Miles de migrantes hondureños dejaron su país e iniciaron una caravana para cruzar Centroamérica y México, con el objetivo de llegar a Estados Unidos. El presidente Donald Trump respondió con amenazas a esta travesía que empezó el fin de semana pasado, mientras que el gobierno mexicano anunció medidas para frenar el flujo de migrantes.
Esta caravana está integrada por más de 3,000 personas –menores, mujeres y adultos mayores entre ellas– que huyen de la violencia, la pobreza y de las violaciones a derechos humanos en Honduras, según información de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México (ONU-DH).
Cerca de 500 personas que iniciaron la caminata desde San Pedro Sula, Honduras, pasaron la noche en refugios y el parque central a la espera del resto del contingente.
Integrantes de la Caravana dijeron que al ingresar a México solicitarán al país visas humanitarias para seguir su camino hacia Estados Unidos.
Una migrante, que se identificó como Ana, contó que los llamados a formar caravanas para emprender el camino hacia Estados Unidos (difundidos en redes sociales) y las nulas oportunidades de tener una vida digna en su país -dijo Ana- está causando que mucha gente que antes no se atrevía a viajar en la ruta migratoria, ahora ya esté dispuesta a intentarlo. “Ya no tenemos miedo”, dijo la joven migrante.
Los migrantes llegron este viernes a México. Para entrar al país necesitan visa, o pueden solicitar el reconocimiento como refugiados ante las autoridades migratorias –un proceso que tarda hasta 45 días–. En caso de que ingresen de forma ilegal y decidan continuar su camino a Estados Unidos, pueden realizar un trámite similar ante autoridades fronterizas.
“No sabemos qué van a solicitar las personas hondureñas cuando ingresen a México, pero muchas de esas personas están buscando un refugio”, explica Madeleine Penman, Investigadora para México de Amnistía Internacional.
Este miércoles por la mañana arribaron dos aviones de la Policía Federal al Aeropuerto Internacional de Tapachula y unos 244 elementos destinados a reforzar la contingencia que enfrentará el Instituto Nacional de Migración (INM) con la llegada masiva sin precedentes de migrantes a esa ciudad del sur de Chiapas.
Tras la llegada de los refuerzos, mandos de ambas instituciones realizaron recorridos terrestres en los puntos fronterizos de Talismán y Ciudad Hidalgo mientras un helicóptero sobrevolaba el río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y México.
Horas ante, el INM emitió un comunicado, en conjunto con la Secretaría de Gobernación, para advertir que cualquier persona que ingrese al país de manera irregular, “será rescatada y sujeta a procedimiento administrativo y, en su caso, será retornada a su país de origen, de manera segura y ordenada”.
Según el texto, quienes busquen entrar a territorio nacional y solicitar el reconocimiento de la condición de refugiado o ser beneficiario de medidas de protección complementaria, tiene que hacerlo individualmente ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
El Comisionado General de la Policía Federal, Manelich Castilla Craviotto, se trasladó el lunes a Chiapas para apoyar las tareas del INM. Informó a los medios de comunicación en la garita migratoria de Ciudad Hidalgo que la dependencia a su cargo se encuentra lista para realizar las labores de “contención” en apoyo a las autoridades migratorias.
“Traemos personal profesional de la división. De fuerzas federales, vienen desarmados y en tareas de contención”, dijo el funcionario, quien se encuentra en la zona desde el martes pasado.
“Vamos a tener personal suficiente. El tiempo que sea necesario. Tenemos el personal mejor capacitado en este tipo de tareas, personal reconocido a nivel internacional para trabajar en condiciones extremas, así que sabemos que vamos a estar a la altura”, señaló Castillo.
El comisionado del INM, Gerardo García, entrevistado también en la garita migratoria, señaló que solamente serán admitidas en el país las personas que traigan su visa consigo y que quienes entren por el paso irregular, serán asegurados en las instalaciones del INM para iniciar los trámites que correspondan.
“Vamos a darle cauce a quienes vienen con la intención de ingresar al país, solicitarles los requisitos señalados que es contar con una visa. Deben cruzar por el puente, si cruzan por el río es un cruce irregular”, advirtió García.
“Si tienen visa, podrán pasar, si tienen otra situación, que es lo que me he enterado por los medios, de que hay gente que viene huyendo y a solicitar refugio, México se ha caracterizado por dar refugio, siempre y cuando nos permitan hacer nuestro trabajo”, añadió.
Según García, la oficina de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) establecida en Tapachula ha sido reforzada con más personal para atender la inminente masiva solicitud de refugio.
Esta acción contrasta con una declaración del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco. Al término de un acto público, dijo ante periodistas que “vamos a apoyar a los migrantes, a nuestros hermanos hondureños, guatemaltecos o de donde vengan”.
“Vamos a tener siempre una política de respeto a los derechos humanos de los migrantes, de puertas abiertas, porque debemos de tener la cara limpia para exigir el mismo trato para nuestros connacionales que viven en Estados Unidos”, comentó.
Este miércoles, en entrevista para Carlos Loret de Mola, Gerardo García agregó que la presencia de los policías federales se debe únicamente para tener orden en el ingreso de los migrantes. “El trato será exactamente el mismo que el año pasado cuando los recibimos en Oaxaca, a algunos les dimos hasta un año para que permanecieran en el país y se regularizaran y a otros, 30 días. Solo a 20 les dimos un oficio de salida para que en 20 días abandonaran el país”.
El comisionado no mencionó un límite de solicitudes que podrían otorgar a los migrantes y contempla que al cierre de este año registren alrededor de 24 mil solicitudes de refugio “y en 2019 serán 36 mil solicitudes”.
Madeleine Penman explica que si bien la Policía Federal ha sido utilizada en varios operativos migratorios a través de los años, no se había visto una respuesta tan inmediata y de alto nivel que involucre al mismo comisionado como si se tratara de la prioridad número uno en seguridad de este país.
“Una se pregunta por qué un tono tan duro cuando estamos hablando de familias, bebés, niños”, cuestiona.
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ofreció un plan para dar trabajo a los migrantes centroamericanos a partir del primero de diciembre, pero no respaldó la presente caravana migrante.
México representa un reto importante en la ruta de 2 mil kilómetros de los migrantes. Del 2014 al 2017, 10 mil 319 migrantes registrados ante la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem) dijeron haber sufrido un delito en su paso por el país.
Aunque viajan en caravana y puedan sentirse blindados, detalla Penman, México representa riesgos para personas migrantes y solicitantes de asilo como secuestros, extorsiones, masacres y agresiones sexuales.
La ONU-DH hizo el martes un llamado para que los gobiernos de Honduras, Guatemala y México a protejan la integridad y garanticen la seguridad de migrantes y personas sujetas a protección internacional.
“Todos los migrantes, con independencia de su estatus migratorio o situación irregular, o la forma como llegan a la frontera, el lugar de donde proceden, tienen derecho a disfrutar de sus derechos humanos y los estados la obligación de garantizar su efectivo cumplimiento”, señaló.
Pero México no es el único que se ha pronunciado o tomado medidas ante la llegada de la caravana.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, se reunió el jueves pasado con líderes de los gobiernos del Triángulo Norte de Centroamérica y de México en Washington. En el marco de la Segunda Conferencia sobre la Prosperidad y la Seguridad en Centroamérica, Pence pidió que enviaran un mensaje a sus ciudadanos: “Si no pueden venir a Estados Unidos legalmente, no deberían venir”.
Sin embargo, fue hasta este martes, que la caravana migrante llamó la atención del presidente Donald Trump, quien lanzó en Twitter una serie de amenazas a los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador.
“Si permiten que sus ciudadanos, u otros, viajen a través de sus fronteras y lleguen a los Estados Unidos, con la intención de ingresar a nuestro país de manera ilegal, todos los pagos que se les hacen se detendrán”, escribió Trump este lunes.
El mandatario estadounidense también advirtió que cualquier persona que entre a territorio estadounidense será detenida y deportada, aunque la legislación permite a los migrantes solicitar asilo en aquél país.
Este jueves, Trump volvió a mandar mensajes contra la caravana y una advertencia a México a través de Twitter.
El mandatario estadounidense pidió a México detener la llegada de migrantes, aseguró que de no hacerlo desplegará al ejército para cerrar su frontera sur.
….In addition to stopping all payments to these countries, which seem to have almost no control over their population, I must, in the strongest of terms, ask Mexico to stop this onslaught – and if unable to do so I will call up the U.S. Military and CLOSE OUR SOUTHERN BORDER!..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 18, 2018
Dijo que para él, como presidente, es mucho más importante la llegada de los migrantes por la frontera sur que tener comercio y tratados con México, en referencia al recién aprobado T-MEC (Tratado México-Estados Unidos- Canadá).
“Esperemos que México detenga este ataque en su frontera”, escribió.
….The assault on our country at our Southern Border, including the Criminal elements and DRUGS pouring in, is far more important to me, as President, than Trade or the USMCA. Hopefully Mexico will stop this onslaught at their Northern Border. All Democrats fault for weak laws!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 18, 2018
Aunque el gobierno de Honduras no emitió una declaración al respecto, Guatemala intentó sin éxito impedir el ingreso de la caravana movilizando agentes de la Policía Nacional Civil el martes.
La caravana que cruzó el país entre abril y mayo, detalla Penman, “empezó con más de mil personas y terminaron siendo muchas menos en la frontera de México y Estados Unidos. Casi todos cruzaron la frontera entre ambos países de manera legal, formalmente pidiendo asilo, y varios de ellos fueron puestos en detención”.
Sin embargo, explica, Estados Unidos tienen una política endurecida contra los migrantes, que busca usar la detención como una respuesta casi automática para personas que entran al país en una situación de vulnerabilidad.