El profesor Alberto Patiño encontró un obstáculo al transitar la autopista Peñón-Texcoco durante la noche del domingo 9 de septiembre, de este año. Grava utilizada en obras vinculadas con la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM) invadía uno de los carriles, lo que provocó que perdiera el control de su vehículo. Aunque intentó frenar y mantenerse estable, el auto se patinó y volcó.
Al enterarse del accidente, sus hijos acudieron a apoyarlo. Él estaba herido, aunque aún consciente. Contó cómo se dio el percance, y ante la molestia de cómo la grava hizo que su padre perdiera el control del auto, su hija decidió transmitir por Facebook, para mostrar cómo el material de construcción estaba tirado sobre el camino.
También captó cómo un trabajador de limpia, con una escoba, se apresuraba a hacer a un lado la grava. “Para no hacerse responsables, mandan a barrer la grava”, dijo ella en la grabación, desde la autopista Peñón-Texcoco, aunque ella en la grabación, por una confusión, dice que fue en la México-Texcoco.
Horas después, aquel domingo, el profesor que dio clases de psicología durante casi cuatro décadas en la FES Zaragoza, fue trasladado al hospital. Había sufrido fracturas y cerca de las 4 de la mañana del día siguiente, murió a causa de un traumatismo profundo de tórax.
En entrevista, su hijo Óscar contó que tras el accidente habló con su padre. Incluso le mostró el boleto que prueba que pagó la caseta correspondiente.”Gracias por su preferencia, feliz viaje”, dice el comprobante emitido el domingo 9 de septiembre, a las 22:00 horas.
El profesor Patiño tenía asegurado su vehículo con la empresa GNP, misma que cubre el seguro de viajero en la autopista Peñón-Texcoco. Óscar relató que, en un inicio, al llamar a GNP, le dijeron que no tenían asentado que alguna situación de la autopista tuviera responsabilidad por el accidente. Esto a pesar del video que muestra la grava, y de que un ajustador estuvo en la zona, poco después del accidente.
Animal Político llamó a la empresa, y en su área de relaciones públicas indicaron que recabarían información sobre el caso.
A la postre, directivos de la aseguradora GNP contactaron a Óscar, le pidieron documentación, y a fin de cuentas le prometieron cubrir todo, los gastos funerarios, de arrastre y corralón del vehículo, por lo que está a la espera de que tal compromiso se concrete.
Al llamar a Pinfra —empresa que tiene la concesión de la autopista hasta el año 2030—, para preguntar sobre el caso de Alberto Patiño y el señalamiento de que había grava obstruyendo el camino, una operadora puso en la línea a un hombre, quien no quiso identificarse. Dijo que no tenía conocimiento de lo ocurrido, por lo que no daría una postura a nombre de la empresa.
Pinfra, además de tener la concesión para la autopista Peñón-Texcoco, opera la autopista México-Toluca.
Óscar dijo que no tiene previsto poner una demanda, aunque sí quiere que el caso se exponga en la opinión pública, para buscar que no se repita una situación de negligencia similar, de materiales obstaculizando un camino, sin la señalización adecuada, que provoquen un accidente y luego no haya quien se haga responsable.
“No somos los primeros ni los últimos que hemos pasado por esto, y no queremos que esto se quede impune, que sea un caso más, de que alguien muere y pues ni modo, que su familia pague”, expresó.
También dijo que no culpa a la construcción del Nuevo Aeropuerto, ya que son los concesionarios de la autopista los responsables de brindar seguridad en el camino, con iluminación y señales adecuadas, sin objetos que provoquen riesgos.
Tras lo ocurrido, Óscar dice que se ha enterado de otros casos, de gente que se ha accidentado en la misma zona de la autopista Peñón-Texcoco. “No somos los únicos afectados”, dijo, insistiendo en que deben prevenirse este tipo de percances.