El hockey sobre hielo no me llama mucho la atención. Sin embargo, mientras miro un partido entre Finlandia y Canadá en la TV de un bar de Helsinki, no puedo evitar que la atmósfera festiva del lugar me absorba.
El hockey sobre hielo es uno de los deportes más populares en el norte de Europa y los finlandeses tienen muchas esperanzas depositadas en su equipo.
Y su espíritu patriótico es contagioso.
Pero mientras pasan el partido en la pantalla, algo atrae mi atención cuando el lente de la cámara se acerca a una de las camisetas de los jugadores: la palabra Suomi escrita en el frente.
Al principio pienso que se trata del apellido del jugador, pero después noto que la palabra se repite en los uniformes de los demás compañeros de equipo.
"¿Qué significa Suomi?", le pregunto a Krista Fransman, una amiga finlandesa que está conmigo en el bar.
"Finlandia", responde sin más.
"Pero, ¿Finlandia no significa Finlandia?"
"No en finés (el idioma que se habla en Finlandia)", agrega con una risa burlona.
Durante el intermedio, Fransman me explica que el nombre "Finlandia" no es de origen finlandés. De hecho, en el alfabeto original del finés no existe la letra "f", que fue introducida al lenguaje a través de palabras foráneas.
Una teoría sobre el origen del nombre "Finlandia" es que deriva del vocablo "finna" en inglés antiguo, un término que se usaba para describir a los escandinavos en general.
Sin embargo, algunos historiadores disputan esta noción y sostienen que proviene del sueco, donde las palabras "finlonti" y "finlandi" eran utilizadas para referirse a una región que está ubicada en el suroeste de la actual Finlandia.
Más allá de que los hayan llamado con múltiples variaciones del vocablo "Finlandia" desde los tiempos medievales, los finlandeses continúan refiriéndose a su país no como "Finlandia" sino como "Suomi".
Pero, ¿de dónde salió ese nombre, qué significa y cómo encaja en la identidad de los finlandeses de hoy?
La búsqueda de las respuestas a mis preguntas comienza en el Museo Nacional de Finlandia.
En 2017, el país celebró el primer centenario de su independencia y, como parte de los festejos, una nueva exhibición permanente llegó al museo: "La historia de Finlandia", que hace un recuento de su transición hacia una nación autónoma.
Desde 1809 hasta 1917, Finlandia fue un Gran Ducado bajo el dominio del Imperio Ruso. Antes de eso, estuvo bajo el control sueco por más de 700 años.
Entre esos dos poderes del norte, el control del territorio que hoy ocupa Finlandia fue disputado en numerosas ocasiones, ocupado y reocupado por unos y otros. Pero la revolución rusa pavimentó el camino para que los finlandeses declararan su independencia.
La exhibición muestra a la joven nación luchando continuamente para formar una sociedad democrática, al tiempo que intenta configurar una identidad nacional – una que hiciera énfasis en la apertura (en 1906, Finlandia fue el primer país europeo en garantizar el derecho al voto a todos sus ciudadanos).
Pero en ningún lado encuentro una mención al nombre "Suomi" o a por qué los finlandeses de hoy lo prefieren por sobre "Finlandia".
"No hay una precisión o una certeza sobre el origen real del nombre ‘Suomi’", me explica la curadora del museo, Satu Frondelius.
"Una teoría es que ‘Suomi’ viene de ‘suomaa’, que significa ciénaga o pantano en finés", agregó.
Señala que la región suroeste del país está llena de lagos, que tal vez pueden haber lucido como pantanos o ciénagas para quienes venían de afuera.
"Otra teoría es que la palabra viene de ‘suomu’, que significa escama, en alusión a que los finlandeses se vestían con ropas hechas con piel de pescado", agrega Frondelius.
La tercera teoría sobre la palabra me conduce hacia la Laponia finlandesa, en el norte del país, en la búsqueda de los Sami: una tribu de nómadas que se dedica al pastoreo de renos.
De acuerdo a Klaas Ruppel, un etimólogo experto del Instituto para las Lenguas de Finlandia, algunos lingüistas creen que tanto "Sami" como "Suomi" provienen de la misma palabra protobáltica: "źemē", que se usaba para referirse a una tierra o territorio y a las personas que allí habitaban.
En invierno, la Laponia parece una escena de un cuento para niños. Como un gigante de hielo, todo está cubierto de nieve, congelada y esculpida por el viento extremo del Ártico.
Todo es tan blanco que necesito caer en algunos clichés para describirlo: encantador, mágico, un rincón de ensueño.
En esta escenografía cautivadora, conozco a Juha Kujala y su hijo de 19 años, Oskari, en una granja ubicada cerca de la localidad de Ruka, más de 800 kilómetros al norte de Helsinki.
Ellos me conducen a través de un portón y quedo rodeado de renos curiosos. Algunos olfatean mi mochila con la intención de hallar algo para comer.
Oskari se ríe y comienza a presentarme a los principales personajes del rebaño.
"Esta es la madre de aquel reno, que nació el año pasado. Y esa otra que está sobándote la pierna es la hermana de la madre", dice Oskari, mientras espanta al animal que se ha tomado demasiada confianza.
"Conozco a todos los renos. Son como mi familia".
La profunda conexión entre Oskari y el rebaño fue heredada de su padre, que a su vez la recibió de su abuelo. Aunque actualmente se encuentra dedicado a estudiar en la universidad para ser entrenador deportivo, él cree que su futuro está en la granja.
"Es totalmente su decisión", me explica su madre, Kujala, cuando le pregunto por las intenciones de su hijo.
"Cuando era más joven yo también me fui durante un tiempo con la idea de experimentar el mundo. Al final, terminé regresando", añade.
Mientras tradicionalmente los Sami finlandeses se reconocen a sí mismos primero como Samis y después como finlandeses, su conexión con la tierra se parece bastante a la importancia que le dan los finlandeses a la naturaleza que los rodea.
Por lo general, Finlandia aparece en los primeros puestos entre las naciones más ecológicas y "verdes" del mundo, como ocurre por ejemplo en el índice anual de desempeño ambiental que publica el Centro de Leyes y Políticas Ambientales de la Universidad de Yale, Estados Unidos.
Y para la muestra, un botón: acaban de crear su parque nacional número 40.
¿Será que esta relación con la tierra es la piedra angular de la identidad finlandesa o Suomi?
Debido a la influencia rusa y sueca, "sólo hemos tenido los últimos 100 años para celebrarnos a nosotros mismos como Suomi, o finlandeses como ustedes lo llaman", me había explicado Fransman en el bar.
Al regreso de mi viaje a la Laponia, me encuentro en Helsinki con ella, esta vez en un sauna ubicado en el barrio de Kalli
Si hay alguna actividad que defina lo que los finlandeses entienden por disfrutar la vida, eso es el sauna.
"Lo que hay que tener en cuenta es que la historia finlandesa es también la historia sueca y la rusa", añade.
Mientras agitamos las rocas del sauna para extraer algo de vapor, le pregunto: "¿Entonces usar la palabra ‘Suomi’ hace a los finlandeses sentirse más finlandeses?"
"Creo que en este universo multicultural, las lenguas menos habladas y conocidas, como el finés, enriquecen la versatilidad de la cultura del país".
"El finés es nuestro lenguaje y ‘Suomi‘ es la palabra para Finlandia en ese idioma. Es simplemente algo natural que usemos el nombre de nuestro país en nuestro propio lenguaje", concluye.
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