Postrado en la camilla de una clínica de Lima, Alberto Fujimori grabó un video en el que pide a las autoridades peruanas que no lo manden de regreso a la cárcel porque sería para él "una condena a muerte".
La grabación se conoce un día después de que la Corte Suprema de Perú anulara el indulto concedido en diciembre pasado al expresidente peruano (1990-2000) y ordenara su reingreso en prisión.
Cuando recibió esta gracia presidencial de Pedro Pablo Kucszynski (PPK), Fujimori cumplía una condena de 25 años de prisión —hasta 2032— por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, ocurridas en Lima en 1991 y 1992; y por su participación en los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer, ambos ocurridos en 1992.
Ahora, ante la revocación del indulto, Fujimori debe seguir cumpliendo esa condena.
Hasta el jueves, el exmandatario seguía sin ser internado en un penal.
Tras enterarse de que la justicia peruana había anulado su libertad, sufrió una descompensación y su familia tuvo que trasladarlo a la clínica Centenario de Lima.
Fue desde ese lugar que publicó un video en su cuenta de Twitter este jueves.
"Quiero decirle hoy a las autoridades y a los políticos que, por favor, no me usen como arma política porque ya no tengo fuerza para resistirlo", dice en la grabación.
"Quiero pedir al presidente de la República (Martín Vizcarra) y a los miembros del Poder Judicial una sola cosa: por favor, no me maten", agrega.
"Si regreso a prisión, mi corazón no lo va a soportar. Está demasiado débil para volver a pasar por lo mismo. No me condenen a muerte, yo no doy más", concluye.
Miguel Pérez Arroyo, abogado de Alberto Fujimori, anunció la apelación de la decisión de la Corte Suprema y dijo a medios peruanos que esta era una medida política y no legal.
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