueva línea del iPhone cuesta US$750, y esto pone en riesgo a la compañía si la economía se ralentiza. La previsión de venta de la misma empresa ha exacerbado esos temores.
"La tendencia generada por el precio promedio de ventas no puede durar para siempre", dice Angelo Zino, analista de la empresa de investigación de inversiones CFRA.
Y añade: "Creo que la verdadera preocupación para los inversionistas es por cuánto tiempo se puede prolongar esa situación".
La empresa tecnológica ha identificado sus servicios, que incluyen a ApplePay, App store y Apple Music, entre otros, como la próxima fuente de crecimiento. Espera generar US$50.000 millones en ganancias aprovechando el gran número de usuarios que tiene.
Pero los inversores todavía tienen muchas preguntas. Por ejemplo, Apple no ha revelado sus planes para incursionar en la televisión y las películas todavía, y sus objetivos para involucrarse en la industria de la salud también se desconocen.
"Los analistas tendrán que ajustarse a las características de un negocio impulsado por pagos pequeños y regulares, en vez de recibir grandes ingresos generados por dispositivos populares", señala Carolina Milanesi, analista en la firma de investigación de mercado Creative Strategies.
Sin embargo, también opina que, por los momentos, las preocupaciones por la situación de Apple son prematuras.
"Si sabemos que no habrá un aumento en la venta de iPhones, o incluso que disminuirá, y no hay nada para compensar esa caída, por supuesto que hay razones para preocuparse. Pero es muy pronto para eso", dice Milanesi.
"Si en un año -prosigue- vemos que el negocio de los servicios no despega como esperamos, entonces la angustia podría ser legítima".
El sector tecnológico en general ha sufrido reveses en las últimas semanas ya que los inversionistas han abandonado un mercado que había generado ganancias a principios del año.
Sin embargo, hasta la última actualización de Apple a sus inversores el 1 de noviembre, la incertidumbre de los mercados no había afectado mucho a sus acciones, si se comparan ambos eventos.
Pero ahora, los miedos del mercado han golpeado a Apple. Y son varios: valoraciones excesivamente optimistas, aumento en las tasas de interés, fluctuación monetaria y tensiones comerciales entre China y EE.UU.
El país asiático, en particular, es un riesgo que preocupa a algunos porque la región de la gran China, que incluye a Hong Kong y Taiwán, es la fuente del 20% de las ganancias de la empresa.
También depende de la manufactura en la zona aunque, por los momentos, sus productos están exentos de aranceles.
"Definitivamente es un período de tensión", afirma Ives. Dice, sin embargo, que se siente optimista acerca del futuro de Apple en el largo plazo.
"No creo que haya un gran cambio en la historia de Apple en los próximos dos, tres o cuatro años", concluye.
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