¿Sabías que los ritmos circadianos están presentes en todo el mundo viviente, desde los hongos hasta los humanos?
Todos los seres vivos, incluidas las bacterias diminutas, tienen un ciclo circadiano: un proceso biológico que dura cerca de 24 horas y marca el ritmo de nuestra existencia.
Pero, ¿sabes cuánto te afecta esto?
Se cree que las primeras células de la Tierra eran dañadas por los rayos ultravioleta y se adaptaron para repararse a sí mismas durante la noche.
Los científicos creen que cualquier forma de vida que obtiene energía de la luz solar tiene algún tipo de ritmo circadiano para sacar el mayor provecho de la luz y la oscuridad.
Numerosos experimentos han demostrado que las hojas de la mimosa pudica, por ejemplo, se abren y se cierran en la oscuridad, siguiendo sus propios ritmos circadianos, en lugar del dictado por el Sol.
Los ritmos circadianos permiten a los organismos anticipar eventos como la noche y el día, el invierno y el verano, y prepararse así para esos eventos.
Se encuentra en el hipotálamo de tu cerebro y, como un director de orquesta, envía señales de regulación a través de tu cuerpo en diferentes momentos del día.
Todos tus órganos y tejidos corporales tienen relojes adicionales que están sincronizados con el reloj maestro en tu cerebro.
Cada célula de tu cuerpo tiene la capacidad de generar una oscilación de 24 horas.
A medida que las noches crecen y el sueño se alarga, los cerebros liberan más melatonina, la hormona que regula el sueño y la vigilia.
Muchos animales, como los ciervos, responden a esto preparándose para aparearse o hibernar.
Se piensa que los humanos producen más anticuerpos en invierno para combatir las enfermedades.
Si te abandonaran en la oscuridad, el reloj de tu cuerpo quedaría fuera de sintonía con el reloj usual de 24 horas.
Hay sensores en tus ojos que detectan luz y envían señales a la parte de tu cerebro que mantiene sincronizados los relojes de tu cuerpo.
Desde el momento en que te levantas por la mañana, la presión del sueño se acumula.
Sin embargo, en términos generales, no te quedas dormido hasta que tu reloj biológico te dice que es el momento adecuado para hacerlo.
10. Jet lag
Te sientes con jet lag cuando el reloj maestro de tu cuerpo está en un momento dado y otras partes de tu cuerpo, como el hígado, el intestino, el cerebro y los músculos, están en momentos diferentes.
Para que todos se sincronicen, es necesario un día por cada zona horaria que hayas cruzado.
11. Jet lag social
Los trabajadores que trabajan por turnos y otros que tienen un desajuste entre su tiempo biológico y social pueden experimentar algo que es conocido como "jet lag social".
Esto significa que existe una diferencia entre la hora en que su cuerpo quiere despertarse y la hora en que suena el despertador.
Los estudios sugieren que existe una correlación entre esto y un mayor riesgo de sufrir depresión, obesidad, enfermedad cardíaca, diabetes y cáncer.
Es probable que las hormonas que surgen durante la pubertad retrasen el reloj hasta dos horas.
Pedirle a un adolescente que se levante a las siete de la mañana es como pedirle a alguien de 50 años que se levante a las cinco.
Más adelante en la vida, volvemos a los tiempos de vigilia y sueño que teníamos antes de la pubertad.
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