Tras meses de negociaciones, finalmente el nuevo acuerdo sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) contará con los tres miembros originales del pacto, en vigor desde 1994.
Este domingo Canadá anunció que se sumaba al acuerdo que ya habían alcanzado México y Estados Unidos el pasado 27 de agosto.
La noticia fue recibida con alivio entre muchas industrias que dependían del TLCAN.
El texto completo del acuerdo, que ya no se llamará TLCAN, se enviará ahora a los congresos de cada uno de los países, que tienen 60 días para revisarlo, proponer cambios y aprobarlo o no.
Una vez que los congresos den su aval, los presidentes de México y Estados Unidos y el primer ministro de Canadá firmarán el pacto.
La renegociación del TLCAN era una promesa electoral del presidente estadounidense, Donald Trump, quien lo llamó “el peor acuerdo económico de la historia de Estados Unidos”.
“Hoy, Canadá y Estados Unidos llegaron, junto a México, a un nuevo acuerdo comercial adaptado para el siglo XXI: el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés/ AEUMC, por sus siglas en español)”, dijeron el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, en una declaración conjunta el domingo, y refiriéndose al nuevo nombre del acuerdo.
Además del cambio de nombre, estas son algunas de las principales diferencias con el TLCAN:
El acuerdo preservará un mecanismo de solución de controversias comerciales que Canadá luchó por mantener para proteger su industria maderera y otros sectores de los aranceles de Estados Unidos, informó la agencia Reuters citando a funcionarios canadienses.
El Capítulo 19 previsto en el TLCAN vigente permite que cualquiera de los tres integrantes del acuerdo pueda solicitar la conformación de paneles binacionales independientes cuando sientan que son víctima de decisiones comerciales desleales por parte de otro miembro del acuerdo.
Pero en contrapartida, Canadá acordó brindarles a los productores de lácteos de Estados Unidos acceso a un 3,5% de su mercado doméstico de productos lácteos, de aproximadamente US$16.000 millones al año.
Según Reuters, el gobierno canadiense se está preparado para ofrecer una compensación a los productores lecheros perjudicados por el acuerdo.
Canadá y México acordaron un cupo de 2,6 millones de vehículos exportados a Estados Unidos en el caso de que Trump imponga aranceles de autos globales de un 25% por motivos de seguridad nacional.
La cuota permitiría un crecimiento significativo en las exportaciones de automóviles libres de aranceles desde Canadá por encima de los niveles actuales de producción de alrededor de 2 millones de unidades, según Reuters.
Además, se requerirá que para poder ser exportado sin aranceles, 75% de un vehículo tiene que ser producido en uno de los tres países (en la actualidad se exige un 62,5%). El cambio es una victoria para los sindicatos y los trabajadores, pero un dolor de cabeza para los proveedores mundiales de la industria automotriz, señaló The Wall Street Journal.
Estados Unidos se garantizó en el nuevo acuerdo que entre 40% y 45% del auto debe ser fabricado por trabajadores que ganen al menos US$16 por hora. Con esto se busca evitar la deslocalización de fábricas a zonas de bajo coste en México.
El acuerdo tendrá una duración de 16 años, pero será sometido a revisión cada seis años.
Esta no acarreará la amenaza de expiración automática del tratado —como había propuesto originalmente EE.UU.— y permitirá renovar el pacto por otros 16 años.
Además, en el apartado de derechos laborales del nuevo acuerdo se incluye un anexo en el cual las partes se comprometen a adoptar normas y prácticas laborales conformes a lo establecido por la Organización Internacional del Trabajo, a hacerlas cumplir y a no derogarlas de su legislación.
También se acordó mantener los tipos de cambio determinados por el mercado, no incurrir en manipulación cambiaria y combatir la corrupción.
¿Es esta una victoria para el presidente Trump? Sin duda, logró que Canadá y México acordaran algunos puntos importantes que él quería.
Será más difícil, o al menos más costoso, que los fabricantes de automóviles utilicen piezas de fuera de América del Norte, especialmente de China. Los productores lecheros estadounidenses lograron un mejor acceso al mercado canadiense, que estaba altamente protegido.
Podría resultar en algún beneficio político para él en las próximas elecciones del Congreso estadounidense.
Pero Trump tiene otro objetivo más amplio: reducir el desequilibrio en el comercio internacional de Estados Unidos, con socios comerciales individuales y globalmente.
Estados Unidos importa más de lo que exporta y el presidente Trump quiere cambiar eso, pero juzgar si ha ganado en ese sentido necesitará más tiempo.
Sin embargo, muchos economistas creen que las balanzas comerciales no son principalmente el resultado de la política comercial, sino que reflejan decisiones de préstamos gubernamentales, inversión privada y ahorro, así como movimientos internacionales de capital.